¿Qué se celebra el 25 de mayo en Argentina?

¿Por qué se celebra el Día de la Patria el 25 de mayo? La revolución ante la corona española marcó el inicio del camino hacia la independencia, que llegaría años mas tarde.

25 de mayo
La Revolución de Mayo, óleo de Francisco Fortuny

El 25 de mayo se celebra la Revolución de Mayo de 1810 en la Argentina. A través de un proceso que había comenzado una semana antes, ese día se conformó el Primer Gobierno Patrio, lo que significó dejar atrás la figura del virreinato y la dependencia con España.

Es una de las fechas más importantes del calendario nacional y se la considera el punto de partida de un proceso independentista que se concretaría seis años después, el 9 de julio de 1816.

Los argentinos recordamos y honramos la gesta de los próceres criollos que integraron aquella Primera Junta de Gobierno, con Cornelio Saavedra como presidente, Mariano Moreno y Juan José Paso como secretarios y Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Juan Larrea y Domingo Matéu, como vocales.

Para comprender lo que ocurrió en la Argentina en esa época hay que repasar algunos acontecimientos que se suscitaron en el orden mundial, ya que la ciudad de Buenos Aires -por aquel entonces capital del Virreinato del Río de la Plata- estaba absolutamente convulsionada. Algo similar ocurría en el resto de la región, especialmente en América del Norte donde también se estaban gestando movimientos revolucionarios.

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Mapa de las Indias Occidentales y los dominios españoles en América del Norte (Arrowsmith, 1803)

Europa era un hervidero y España estaba en crisis. En 1808 había sido invadida por los ejércitos de Napoleón Bonaparte y el rey Fernando VII tuvo que ceder el trono a los franceses. La falta de una autoridad de referencia en la península ibérica llevó a un grupo de dirigentes locales a plantear la posibilidad de un gobierno autónomo.

Para esta insurgencia política era necesaria una milicia y Buenos Aires acababa de resistir tras las invasiones inglesas, por lo tanto no sólo estaba la idea de separarse de la corona española, sino que además tenía la fuerza para hacerlo. El proceso revolucionario había llegado a un punto culmine, donde ya nadie aceptaba el mínimo control ya sea político, comercial o social.

Entre “la legión infernal” o mantener el “statu quo”

En los días previos, un grupo de agitadores llamado “Legión Infernal” se concentró en la plaza y exigió la convocatoria urgente del Cabildo Abierto. Estos lograron quedar a cargo de la entrega de las 450 invitaciones a los vecinos para el día siguiente, y en esa tarea, retuvieron algunas de esas cartas que nunca llegaron a destino. Este es quizá el primer hecho revolucionario, ya que quedó en claro que si era necesario se recurriría a cualquier método para llegar al objetivo: voltear al virrey Cisneros.

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El 25 de Mayo se proclama como autoridad a la Junta Revolucionaria y así se forma el Primer Gobierno Patrio. (Fuente: Ministerio de Educación de la Nación)

Por ahora, los protagonistas eran el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros (apodado “el sordo de Trafalgar” debido a que un bombazo a centímetros de su cabeza le quitó la audición para siempre) y el obispo de Buenos Aires Benito Lué y Riega, quienes se reunieron y convocaron a los referentes de la posición defensora del “statu quo”, es decir los que esperaban que nada cambiara. Por el otro lado, la “Legión Infernal”, conocidos como los “chisperos”, por su ostentación de las armas de fuego, eran liderados por Antonio French y Domingo Beruti, Manuel Belgrano y Juan José Paso.

El inicio de la Revolución

En la convocatoria para el 22 de mayo, los “chisperos” controlaban desde temprano la plaza, reduciendo la asistencia al Cabildo Abierto a sólo unos 250 vecinos. El debate giró en torno a la continuidad del virrey y cuando parecía que la propuesta a favor de Cisneros iba a triunfar, tomó la palabra don Juan José Paso, quien condensó en su discurso el pensamiento de todo el pueblo presente.

El virrey cesó por mandato del organismo político por 155 votos contra 69, el Cabildo recibió el pedido de la formación de una Junta de Gobierno y los revolucionaron festejaron. Al día siguiente se publicaron las decisiones tomadas y se enviaron comunicaciones a las otras capitales del virreinato, sin embargo Cisneros y el obispo Lué y Riega buscarían revertir el resultado de la votación.

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El Cabildo de Buenos Aires, entonces la capital del Virreinato del Río de la Plata, fue el escenario principal del cambio de mando, del virrey a la Primera Junta de Gobierno patrio.

El 24 de mayo, el Virrey, el obispo y los cabildantes conservadores se propusieron mantener el poder en manos leales a la península y retrasar cualquier intento autonomista. A pesar de todo, Cisneros se mantenía al frente de la Junta que además estaba integrada por Cornelio de Saavedra, Juan José Castelli, Juan Nepomuceno Solá y José Incháurregui.

Los revolucionarios regresaron a sus labores habituales, pero al analizar la situación comprendieron que habían quedado en minoría frente a los conservadores. De esta forma, regresaron a las reuniones de debate en los lugares habituales, como la casa de los Escalada, de los Thompson, la jabonería de Vieytes y Rodríguez Peña y el Café de Marco. Belgrano, quien tenía un importante cargo político asumió la tarea de revertir los acontecimientos.

Al amanecer el 25 de mayo, unos 500 vecinos coparon la Plaza de la Victoria, pidieron la renuncia de la Junta y tomaron el Cabildo. Los “infernales” French y Beruti presentaron una propuesta que fue aceptada por los cabildantes y se proclamó la Junta Provisional Gubernativa de la Capital del Río de la Plata que comandaría los destinos de un territorio que ya no sería una colonia española.Seis años mas tarde, surgiría una nación independiente llamada Argentina.