Existe un "nuevo" riesgo geológico, invisible y poco conocido

El radón es un gas noble, radiactivo e inodoro presente en ciertos tipos de roca. Supone un peligro para las personas expuestas a altas concentraciones durante largos periodos, y su presencia en zonas habitadas constituye un riesgo geológico.

radón
Entre los peligros geológicos que hay que tener en cuenta, además de terremotos, volcanes, deslizamientos de tierra e inundaciones, está la concentración de radón en interiores, vinculada a determinados tipos de suelos y rocas.

Existe un riesgo geológico poco conocido del que se habla cada vez más en los últimos años y sobre el que la atención y la concienciación son cada vez mayores. Se trata del radón, un gas noble, natural y radiactivo producido por la desintegración del uranio y que está presente en mayores cantidades en ciertos tipos de roca y suelo. Se vuelve peligroso para el ser humano cuando está presente en cantidades elevadas en espacios cerrados.

El problema del Radón, señalan los geólogos, debe atribuirse al campo de los Riesgos Geológicos (es un riesgo geoquímico en particular). Su presencia en las viviendas depende en gran medida de las condiciones geológicas locales, la interacción entre el edificio y el emplazamiento, y el uso de determinados materiales de construcción naturales.

Para más información:
el artículo en profundidad del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología sobre el riesgo del radón.

Qué es el radón, responsable de un "nuevo" riesgo geológico

Es un gas incoloro, inodoro e insípido que es invisible para los humanos. El problema de este gas, cuya presencia está ligada a un determinado tipo de roca y suelo, o en menor medida, a los materiales de construcción del edificio, es que es el segundo factor en la incidencia de cáncer de pulmón tras el humo.

Uno de los problemas del radón es precisamente el hecho de que no es posible darse cuenta de su presencia, debido a la ausencia de sabor, olor, gusto y color. Su concentración varía según el tipo de rocas y suelos, por ejemplo en areniscas está presente en cantidades bajas mientras que es abundante en granitos o zonas de falla. Se acumula en sótanos y lugares mal ventilados.

¿Por qué es peligroso en altas concentraciones y durante largos periodos en interiores?

Según un estudio del Istituto Superiore di Sanità (ISS) italiano, es responsable del 10% de los 30.000 registrados anualmente en Italia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también lo ha catalogado como cancerígeno, explicando que la exposición al radón es una de las principales causas de cáncer de pulmón (entre el 3% y el 14%), sólo superada por el tabaquismo.

Numerosos estudios epidemiológicos, informa el ISS, han constatado que la exposición continua al radón aumenta el riesgo de contraer cáncer de pulmón y que la entidad del riesgo aumenta a medida que aumenta la concentración de radón a la que se está expuesto y la duración de la exposición.

La magnitud del riesgo aumenta a medida que aumenta la concentración de radón a la que está expuesto y aumenta la duración de la exposición. Se vuelve peligroso para los humanos solo cuando está presente en grandes cantidades en ambientes cerrados.

Se vuelve peligroso para los humanos solo cuando está presente en grandes cantidades en ambientes cerrados. No todos los lugares, por tanto, tienen las mismas concentraciones de radón, y hay que tener en cuenta las concentraciones de este gas y el tiempo de exposición a estas cantidades.

No todos los lugares tienen las mismas concentraciones de radón: el gas está presente en mayor cantidad en ciertos tipos de rocas y sedimentos, y se acumula en ambientes cerrados donde el aire se estanca. Se vuelve peligroso si la exposición a este gas es prolongada, en ambientes con altas concentraciones.


Con la misma exposición al radón, los fumadores corren mucho más riesgo que los no fumadores, debido a la sinergia entre el radón y el humo, informa la ISS.

Zonas de riesgo de radón: ¿cómo conocerlas?

Una vez más nos ayuda el conocimiento de la geología de la zona. Al igual que ocurre con el riesgo sísmico, volcánico e hidrogeológico, la geología identifica las zonas donde las rocas y los suelos, o situaciones particulares (presencia de fallas, zonas volcánicas) pueden liberar radón en mayor medida. Una vez que conocemos el peligro, podemos disminuir las exposiciones y, por lo tanto, el riesgo de tener problemas de salud.

¿Qué se hace para reducir el riesgo?

En los últimos años ha aumentado la concienciación y la información sobre los riesgos del radón, pero todavía queda un largo camino por recorrer. En 2018, se celebraron conferencias sobre el riesgo de radón en Italia, lo que puso este tema en el centro de la atención de los medios. También existen numerosos estudios y mapeos, especialmente en áreas volcánicas, donde las concentraciones pueden ser mayores. Aquí, por ejemplo, el mapeo del riesgo de radón para la región de Lazio.

También existe un sistema de seguimiento de la Comisión Europea, el proyecto RESPIRE - Radon rEal time monitoring System and Proactive Indoor Remediation. A nivel europeo, en 2014 (con la nueva Directiva Europea de Protección Radiológica) se establecieron límites de concentración en lugares interiores y lugares de trabajo.

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