Septiembre batió nuevos récords y se convirtió en el mes más caluroso de la historia instrumental del planeta

El observatorio europeo Copernicus ha lanzado una advertencia inequívoca: septiembre de 2023 ha sido el mes más caluroso jamás registrado en el planeta, superando el récord anterior de 2020 por un notable margen.

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Septiembre bate un nuevo récord de temperatura y pone a 2023 en riesgo de convertirse en el año más caluroso de la historia.

Con una temperatura media global en superficie de 16,38 ºC, esta singular anomalía climática sin precedentes está avivando la preocupación de los expertos por la crisis de calentamiento global a la que se enfrenta el planeta.

Además, hay que tener en cuenta que un buen número de ciudades, sobre todo en el Mediterráneo, son susceptibles de sufrir un excedente térmico provocado por las Islas de Calor Urbanas (ICU), como afirma un artículo publicado recientemente en The Conversation, lo que nos da más motivos para preocuparnos.

Descubrí aquí lo que ha ocurrido en el último mes y lo que aún está por llegar.

El calentamiento global en crisis con los registros de temperatura en septiembre y el impacto de El Niño

El mes de septiembre de 2023 es un dramático testimonio del cambio climático, con temperaturas que superan el récord de 2020 por un asombroso margen de 0,5 °C. Es más, el mes pasado fue 1,75 °C más cálido que el septiembre medio del periodo 1850-1900, el periodo anterior a que las grandes concentraciones de emisiones de gases de efecto invernadero tuvieran efecto sobre el clima.

Uno de los factores que han contribuido a este calor extremo ha sido el fenómeno climático de El Niño, que ha tenido un impacto significativo en las temperaturas de la primera mitad y principios de la segunda mitad de 2023. Este "septiembre récord" llega después de un verano extremadamente caluroso, con máximos históricos en varias regiones del hemisferio norte.

A El Niño también se le atribuye la aceleración del deshielo en las regiones polares, lo que contribuye aún más al aumento de las temperaturas globales.

Los datos de Copernicus-C3S revelan una anomalía de calentamiento tan extraordinaria que los científicos aún tienen dificultades para explicarla.

En septiembre, las temperaturas se situaron 0,9 °C por encima de la media registrada entre 1991 y 2020, año del récord anterior para el mes de septiembre. Este aumento representa un serio desafío para el Acuerdo de París, establecido hace ocho años, cuyo objetivo era limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.

Las alarmantes tendencias indican la posibilidad de un año récord

Pero si retrocedemos en el tiempo, el récord de calentamiento no se limita a septiembre. La temperatura media mundial desde enero es la más cálida jamás registrada en los nueve primeros meses de un año, superando la media de las décadas 1850-1900 en la asombrosa cifra de 1,4 °C.

Esta tendencia pone a 2023 en camino de convertirse en el año más caluroso de la historia. De hecho, estos resultados son alarmantes y no pueden ignorarse.


La subdirectora del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, Samantha Burgess, advierte de la gravedad de la situación, afirmando que "este mes de temperaturas extremas sitúa a 2023 en el dudoso honor de liderar el ranking, camino de convertirse en el año más caluroso."

Los efectos del calentamiento global son cada vez más evidentes. Recientemente, Copernicus ya había dado a conocer los resultados de las observaciones realizadas en la Antártida, donde la capa de hielo del océano se encontraba en septiembre un 9% por debajo de la media, mientras que en el Ártico la situación era aún más aterradora, con un descenso del 18% respecto a la media.

Además de las preocupaciones relacionadas con el hielo polar, los fenómenos meteorológicos extremos, como las tormentas que han causado daños irreversibles en países como Grecia y Libia, demuestran que la crisis climática está en pleno apogeo y que es necesario aunar esfuerzos para hacer frente a los posibles problemas.

Presión mundial para que los líderes tomen medidas concretas frente a la crisis climática

En los últimos días, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, y el Papa Francisco han hecho sendos llamamientos urgentes a la acción global contra el cambio climático al margen de sus agendas. No faltan razones para la necesidad de intervenir y, a la hora de actuar, es fundamental tener en cuenta las desigualdades entre países, regiones, ciudades e individuos con niveles socioeconómicos muy diferentes.

A medida que se acerca la Conferencia de las Partes (COP28), que se celebrará el 30 de noviembre en Dubái, aumenta la presión sobre los líderes mundiales. Se espera que los movimientos y manifestaciones proambientalistas se intensifiquen en las próximas semanas, como lo han hecho en el último mes, en busca de medidas concretas y vinculantes. Cabe señalar que la COP28 puede representar una vez más una oportunidad única para definir una línea de acción eficaz para la transición energética.

Hace unos días, el Papa Francisco, líder de la Iglesia católica, destacó el papel de esta conferencia y la necesidad de "fórmulas vinculantes para la transición energética que tengan tres características: eficientes, vinculantes y fácilmente monitoreables".

Es una opinión compartida por muchos, que reconocen la urgencia de tomar medidas contra el calentamiento global y el cambio climático.

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