El regreso de las lluvias: la clave para frenar las pérdidas en el agro

La ola de calor de los últimos 15 días cambió drásticamente el panorama de la producción agropecuaria. Por la falta de lluvias se perdería un 10 % del área sembrada con soja.

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Carlos Tejedor (Bs. As.) con fuerte afectación en maíz tardío por falta de agua. Foto: Dante Garciandia

Existen dos formas de ver lo que esta pasando en la producción agropecuaria, tal como ocurre con un vaso con la mitad de su contenido. Si bien es real que hubo pérdidas por las altas temperaturas y la falta de precipitaciones durante las últimas dos semanas, el regreso de las lluvias a gran parte de las zonas productivas podría amortiguar el impacto que tuvo la ola de calor, por lo tanto se puede mantener el optimismo porque el realidad el partido aún se esta jugando.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario, se perdería cerca de un 10 % del área sembrada con soja de segunda en el área núcleo y la soja de primera también se vería impactada en sus rendimientos potenciales. Se trata de unas 100 mil hectáreas que son las que más sufrieron el impacto climático y que al día de hoy se encuentran en sequía.

El combo fue letal, porque febrero comenzó con lluvias prácticamente nulas (el valor más alto fueron 12 mm en Colonia Almada, Córdoba) y temperaturas elevadas que llegaron a los 42,5 °C (en la localidad de Carlos Pellegrini, en Santa Fe). Bajo estas condiciones, las hectáreas en sequía aumentaron rápidamente en el norte bonaerense, este de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, con señales muy negativas para los rendimientos de los cultivos.

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Lote de soja de segunda en inicio de floración en la zona de Castellanos (Sta. Fe)

Aún permanece en estado bueno el 40 % del área y otro 10 % bajo condiciones muy buenas. Sin embargo, la soja de segunda -dado el consumo de las reservas que tiene por sembrarse después del trigo- es el cultivo más vulnerable ante este estrés termo-hídrico y la soja de primera necesita mucha agua durante este fin de semana .

Panorama de la campaña agrícola

El resultado del ciclo 2023/24 estará condicionado por los milímetros que caigan a partir de ahora, ya que se necesita una gran lluvia para mantener los potenciales de rinde en soja y maíz de siembras tempranas y tardías. Si bien es verdad que el estado de los cultivos se deterioró en etapas de definición de rinde, los que se encuentran en estado regular o malo ni siquiera superan el 20 %.

En la zona núcleo que releva la Bolsa de Comercio de Rosario, serían 51.000 hectáreas las más comprometidas pero existen otras 459.000 que aun se conservan en buenas condiciones.

Desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, advierten que "en el caso de la soja de primera, el 41,4 % de los cuadros transita estadios entre comienzo de fructificación y llenado de grano bajo condiciones de estrés hídrico y térmico, afectando los principales componentes del rendimiento. Casi 4 de cada 10 Ha presentan una condición hídrica de regular a sequía. El 37,1 % de los lotes de segunda iniciaron estadios reproductivos y el 78,5 % de la soja de segunda presenta una condición de cultivo de normal a buena.

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Lote de maíz temprano madurando a la espera de lluvias. Foto: Bolsa de Comercio de Santa Fe

En lo que respecta a maíz, la entidad porteña confirma que "la siembra alcanza el 99,5 % de la superficie estimada restando sembrar unas 40 mHa en el norte del área agrícola. En las últimas dos semanas la superficie con una condición hídrica óptima a adecuada se redujo de 6,1 a 4,3 MHa. Aquí también las lluvias pronosticadas para los próximos días serán fundamentales para sostener la condición del cultivo.

¿La ola de calor, sigue?

A pesar de las tormentas aisladas e intermitentes -que comenzaron el jueves- y las lluvias generalizadas que se concretarían durante este fin de semana, la ola de calor podría regresar muy pronto. El verano no terminó y es probable que se mantengan las temperaturas máximas elevadas.

Lo más importante será observar si se registran eventos de lluvia. Se necesitan entre 100 y 160 mm de manera urgente para que se pueda revertir esta situación que hace crujir los esquemas económicos, afectando al sector productivo y al propio estado.