Las frutas y verduras que llegan a tu mesa podrían estar contaminadas: ¿cómo podemos protegernos?

Las enfermedades transmitidas por los alimentos representan uno de los problemas más importantes de la salud pública.

verduras agricultores
En la Argentina hay más de 47 mil explotaciones agropecuarias que producen cerca de 10 millones de toneladas de hortalizas frescas por año.

Un trabajo realizado por el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, detectó parásitos intestinales en los vegetales que se producen en el cinturón hortícola de la zona sur de Buenos Aires, que abastece a gran parte de la región metropolitana.

El análisis encontró que más de la mitad de las muestras de vegetales de hoja y casi un tercio de las muestras de suelo contenían especies parasitarias presentes en la materia fecal humana y de perros.

Las lechugas son el cultivo con más riesgo de parasitosis, debido a su gran capacidad de albergar agua entre las hojas.

A partir de este trabajo, los investigadores lograron identificar que los factores de riesgo para la presencia de parásitos son el acceso limitado a la salud, el anegamiento y las calles de tierra, la circulación de perros en los cultivos y el riego por surcos. El problema esta directamente relacionado con las condiciones de precariedad estructural en las cuales viven las familias que se dedican a la agricultura.

Andrea Falcone, becaria postdoctoral del CONICET y miembro del equipo que realizó el estudio, plantea que “el problema de estos pequeños productores es que alquilan la tierra y por lo tanto deben mudarse periódicamente. Esa es una de las razones por las cuales no tienen posibilidad de mejorar la infraestructura y los servicios".

agua pozo
Los pequeños agricultores que producen frutas y verduras viven en un área periurbana, donde se utiliza agua de pozo, no hay cloacas ni recolección de residuos.

Las enfermedades transmitidas por los alimentos representan uno de los problemas de salud pública más importantes. Muchas veces se piensa en el uso de agrotóxicos y se reclama una transición a la agroecología, sin embargo cuestiones tales como el reordenamiento territorial pueden hacer la diferencia en la salud socioambiental.

¿Es posible la desinfección de estos alimentos?

Otro trabajo reciente realizado por la misma universidad, titulado Desinfección en frutas y hortalizas frescas, indica que “una vez que se ha contaminado la superficie de una fruta u hortaliza no es posible asegurar la eliminación total de los microorganismos con los métodos de desinfección comúnmente empleados para productos frescos, ya que pueden permanecer en rugosidades de la superficie o internalizar en los tejidos del vegetal”.

Además, el documento advierte que “un correcto plan de desinfección debe encontrarse enmarcado en un procedimiento integral de buenas prácticas agrícolas, más que en su eliminación en el producto final”.

alimentos
Es fundamental realizar el lavado de frutas y verduras antes de consumirlas.

La opción más utilizada para realizar la desinfección es el hipoclorito en sus formas sódica o cálcica. Son sustancias fáciles de manipular y en general no tienen un costo elevado.

Normalmente los niveles de hipoclorito utilizados son de 100 a 200 ppm (mg L-1). Sólo en el caso que se desinfecten vegetales que se hayan desarrollado en forma subterránea (papa, batata, zanahoria) pueden emplearse niveles un poco más elevados (hasta 400 mg L-1).

La importancia del consumo de frutas y verduras de calidad

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta insuficiente de frutas y verduras es la causa de alrededor del 14% de las muertes por cáncer gastrointestinal en todo el mundo y del 9% de las muertes por accidentes cerebrovasculares.

Este organismo internacional recomienda consumir por lo menos 400 gramos diarios entre frutas y verduras para obtener sus beneficios nutricionales para la salud.

En Argentina el promedio de consumo per cápita es de 200 gramos por día, la mitad de lo aconsejado.

Desde la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) aseguran que a partir de 2021 rige en la Argentina la obligatoriedad de cumplir con las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y que “con esta normativa se busca asegurar la inocuidad y mejorar la calidad de los alimentos.