La Fontana di Trevi en Roma ya no será gratuita: turistas tendrán que pagar para verla de cerca en 2026; cuanto costará

Roma redefine el acceso a uno de sus íconos más visitados: acercarse a la Fontana di Trevi tendrá costo para los turistas. Buscan ordenar el flujo y financiar su conservación.

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La Fontana di Trevi, ícono del turismo mundial, se prepara para una nueva etapa con ingreso pago al perímetro más cercano desde 2026.

La ciudad de Roma se prepara para un cambio histórico en la gestión de uno de sus monumentos más emblemáticos. A partir de 2026, los turistas que deseen acercarse a la Fontana di Trevi deberán pagar una entrada para acceder al área más próxima al famoso conjunto escultórico.

La decisión, impulsada por el Ayuntamiento de Roma, apunta a enfrentar los efectos del turismo masivo que, en los últimos años, convirtió a la fuente en uno de los puntos más congestionados de la ciudad. Cada día, miles de visitantes se concentran frente al monumento para tomar fotografías, arrojar monedas y permanecer largos períodos en un espacio reducido.

El nuevo sistema comenzará a regir a partir de febrero de 2026, aunque las autoridades no descartan ajustes en la fecha exacta según avance la implementación operativa. La medida se enmarca en una estrategia más amplia de preservación del patrimonio histórico y de mejora de la experiencia urbana.

Cuánto costará y qué incluye el acceso pago

Según la información oficial, el precio fijado será de 2 euros por persona para quienes quieran ingresar al perímetro más cercano de la fuente. Ese sector es el que hoy concentra la mayor densidad de turistas y donde se producen los principales problemas de circulación y mantenimiento.

El cobro no implicará el cierre visual del monumento ni la privatización del espacio público. La Fontana di Trevi seguirá siendo visible de manera gratuita desde la plaza y los accesos laterales, permitiendo que quienes no deseen pagar puedan contemplarla sin restricciones.

La iniciativa contempla, además, exenciones para residentes de Roma y menores de edad, aunque los detalles finales aún se encuentran en etapa de definición. El objetivo declarado no es limitar el acceso, sino ordenar la visita y reducir el desgaste constante sobre el monumento, por lo tanto:

  • El ticket será obligatorio solo para el acceso al área más cercana a la fuente.
  • La vista general desde la plaza continuará siendo libre y gratuita.
  • La recaudación se destinará al mantenimiento y conservación del patrimonio histórico.
  • Residentes y niños quedarían exceptuados del pago, según lo anunciado.

Más allá del impacto económico, la medida introduce un cambio simbólico en la relación entre los turistas y los espacios públicos históricos de Roma. El acceso regulado busca desalentar la saturación permanente del monumento y recuperar una experiencia más ordenada, tanto para visitantes como para residentes.

Por qué Roma decidió cobrar por la Fontana di Trevi

La Fontana di Trevi es uno de los sitios más visitados de Europa y uno de los símbolos indiscutidos del turismo romano. Su popularidad, potenciada por el cine, las redes sociales y el turismo internacional de bajo costo, generó una presión constante sobre el espacio urbano que la rodea.

Las autoridades municipales advierten que el flujo ininterrumpido de personas dificulta las tareas de limpieza, conservación y control del entorno. Además, la acumulación diaria de visitantes afecta la movilidad en una zona céntrica con calles estrechas y alto tránsito peatonal.

El cobro de una tarifa simbólica permitiría recaudar varios millones de euros al año, fondos que se destinarían a la preservación de monumentos históricos y a la mejora de los servicios urbanos. En ese sentido, Roma sigue el camino de otras ciudades europeas que avanzaron hacia modelos de turismo más regulados.

Para los viajeros que planeen visitar la capital italiana a partir de 2026, el cambio no implicará un gasto significativo, pero sí una nueva forma de organizar la experiencia. La posibilidad de reservar horarios o evitar los momentos de mayor afluencia aparece como uno de los efectos indirectos más valorados por el sector turístico.

Una nueva era para un ícono romano

La tradición de arrojar una moneda a la fuente para asegurar el regreso a Roma seguirá vigente, aunque ahora estará asociada a un acceso controlado. El gesto simbólico se mantendrá, pero dentro de un esquema pensado para proteger el monumento a largo plazo.

El debate sobre si el patrimonio debe ser completamente libre o gestionado con criterios de sustentabilidad seguirá abierto, especialmente en ciudades sometidas a una presión turística extrema. La Fontana di Trevi, convertida ahora en un caso testigo, anticipa un modelo que podría replicarse en otros íconos europeos durante los próximos años.