¿Cómo se forma el granizo?

El granizo puede alcanzar la superficie con tamaños de una naranja o una pelota de golf, constituyendo un gran riesgo para la población y sus bienes. ¿Cuáles son los requisitos para su formación? Casos emblemáticos en Argentina.

Granizo
El requisito indispensable para la formación de granizo es la presencia de importantes corrientes ascendentes de aire en la nube.

El granizo es uno de los hidrometeoros más peligrosos y destructivos que pueda existir. Se produce dentro de las grandes nubes convectivas de tormenta que se forman bajo situaciones de alta inestabilidad atmosférica. Si bien puede registrarse en cualquier época del año, su formación es más probable en la época estival cuando las altas temperaturas en superficie generan una inestabilización más efectiva en el perfil vertical de la atmósfera. Su presencia es más factible en latitudes medias y no tanto en latitudes tropicales, debido a que si la capa baja de la atmósfera con elevadas temperaturas es muy profunda, atentará contra su existencia en la caída.

El granizo precipita desde la base de la nube de tormenta alcanzando la superficie con tamaños que en general van de los 5 a los 50mm, aunque en situaciones de tiempo severo puede presentar diámetros mucho mayores. El requisito indispensable para su formación en una nube de tormenta es la presencia de importantes corrientes ascendentes de aire que mantengan por un tiempo prolongado el granizo en suspensión, incrementando su tamaño mediante dos mecanismos posibles: la sublimación directa del vapor de agua sobre su superficie o el congelamiento de gotas de agua sobreenfriada.

Si uno partiera al medio una piedra de granizo podría apreciar las distintas capas que reflejan su historia de vida en el interior de la tormenta atravesando zonas con distinta concentración de agua. Los sectores más blancos indican su paso por sectores de la nube que presentan gran contenido de vapor de agua, favoreciendo el “crecimiento seco” del granizo. Por el contrario, las capas más transparentes se asocian al “crecimiento húmedo” al atravesar sectores de la nube con mayor contenido de gotas de agua sobreenfriada.

Los daños producidos por el granizo son directamente proporcionales al tamaño con el que alcanzan la superficie. Si bien los eventos de granizo suelen ser muy sectorizados y por pocos minutos, pueden provocar grandes destrozos en viviendas y automóviles, arruinar cultivos y llegar a producir la muerte de personas y/o animales.

Granizo en Argentina

El granizo es un fenómeno muy frecuente en distintas regiones de Argentina y con grandes impactos. En el año 2006 se produjo sin dudas un antes y un después en la percepción de la sociedad en general ante el potencial riesgo que el granizo implica. En aquel año se produjeron dos extraordinarias granizadas con importantes daños materiales en las dos ciudades más importantes del país: En la Ciudad de Buenos Aires el 26 de julio cayeron piedras de hasta 7cm durante 25 minutos largos minutos. En Rosario, el 15 de noviembre el granizo llegó a alcanzar los 10cm de diámetro.

Mendoza es la provincia granicera por excelencia. Allí se combinan los factores para que su presencia sea muy habitual en la época de primavera y verano, resultando en una amenaza constante para la economía regional basada fundamentalmente en la producción de vinos. Es tanto lo que puede perderse en cuestión de unos pocos minutos que la provincia creó en el año 1974 el Programa Nacional de Lucha Antigranizo.

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