Crisis en Uruguay: la mitad de la población corre riesgo de quedarse sin agua potable pronto

La grave sequía redujo fuertemente la disponibilidad habitual de agua dulce. Recomiendan no tomar agua de la canilla debido a que se dispararon los niveles de sodio y cloruro.

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Uruguay sufre la peor sequía desde el comienzo de sus registros oficiales, hace 74 años. Imagen: AFP.

Unos 1,8 millones de personas en Montevideo y el área metropolitana (prácticamente la mitad de la población total de Uruguay) corren serio riesgo de no disponer pronto de agua potable debido a la peor sequía que sufre el país desde el comienzo de sus registros oficiales, hace 74 años.

El embalse de Paso Severino es la principal reserva de agua dulce para la zona, que la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE) potabiliza y bombea a la red. Sin precipitaciones, sólo queda agua para unos 18 días, advirtió el lunes el presidente de OSE, Raúl Montero, según indicó AFP. "El panorama es bastante duro", agregó.

Desde el 26 de abril, OSE decidió agregar agua proveniente de aguas abajo del río Santa Lucía, salobre por la cercanía al estuario del Río de la Plata.

Desde entonces, el agua de OSE pasó a tener niveles de hasta 440 mg/l de sodio y 720 mg/l de cloruro, muy por encima de la normativa vigente, que establece un tope de 200 mg/l y 250 mg/l, respectivamente.

El Ministerio de Salud Pública recomendó que embarazadas y personas con enfermedad renal o problemas cardíacos se abstengan de tomar agua de la canilla. “No sabemos si mañana o en una semana vamos a seguir con los mismos valores de sodio o no”, dijo la ministra de Salud, Karina Rando, en una conferencia de prensa. "En adultos de 25 a 64 años, un 37% de los uruguayos son hipertensos, y sólo la tercera parte lo sabe", advirtió en Twitter la Comisión honoraria para la salud cardiovascular de Uruguay.

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El agua proveniente del río Santa Lucía es salobre, por su cercanía al estuario del Río de la Plata.

Marcel Achkar, investigador del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, afirmó que “estamos ante una sequía bastante más severa que de costumbre. Pero la crisis en el Santa Lucía es una acumulación de mala gestión: forestación en las nacientes, degradación de los recursos, intensificación agraria, zonas de amortiguación y humedales degradados, más consumo excesivo y no planificado”.

Aumento exponencial de la demanda de agua embotellada

El impacto también pega duro en el bolsillo de los uruguayos: un bidón de 6,25 litros de agua cuesta 130 pesos (unos 3,4 dólares). El aumento exponencial y desproporcionado de la demanda llegó, incluso, a quebrar el stock de algunas marcas, aunque fue mayormente por un “desfasaje” en la distribución del producto en almacenes y supermercados, según explicaron las empresas.

El gobierno evalúa la idea de que las empresas importen agua embotellada e, incluso, que el Estado mismo lo haga para cubrir la demanda local.

"Se realizará un monitoreo de los precios del agua embotellada y se instrumentará la operativa necesaria para una posible importación, si fuera necesaria", había adelantado el martes el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, durante la conferencia de prensa en que anunció una batería de medidas orientadas a sostener el abastecimiento de agua potable en medio de la crisis.

Planes a futuro del gobierno uruguayo

En los próximos días el gobierno confirmará a las empresas constructoras del proyecto Neptuno, una planta potabilizadora en el Río de la Plata con un costo de 210 millones de dólares. También estudia hacer pozos en la cuenca del Santa Lucía y anunció la construcción de una nueva represa provisoria.

Pero estas propuestas no convencen a los académicos, que prefieren preservar al Santa Lucía para frenar su deterioro. “Estamos a tiempo de revertir los procesos, prohibir la forestación en la naciente de la cuenca, regular los usos intensivos del suelo, los sistemas de riego, las represas particulares, mejorar el tratamiento de las aguas de los tambos, sacar la ganadería de corral intensiva y apurar el saneamiento. Hay un gran desorden”, resumió Achkar.

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