Adiós al criterio climático: la FIFA establece pausas obligatorias de refresco en todos los encuentros del Mundial
La FIFA confirmó que, desde 2026, todos los partidos tendrán pausas fijas de hidratación sin depender del clima. La medida responde a estudios de rendimiento, antecedentes históricos y la evolución del deporte global.

El Mundial 2026 marcará un antes y un después en la historia del fútbol. La FIFA decidió que todos los partidos incorporen pausas obligatorias de refresco, una interrupción breve pero estratégica que ya no dependerá del calor, la humedad ni de factores ambientales.
La decisión surge de un contexto físico y competitivo que cambió de forma acelerada, porque el fútbol profesional exige esfuerzos más intensos, transiciones más rápidas y una velocidad de juego que supera ampliamente a la de décadas anteriores. En este escenario, los especialistas advierten que la deshidratación —incluso en condiciones templadas— afecta reflejos, coordinación, juicio táctico y resistencia, variables que influyen directamente en lesiones y rendimiento.
Por eso, la FIFA resolvió estandarizar un procedimiento que antes dependía del índice WBGT, un parámetro que combina temperatura, humedad y radiación. Ese sistema, usado en los últimos mundiales, obligaba al árbitro a ordenar una pausa solo cuando los valores superaban umbrales críticos.

A partir de 2026, esa condición desaparece. Habrá dos pausas por partido, una en cada tiempo, con una duración de tres minutos y aplicadas de manera uniforme en todos los encuentros, incluso en estadios techados o en climas fríos.
Por qué la FIFA universalizó las pausas obligatorias
El fundamento principal es médico y fisiológico. Los estudios presentados ante la Comisión de Rendimiento de la FIFA muestran que un futbolista profesional puede perder entre 0,8 y 2 litros de agua por hora, aun cuando no haya calor extremo. Esa pérdida reduce la capacidad cognitiva y el control motor fino, altera la percepción del esfuerzo y aumenta el riesgo de contracturas, calambres y desgarros.
La medida se entiende, además, como parte de una tendencia global: el deporte profesional atraviesa una fase de revisión en la que se prioriza el bienestar del atleta. La FIFA ya incorporó monitoreos fisiológicos, nuevas recomendaciones de calendario y protocolos sanitarios reforzados, y la pausa obligatoria encaja en ese nuevo paradigma de prevención.
Breve historia de la pausa para refrescarse en el fútbol
Aunque parezca una innovación reciente, la idea de detener el juego para hidratarse tiene más de una década de historia formal. El primer caso emblemático se dio en el Mundial 2014 en Brasil durante un partido entre Holanda y México, disputado bajo condiciones extremas en Fortaleza.
A partir de entonces, la FIFA y las confederaciones comenzaron a establecer “cooling breaks” cuando el calor lo justificaba. Las pausas se aplicaron en Copa América, Eurocopa, Champions League y eliminatorias, aunque siempre supeditadas a la evaluación del árbitro y del equipo médico.
El sistema nunca fue obligatorio ni uniforme, lo que derivó en diferencias entre partidos y sedes. Esa inconsistencia alimentó el debate sobre la necesidad de avanzar hacia un criterio homogéneo.
#Brasil2014 | El 'Cooling Break', primero en la historia de la Copa Mundial: http://t.co/mulNnP3mGr #NEDMEX pic.twitter.com/eXLWnqNdwq
— Copa Mundial FIFA (@fifaworldcup_es) June 29, 2014
En 2020, durante la pandemia y en medio de un calendario hipercomprimido, la International Football Association Board (IFAB) retomó la discusión sobre estandarizar las pausas. La propuesta no prosperó del todo, pero dejó planteado un antecedente clave para futuras reformas.
Recién con la preparación del Mundial 2026 y con abundante evidencia fisiológica acumulada, la FIFA decidió avanzar de manera definitiva. Así, las pausas dejaron de ser un mecanismo circunstancial para convertirse en una regla general y obligatoria.
Otros deportes que ya aplican pausas obligatorias
El fútbol no es el único deporte que adoptó estrategias de control térmico. Varios ya llevan años implementando pausas reglamentarias que se activan independientemente del clima:
- Tenis: los Grand Slams tienen desde hace décadas reglas de “heat breaks” y “toilet breaks”, con pausas obligatorias entre sets en condiciones críticas. En el Abierto de Australia incluso se permite suspender partidos cuando el índice WBGT es demasiado alto.
- Basketball (FIBA y NBA): los tiempos muertos televisivos cumplen la función de pausar la actividad y permitir hidratación regular, algo clave en un deporte de ritmo explosivo.

- Rugby: en torneos internacionales existen “drinks breaks” a mitad de cada tiempo cuando se supera cierto nivel de humedad, aunque en muchos países se aplican siempre en categorías juveniles.
- Hockey sobre césped: las interrupciones por cuartos permiten pausas generales de hidratación independientemente del clima.
La tendencia global es clara: los deportes de alta exigencia física buscan mecanismos uniformes de prevención, no respuestas coyunturales al calor. El fútbol, uno de los últimos en dar el paso, ahora se alinea con esa lógica.
Una modificación que anticipa el futuro del fútbol
El Mundial 2026 será el primero en disputarse con este nuevo protocolo obligatorio y universal. La FIFA entiende que la hidratación no debe depender del clima, sino del volumen de esfuerzo y del desgaste acumulado que el fútbol moderno exige.
En un contexto global donde los calendarios son más cargados, la velocidad de juego más alta y las cargas fisiológicas más exigentes, el fútbol adapta sus reglas para proteger a quienes están en la cancha. Si esta medida demuestra su eficacia —y todo sugiere que así será— podría abrir la puerta a nuevos estándares físicos, médicos y organizativos en el futuro.