Tras las lluvias de agosto y septiembre, la región núcleo logró completar el maíz temprano justo a tiempo

La tregua climática de octubre y el esfuerzo de los productores permitieron completar la siembra antes del período crítico, mientras el trigo consolida rindes excepcionales y la soja se prepara para arrancar.

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Lote con maíz temprano en pleno desarrollo vegetativo, con buena disponibilidad de agua útil, en el centro este del departamento General Obligado, Santa Fe. Gentileza: Bolsa de Comercio de Santa Fe

El invierno había dejado a la región núcleo bajo un récord de precipitaciones que puso en jaque toda la planificación agrícola. En agosto, la red GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario registró 193 milímetros promedio, más de seis veces la media histórica.

Ese exceso de agua convirtió los caminos rurales en barriales y puso en duda la posibilidad de sembrar el maíz temprano, el cultivo que marca el pulso de la campaña gruesa. Sin embargo, la tregua climática de octubre y la tenacidad de los productores revirtieron el panorama.

Contra todo pronóstico, la región logró implantar 1,4 millones de hectáreas, completando la siembra antes de que el período crítico coincida con la primera quincena de enero. Ese margen evita que la floración ocurra en los picos de calor del verano y mejora las chances de altos rendimientos.

El logro no fue casual ni sencillo. Los productores debieron enfrentar caminos intransitables y lotes saturados, pero aprovecharon al máximo la ventana seca de comienzos de octubre.

El último fin de semana sin lluvias fue decisivo para acelerar la implantación final. “Está todo muy bien nacido, con preemergentes incorporados y sin escapes de malezas; Estamos arrancando el temprano bárbaro, como hace muchos años que no pasaba”, contaron desde Corral de Bustos en el último reporte de la entidad rosarina.

Maíz: siembra completa y perfiles cargados

En el norte bonaerense, los excesos hídricos persistieron y obligaron a reprogramar parte del maíz temprano hacia fechas tardías. “Hacia Lincoln, Los Toldos y 9 de Julio sigue habiendo agua, y parte del maíz planificado como temprano se pasó a tardío”, explicaron los técnicos.

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Lote con maíz temprano en pleno desarrollo vegetativo, con muy buena disponibilidad de agua útil, en el centro oeste del departamento Castellanos, Santa Fe. Gentileza: Bolsa de Comercio de Santa Fe.

Aun así, la mayoría de las zonas completaron la siembra y los lotes muestran una emergencia pareja, favorecida por perfiles cargados. Desde San Gregorio destacaron que “fue una pequeña odisea ganarle días de siembra a las lluvias, pero finalmente se pudo completar”.

Esa frase refleja el espíritu de la campaña: un esfuerzo sostenido para no perder tiempo ni oportunidad. Con el maíz temprano ya implantado, la región núcleo se enfoca ahora en la siembra de soja de primera.

El trigo pasó de los temores a la esperanza de altos rindes

El trigo atraviesa uno de sus mejores momentos en años, impulsado por un invierno húmedo y una primavera templada. En Aldao se registran entre 500 y 600 espigas por metro cuadrado, cuando en años secos se festejaba superar las 350.

En promedio, el 85% del área triguera está en condiciones de buenas a excelentes, mientras el riesgo de fusariosis disminuyó gracias al viento y al secado natural del ambiente.

El entusiasmo es generalizado en toda la región. En Bigand se cuentan hasta 560 espigas por metro cuadrado, y en el sudeste de Córdoba los lotes alcanzan picos de 600.

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Lote con trigo de ciclo largo; en medio grano lechoso, excelente estado, en el centro oeste del departamento Las Colonias, Santa Fe. Gentileza: Bolsa de Comercio de Santa Fe

Ese nivel de densidad no se veía desde hace décadas. Si el clima acompaña en la etapa de llenado, la campaña triguera 2025 podría marcar un punto de inflexión para la producción argentina.

La soja deberá lidiar entre malezas y humedad abundante

Con el maíz temprano terminado, todas las miradas se dirigen ahora a la soja de primera. Los técnicos prevén que la siembra se generalice después del 20 de octubre, con perfiles óptimos de humedad en la mayor parte del núcleo.

Sin embargo, la abundancia de lluvias trajo consigo una presión inusual de malezas, especialmente de yuyo colorado y rama negra. El gran desafío será mantener los lotes limpios sin perder la ventana ideal de siembra.

Una campaña con señales de revancha

La región núcleo recupera el ritmo tras un invierno extremo y una primavera más equilibrada. El maíz temprano llegó a tiempo, el trigo promete rendimientos históricos y la soja se prepara para iniciar una siembra con excelentes condiciones hídricas.

Pese a los desafíos que dejan las malezas y los suelos saturados, el balance general es alentador. La campaña 2025/26 comenzó con bases sólidas y un clima que, al menos por ahora, ofrece una tregua.

Por primera vez en años, los cultivos se implantaron dentro de las ventanas ideales, y el campo vuelve a respirar optimismo. Si las lluvias se moderan y las temperaturas acompañan, la región núcleo podría encaminarse a una de las campañas más productivas de la última década.