Tragedia en el Callejón de Inundaciones Repentinas: por qué la región montañosa de Texas sigue ahogándose en desastres

La belleza escénica de Texas Hill Country, con sus ondulantes colinas, acantilados de piedra caliza y ríos serpenteantes, atrae visitantes durante todo el año. Pero bajo su encanto de postal se esconde una realidad letal: esta región es uno de los lugares más mortíferos de Estados Unidos en cuanto a inundaciones repentinas.

La última tragedia subraya ese peligro. Durante el fin de semana, lluvias torrenciales provocaron una catastrófica inundación repentina en el río Guadalupe, dejando al menos 82 muertos en seis condados, la mayoría en el condado de Kerr.

Entre las víctimas se encontraban 28 niños y 40 adultos, mientras que más de 850 personas tuvieron que ser rescatadas o evacuadas. Hasta el lunes por la mañana, 10 campistas y un monitor del Campamento Místico seguían desaparecidos tras la crecida del río la madrugada del viernes.

El río Guadalupe alcanzó la asombrosa cifra de 9 metros, su segundo nivel más alto registrado, antes de que fallara el medidor del río. “El medidor está completamente sumergido”, declaró Bob Fogarty, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en Austin/San Antonio. Es posible que el río haya crecido aún más.

Este tipo de inundación devastadora no es nueva en la región ni una anomalía. La región montañosa de Texas se encuentra en el corazón de lo que se conoce como el Corredor de Inundaciones Repentinas, una de las zonas más propensas a inundaciones del país.

La geografía que convierte la lluvia en desastre

¿Y qué hace que esta zona sea tan propensa a inundaciones repentinas? Según expertos como el Dr. Hatim Sharif, experto en inundaciones e ingeniero civil de la Universidad de Texas en San Antonio, todo se reduce a la geografía y la geología.

Esa escorrentía se precipita por las empinadas laderas y desemboca en pequeños arroyos, que luego desembocan en ríos más grandes como el Guadalupe. Cuando llueve fuerte y rápido, esos arroyos crecen rápidamente, creando muros de agua que pueden arrastrar autos, casas y, por desgracia, personas, antes de que nadie tenga tiempo de reaccionar.

Es una reacción en cadena mortal que se repite una y otra vez en esta región, a menudo sin previo aviso. Por eso esta zona se ha ganado el apodo de "Callejón de las Inundaciones Repentinas".

La historia se repite

Esta no es la primera vez que Hill Country sufre un desastre de este tipo. En 1987, una inundación similar azotó el condado de Kerr, matando a 10 adolescentes que intentaban evacuar un campamento junto al río Guadalupe.

Y hace apenas unas semanas, el 12 de junio de 2025, una inundación repentina azotó San Antonio, en las afueras de Hill Country. Esa inundación mató a 13 personas cuando un arroyo normalmente pequeño cerca de una rampa interestatal se convirtió en un río caudaloso en cuestión de minutos. La mayoría de las víctimas quedaron atrapadas en sus autos sin tiempo para escapar.

¿Se puede hacer algo?

Si bien no podemos cambiar la geografía, la concientización y la preparación pueden salvar vidas. Las inundaciones repentinas ocurren increíblemente rápido, a veces en minutos, por lo que los sistemas de alerta temprana, los buenos planes de evacuación y la educación pública son esenciales.

Lo más importante, como siempre enfatizan los expertos, es que nunca conduzcas en una inundación. Incluso unos pocos centímetros de agua en movimiento rápido pueden arrastrar un vehículo. Si ves agua sobre la carretera, la regla es simple: date la vuelta, no te ahogues.

A medida que Texas Hill Country continúa creciendo y atrayendo a más gente, es fundamental reconocer los riesgos de este hermoso pero peligroso paisaje. El terreno puede ser impresionante, pero cuando llueve con fuerza, puede volverse mortal en un instante.

Referencias de la noticia

Por qué Texas Hill Country, donde una inundación devastadora cobró la vida de decenas de personas, es uno de los lugares más peligrosos de EE. UU. por inundaciones repentinas. 5 de julio de 2025. Hatim Sharif.

Mapeo de la severidad de las inundaciones repentinas en Estados Unidos. 1 de febrero de 2017. Manabendra Saharia, Pierre-Emmanuel Kirstetter, Humberto Vergara, Jonathan J. Gourley, Yang Hong y Marine Giroud.