Maratón de sembradoras: el campo aceleró la implantación de maíz antes de la llegada de las lluvias a la zona centro

En solo una semana se cubrieron más de 600.000 hectáreas, pero las precipitaciones recientes encendieron alarmas por exceso hídrico en la región núcleo.

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Lote con rastrojo de soja temprana, en pleno proceso de siembra de maíz temprano, con muy buena disponibilidad de agua útil, en Las Colonias, Santa Fe. Gentileza: Bolsa de Comercio de Santa Fe

La campaña agrícola 2025/26 arrancó con un ritmo vertiginoso marcado por el clima. Con la amenaza de lluvias intensas en el horizonte, los productores desplegaron una verdadera maratón de sembradoras para asegurar el maíz temprano en los mejores lotes, aunque las precipitaciones recientes encendieron alertas por excesos hídricos en la región núcleo.

En apenas siete días se implantaron más de 610.000 hectáreas, un registro que llevó el avance del maíz temprano al 35 % del área prevista en la región núcleo, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). La velocidad con la que se desplegaron las sembradoras responde a la necesidad de aprovechar el momento justo antes de la vuelta del mal tiempo.

En tanto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) también destacó el fuerte dinamismo de la siembra de maíz. En paralelo, informó que el trigo se mantiene con un estado entre muy bueno y excelente en el 90 % de los lotes, aunque ya comenzaron a detectarse casos de roya y mancha amarilla en zonas específicas.

El clima fue un actor central en este movimiento acelerado del campo, porque las lluvias generaron acumulados importantes en el norte bonaerense y otras áreas productivas y si bien la humedad favorece la emergencia de los lotes ya sembrados, el riesgo de saturación de los perfiles está cada vez más cerca.

De esta manera, el avance de esta campaña se ubica entre los más veloces de la última década. En la región núcleo, las sembradoras trabajaron prácticamente sin descanso durante varios días, buscando ganarle tiempo al frente lluvioso que ya mostraba señales en los pronósticos.

La apuesta de los agricultores

La BCR remarcó que la presión climática fue determinante para que los productores se jugaran fuerte por el maíz temprano. En muchos casos se priorizó el uso de lotes con buena estructura de suelo y antecedentes de altos rindes, con la intención de capitalizar la ventana productiva de septiembre.

En comparación con campañas previas, la superficie sembrada en tan corto plazo no tiene antecedentes cercanos. La última vez que el maíz había avanzado a un ritmo tan marcado fue en 2021, pero en aquella oportunidad el clima era más seco y no existía el riesgo de excesos hídricos.

La BdeC, en tanto, señaló que el adelanto en la siembra podría favorecer la planificación de la campaña de soja. Con más lotes de maíz temprano implantados en septiembre, se abre espacio para rotaciones más ordenadas que podrían mejorar la sustentabilidad de los planteos agrícolas.

El riesgo del exceso hídrico para la campaña

El agua en abundancia es un factor que puede convertirse en un problema mayor si supera la capacidad de absorción de los suelos. Los excesos hídricos suelen derivar en anegamientos que frenan el desarrollo de las plantas y complican las tareas de manejo a campo.

Los agrónomos advierten que si las precipitaciones persisten en volúmenes superiores a lo normal, la campaña podría enfrentar un escenario de pérdidas de rendimiento y mayores costos de manejo sanitario. El desafío radica en encontrar un equilibrio entre la humedad necesaria para sostener los cultivos y el límite a partir del cual esa misma agua se transforma en una amenaza.

Los contrastes del trigo

Mientras el maíz avanza con fuerza, el trigo se encuentra en un punto crítico de su desarrollo. La BdeC reportó que más del 90 % de los lotes exhiben una condición entre buena y excelente, lo que muestra un potencial productivo importante si el clima acompaña.

Sin embargo, la aparición de roya y mancha amarilla genera preocupación en zonas específicas. Los técnicos destacan que los ambientes húmedos y cálidos favorecen la propagación de estos patógenos, y que los productores deberán intensificar los monitoreos para evitar pérdidas de rinde.

El nivel de inversión realizado en fertilización y tratamientos tempranos también será un factor decisivo. En las últimas semanas se observó un uso más intensivo de insumos, lo que podría mejorar la respuesta del cultivo si el clima no impone mayores restricciones.

Perspectivas climáticas para la primavera

Los pronósticos de primavera muestran un escenario de alta incertidumbre para el agro. Septiembre ya dejó en claro que la variabilidad atmosférica será una constante, y los especialistas no descartan episodios de lluvias por encima de lo normal en octubre y noviembre.

La región núcleo aparece como el área más expuesta a estos fenómenos. Con perfiles de suelo cargados y ríos que ya muestran niveles elevados, cualquier lluvia adicional puede generar rápidamente anegamientos y demoras en las labores agrícolas.

Un arranque prometedor pero lleno de incógnitas

La incertidumbre climática obliga a mirar con cautela los próximos meses. El desafío, según coinciden los técnicos, será transitar la primavera sin que los excesos se conviertan en un factor de estrés adicional.

La siembra de maíz temprano ya se perfila como uno de los motores de la producción nacional, con expectativas de altos rindes si las condiciones se estabilizan. En el trigo, el desafío será sostener la sanidad y evitar que las lluvias terminen arruinando la promesa de una cosecha mayor.

Con perfiles de suelo cargados y ríos que ya muestran niveles elevados, cualquier lluvia adicional puede generar rápidamente anegamientos y demoras en las labores agrícolas. En ese sentido, los productores deberán ajustar sus decisiones de manejo a un escenario que cambia semana tras semana.