El telescopio espacial Webb revela que el nuevo planeta (TRAPPIST-1 d) no es el gemelo de la Tierra que esperábamos
Nuevas observaciones del telescopio James Webb revelan que el exoplaneta, pese a ser rocoso y similar en tamaño a la Tierra, carece de una atmósfera como la nuestra y difícilmente pueda albergar vida.

El exoplaneta TRAPPIST-1 d, ubicado a unos 40 años luz de distancia, se había convertido en uno de los candidatos más intrigantes para quienes buscan mundos habitables más allá del sistema solar. Su tamaño similar al terrestre, su naturaleza rocosa y su posición en la llamada “zona habitable” de su estrella alimentaban las esperanzas de que pudiera contar con agua líquida en su superficie.
“En este punto podemos descartar a TRAPPIST-1 d de una lista de posibles gemelos o primos de la Tierra”, afirmó Caroline Piaulet-Ghorayeb, investigadora de la Universidad de Chicago y del Instituto Trottier para la Investigación de Exoplanetas (IREx) en Montreal, autora principal del trabajo publicado en The Astrophysical Journal.
El sistema de los siete mundos
El sistema TRAPPIST-1 se hizo famoso en 2017, cuando el ya retirado telescopio espacial Spitzer reveló que albergaba siete planetas rocosos de tamaño terrestre orbitando una enana roja tenue y fría. Se trata, además, del récord de planetas de este tipo alrededor de una sola estrella.
En comparación con nuestro Sol, la enana roja TRAPPIST-1 es más pequeña y menos luminosa, lo que hace que su zona habitable esté mucho más cerca. En ese entorno compacto, TRAPPIST-1 d ocupa el tercer lugar desde la estrella y completa una órbita —su “año”— en apenas cuatro días terrestres.

Aunque se ubica en el borde de la zona templada, su proximidad es extrema: apenas el 2 % de la distancia que separa la Tierra del Sol.
Lo que vio el James Webb
Las observaciones realizadas con el instrumento NIRSpec del James Webb no detectaron rastros de moléculas comunes en atmósferas planetarias, como agua, metano o dióxido de carbono.
Esto abre tres escenarios posibles: que TRAPPIST-1 d posea una atmósfera muy delgada, difícil de captar (como Marte); que tenga densas nubes a gran altitud, que oculten la firma de las moléculas (similar a Venus); o que, directamente, sea una roca estéril sin atmósfera alguna.
“Sea cual sea el caso, es difícil ser un planeta alrededor de una estrella enana roja”, explicó Piaulet-Ghorayeb. Estas estrellas son conocidas por su alta actividad: explosiones frecuentes de radiación que pueden despojar de sus atmósferas a planetas cercanos.
La esperanza puesta en los planetas exteriores
A pesar del resultado negativo, los científicos no pierden el interés en TRAPPIST-1. De hecho, las estrellas enanas rojas son las más comunes de la galaxia, por lo que comprender si sus planetas pueden mantener atmósferas es clave para la búsqueda de vida extraterrestre.
“Los sensibles instrumentos infrarrojos del Webb nos permiten investigar atmósferas de planetas pequeños y fríos por primera vez”, destacó Björn Benneke, coautor del estudio y miembro de IREx.
La atención ahora se centra en los planetas más alejados del sistema —TRAPPIST-1 e, f, g y h— que, al orbitar a mayor distancia, podrían estar más protegidos de la radiación de su estrella y conservar atmósferas más densas. No obstante, esa misma lejanía los hace más fríos y difíciles de estudiar, incluso para el Webb.
La Tierra, más única que nunca
Pese a las dudas, la investigación recién comienza. Los astrónomos subrayan que todavía existe la posibilidad de hallar atmósferas significativas en otros mundos del sistema. “Si bien TRAPPIST-1 d podría ser una roca estéril iluminada por una cruel estrella roja, los planetas exteriores podrían aún poseer atmósferas densas”, señaló Ryan MacDonald, coautor del trabajo y astrónomo de la Universidad de St. Andrews.
El hallazgo, sin embargo, refuerza una conclusión clara: la Tierra es aún más especial de lo que pensábamos. Nuestro planeta combina atmósfera, agua líquida y un Sol estable, una combinación que por ahora sigue siendo única en el cosmos.
Referencia de la noticia
Caroline Piaulet-Ghorayeb et al, Strict Limits on Potential Secondary Atmospheres on the Temperate Rocky Exo-Earth TRAPPIST-1 d, The Astrophysical Journal (2025)