Curiosidades de la mandarina: por qué deja olor en las manos y qué parte no deberías desechar
¿Sabías que el olor en las manos al pelar una mandarina tiene una explicación química? Conocé las curiosidades de esta fruta de invierno y entérate de cuál es la parte que nunca deberías dejar de consumir.

Cada invierno, la mandarina se convierte en protagonista de los mercados, las verdulerías y las mochilas escolares. Su aroma penetrante, su sabor entre dulce y ácido, su facilidad para pelarla y su practicidad como “colación natural” la transformaron en un ícono del consumo frutal argentino.
En Argentina, se consumen diversas variedades: la más popular es la mandarina criolla, reconocida por su fuerte presencia aromática y su sabor característico. A ella se suman otras como la Clementina (dulce, sin semillas, de pelado fácil), la Nova (jugosa y equilibrada), la Okitsu (de maduración temprana), la Ellendale, la Ortanique (ambas en retroceso), y dos estrellas emergentes: la Murcott y la Encore, cada vez más visibles en el Mercado Central.
Arriba izq: Encore. Pintitas verde/negras. Ácida. Sabrosa.
— MrVe (@thugGauss) June 30, 2024
Arriba der: Dancy. Tiene un piquito. Sabrosa pero no mucho. Normalita.
Abajo der: Criolla. Amarillenta, mucho olor. Un poco más ácida que la dancy. Es la típica.
Abajo izq: Nova. Sin semilla. Jugosa, dulce. La + rica. https://t.co/81MccM3Mk6 pic.twitter.com/0PtFFtKr4L
Lo que pocos saben es que al comer mandarinas están no solo nutriendo su organismo, sino también repitiendo costumbres culturales profundas. Y, con solo observar más de cerca, es posible comprender detalles como el motivo de su aroma persistente o el valor nutricional del albedo, esa telilla blanca que muchos desechan.
Las mejores variedades de mandarina en el mercado
Según especialistas del Mercado Central de Buenos Aires, actualmente las variedades de mandarina con mayor aceptación por su sabor, textura y calidad son la Murcott y la Encore.
- Murcott: es un híbrido entre mandarina y naranja que se caracteriza por tener pocas semillas, un sabor muy dulce y una madurez excelente. Aunque su cáscara es fina y algo difícil de pelar, puede conservarse en planta hasta diciembre, lo que prolonga su disponibilidad.
- Encore: posee una cáscara rugosa y un sabor notablemente dulce. A medida que madura, puede desarrollar manchas negras en la cáscara, pero mantiene una excelente calidad interna.
La tradicional Dancy está siendo retirada del circuito por un fenómeno llamado bufado, que provoca la separación entre la pulpa y la cáscara, disminuyendo su calidad. Estas diferencias permiten elegir la mandarina más adecuada para cada gusto o momento: desde las más fáciles de pelar hasta las más dulces o duraderas.
¿Por qué la mandarina deja olor en las manos?
Una de las experiencias más comunes al comer una mandarina es el fuerte olor que queda impregnado en los dedos, que no es un defecto ni una casualidad, sino una consecuencia de su cáscara rica en aceites esenciales, particularmente en la variedad criolla. Al romperse, libera compuestos volátiles como el limoneno, un terpeno aromático que produce ese perfume cítrico tan reconocible.

Este efecto sensorial, aunque para muchos es una parte entrañable del ritual de comer mandarinas, representa una barrera en el mercado internacional. En países donde se valoran frutas con menor impacto olfativo, esta característica no es bienvenida, por eso la criolla -que domina el consumo interno argentino- es prácticamente inexistente en las góndolas extranjeras.
El albedo: el gran tesoro oculto de la mandarina
Pocas personas saben que al desechar la telilla blanca que cubre los gajos, están eliminando la parte más nutritiva del cítrico. Esa capa —conocida como albedo— concentra más vitamina C, flavonoides y antioxidantes que la pulpa misma.
El albedo es antiinflamatorio, antioxidante y contiene polifenoles que protegen al organismo del estrés oxidativo, ayudan a controlar la presión arterial y fortalecen el sistema inmunológico. Su consumo habitual podría potenciar significativamente los beneficios conocidos de esta fruta.
Además, aporta fibra soluble que favorece el tránsito intestinal, regula el azúcar en sangre y contribuye a la sensación de saciedad. Es decir, incluir el albedo en la dieta —aunque parezca un detalle menor— tiene impacto real en la salud metabólica, digestiva y cardiovascular.
¿Cuántas mandarinas conviene comer por día?
Una mandarina pequeña contiene cerca de 27 miligramos de vitamina C, lo que equivale al 34 % del requerimiento diario de un adulto. Por eso, consumir entre dos y tres mandarinas por día es suficiente para cubrir las necesidades básicas de este micronutriente esencial, según datos del Departamento de Agricultura de EE.UU. y guías nutricionales internacionales.

Además de vitamina C, estas frutas aportan vitamina A, tiamina, vitamina B6, folato, potasio, calcio, magnesio, hierro y fósforo, nutrientes clave para el sistema nervioso, el metabolismo y la salud muscular. La mandarina es saludable, pero se recomienda evitar su ingesta en exceso.
Mucho más que una fruta de estación
La mandarina es una fruta cercana, accesible, pero sorprendentemente rica en matices. Conocer sus secretos permite consumirla con más conciencia, disfrutarla mejor y aprovechar todo lo que tiene para ofrecer, sin desperdiciar lo que la hace única.
Ahora que conoces el valor del albedo, que comprendes por qué deja olor en las manos, y por qué elegir variedades como la Murcott, Encore o la clásica criolla, probablemente puedas disfrutarla aún mas. La mandarina es una fruta común que, al mirar de cerca, revela secretos extraordinarios.