¿Puede la arquitectura italiana tradicional mejorar la eficiencia energética?

La solución para mantener los hogares frescos en verano y cálidos en invierno reside, después de todo, en los antiguos tejados del sur de Italia. El conocimiento de nuestros antepasados finalmente ha sido validado por las leyes de la física.

Benevento
Los tejados de la ciudad italiana de Benevento fueron el punto de partida del estudio que redescubrió el papel olvidado de la geometría en la eficiencia energética. Foto: kiki follettosa, CC BY-NC-SA 2.0, vía Flickr.

Aprovechando un viaje de negocios a Benevento, a poco más de 60 kilómetros de Nápoles, Adrian Bejan, profesor de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Duke en Estados Unidos, decidió visitar el centro histórico de esta milenaria ciudad italiana, todavía poco conocida entre los turistas europeos.

Caminando por las calles medievales, notó que los tejados de las casas eran todos iguales. No fue algo que le sorprendiera especialmente. En otras ciudades históricas que ya había visitado, los tejados de los edificios tenían características similares. Pero fue mientras deambulaba sin rumbo por las plazas y callejones de Benevento que se preguntó:

¿Por qué las ciudades antiguas de todo el mundo tienen techos similares?

Las formas repetidas no podían ser solo una cuestión de estética. Dado que Adrian Bejan era un reconocido especialista en termodinámica y en el movimiento y flujo del calor, la pregunta no podía quedar sin respuesta.

Sentado en una terraza, aprovechando el sol de la mañana, dibujó algunos cálculos en servilletas. Tras completar las primeras ecuaciones, regresó a Estados Unidos y pidió ayuda a su colega Pezhman Mardanpour, también profesor de ingeniería mecánica y de materiales en la Universidad Internacional de Florida.

Italia
En Benevento, el ingeniero Adrian Bejan se dio cuenta de que las formas repetitivas de los tejados no solo cumplían fines estéticos, sino también funcionales. Foto: Decan, CC BY-SA 3.0, vía Wikimedia Commons.

Ambas medidas analizadas se aplicaron a dos formas comunes en los tejados del centro histórico de Benevento: un tejado largo con sección transversal triangular y un cono circular.

La simplicidad de las soluciones tradicionales

Los resultados del trabajo se han publicado en la revista International Communications of Heat and Mass Transfer. El estudio de Adrian Bejan y Pezhman Mardanpour demuestra que la geometría de los tejados empleada en la arquitectura tradicional de Benevento no es aleatoria.

Aunque ignoraban los principios básicos de la eficiencia energética, los antiguos constructores sabían lo que hacían. No aplicaban ecuaciones ni usaban fórmulas que hoy pueden derivarse de las leyes de la física.

A través de la observación, la experiencia y los resultados obtenidos, encontraron soluciones para maximizar la retención de calor en el interior de las viviendas.

La investigación de Bejan y Mardanpour muestra que simplemente cambiando la forma del techo, se puede mejorar la eficiencia energética sin coste adicional y sin recurrir a la tecnología.

Las bolsas de aire atrapadas por los diferentes formatos de techo funcionaron como buenos aislantes en una época en la que optimizar la eficiencia energética de las viviendas era una cuestión de supervivencia.

El estudio aprovecha el conocimiento empírico acumulado por las culturas tradicionales. Durante siglos, los constructores comprendieron que ciertos diseños hacían que las casas fueran más frescas en verano y más cálidas en invierno.

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El trabajo de investigadores estadounidenses demuestra que los edificios antiguos no requieren tecnología ni costos adicionales para conservar o disipar el calor. Foto: The Loves Of Eirlys /Pixabay

Las líneas altas o bajas de un tejado determinan el comportamiento del aire dentro de una casa. Si un pico en un cono circular o en forma de A tiene menos de un metro de altura, el viento fluirá uniformemente, como el agua que se desliza por el lateral de un fregadero.

Pero si la altura del tejado supera el metro, el aire girará caóticamente.

El ancho, por supuesto, tiene un impacto directo en el flujo de aire y la transferencia de calor. Si la altura del techo es inferior a un metro, debe ser tres o cuatro veces más ancha que su altura para minimizar la pérdida de calor. Pero si supera los 90 cm de altura, debe ser un triángulo equilátero con una relación altura-ancho de uno.

Estas mismas proporciones, con ligeras variaciones, se pueden encontrar en edificios antiguos de todo el mundo, especialmente en viviendas más modestas.

El conocimiento puramente empírico, finalmente confirmado por las leyes de la física, no solo constituye un reconocimiento adecuado de la sabiduría de nuestros antepasados. Aún más importante —argumentan los autores— será su futura aplicación en la construcción contemporánea.

Viejos conceptos con nuevas aplicaciones

Más allá de la vivienda, sus principios se pueden aplicar en el diseño de vehículos, mejorando la disipación del calor, en la arquitectura bioclimática, en regiones con climas extremos, o en la biomímesis, una disciplina que se inspira en la naturaleza para desarrollar soluciones tecnológicas o de diseño.

Adrian Bejan y Pezhman Mardanpour están convencidos de que si los nuevos edificios incorporan estos principios, será posible reducir significativamente la necesidad de calefacción o refrigeración artificial.

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Aplicando las leyes de la física, es posible descubrir las proporciones ideales que debe tener un tejado para garantizar la eficiencia energética en la construcción, el diseño o las soluciones tecnológicas. Imagen generada por IA: Alex Vyshnikov/Pixabay

Un mejor uso de la energía también puede reducir la huella de carbono del sector de la construcción, así como democratizar el acceso a la vivienda sostenible, incluso en regiones con menos recursos.

Lo que la sabiduría ancestral demuestra en este caso particular es que combinar la ciencia con la tradición puede ser la mejor manera de promover una arquitectura más consciente del medio ambiente sin comprometer la estética, la función y la eficiencia.

Referencia de noticias

A. Bejan, P. Mardanpour. Why people shape roofs the same way? International Communications in Heat and Mass Transfer.