Energías renovables: ¿el futuro está en la "energía azul"?

En la generación de la energía azul u osmótica la materia prima es continua y abundante, y la emisión de CO2 es nula. Entonces, ¿por qué no se avanza en su aplicación a escala global?

energía azul
La energía azul u osmótica consiste en la energía obtenida de la diferencia de concentración de sal entre el agua de mar y de río.

En la década de los años 50 del siglo pasado se iniciaron los estudios de la energía producida al mezclarse el agua de río con el mar, como consecuencia de la diferencia de concentración de sal entre ambas masas de agua.

Se comenzó a investigar el proceso físico, denominado ósmosis, que ocurre cuando a través de una membrana semipermeable fluye el agua de menor salinidad hacia la de mayor concentración salina, y produce una presión (osmótica). Aprovechar eficientemente esta presión para mover las turbinas que generan la electricidad ha sido el objetivo de diversas compañías de energías renovables.

Primer intento: Statkraft

En el 2009 entró en funcionamiento en Noruega una planta prototipo generadora de electricidad basada en la ósmosis por presión retardada (OPR). En esta tecnología se ponen en contacto dos masas de agua (río y mar) separadas por una membrana que permite pasar el agua, pero no las sales. La diferencia de presión se utiliza para mover una turbina generadora de electricidad.

La empresa noruega Statkraft inició las operaciones de esta planta en Tofte, que aunque no lograba producir una cantidad de energía eléctrica significativa –por los inconvenientes tecnológicos de las membranas separadoras de líquidos y los elevados costos de producción– dejó claro que el potencial de la energía azul a nivel global era de 1.700 TWh anuales.

Esta planta cesó de operar en el 2015 y desde entonces Statkraft se ha diversificado en el campo de las energías renovables y ampliado su alcance a 20 países.

RedStack apuesta por la RED

Por su parte la empresa holandesa ha desarrollado la generación por electrodiálisis inversa (RED, Reversed ElectroDialysis), que consiste en la aplicación de una batería (arreglo) de membranas de polímeros de polietileno modificadas eléctricamente, que permiten el intercambio iónico entre las masas de agua de diferente salinidad.

El 2013 marcó el inicio de operaciones de su planta piloto Blue Energy en Afsluitdijk, demostrando que la RED aplicada consecuentemente puede reducir al mínimo el impacto en los ecosistemas involucrados.

La viabilidad económica para la aplicación comercial de esta energía sigue siendo crucial, por lo que RedStack se ha unido a otras compañías en el propósito del ensamblaje de las baterías con una alta densidad de potencia que llegue hasta la generación de 1 W/m².

En el delta del Ródano está el futuro

Desde el pasado año entró en funcionamiento la OsmoRhône 1, resultado de la colaboración de la empresa emergente Sweetch Energy y la Compagnie Nationale du Rhône (CNR), que es en Francia el principal productor de electricidad procedente de fuentes renovables.

Situada en la esclusa Barcarin en el puerto de Saint Louis, esta instalación será capaz de generar hasta 550 MW de potencia para abastecer de electricidad, en poco más de una década, a 1,5 millones de personas que viven en las ciudades situadas en las riberas del río Ródano.

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Resultado de esta colaboración entre Sweetch Energy y CNR, ha nacido la nueva tecnología patentada como INOD®, que se basa en la fabricación de una nueva generación de membranas osmóticas a nanoescala. Estas membranas de alto transporte iónico, junto con un sistema de electrodos también desarrollado por estos gigantes de la energía, han logrado un altísimo rendimiento en la producción de electricidad.

La energía azul, junto a la solar, la eólica, la mareomotriz, entre otras, está llamando ya a nuestra puerta.

Si tenemos en cuenta que, según cifras recientes, en el mundo se consumen cada año 85 mil TW (Teravatios), el imperativo de producirla con fuentes no contaminantes y renovables, es una realidad de hoy.

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