El segundo bioma más grande de Brasil perdió 40 millones de hectáreas de vegetación en 4 décadas, según estudio

El Cerrado sufrió una reducción del 28 % en la vegetación nativa entre 1985 y 2024, especialmente en la región de Matopiba. La agricultura y la energía solar están intensificando la presión sobre los recursos naturales.

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Un incendio arrasa el Pantanal de Mato Grosso do Sul en 2023: el bioma sufre graves sequías como consecuencia de la devastación del Cerrado. Crédito: Getty Images

El Cerrado, el segundo bioma más grande de Brasil, enfrenta un proceso acelerado de degradación ambiental. Un estudio publicado este miércoles por la red MapBiomas revela que, entre 1985 y 2024, el bioma perdió 40,5 millones de hectáreas de vegetación nativa, el equivalente al 28 % de su cobertura original.

El área devastada es una vez y media mayor que el tamaño del estado de Bahía. Los datos forman parte de la Colección MapBiomas 10, que monitorea el uso y la cobertura del suelo en Brasil con base en imágenes satelitales y análisis temporales.

Actualmente, solo se conserva el 51,2 % de la vegetación nativa del Cerrado. El 48,8 % restante se ha reconvertido, principalmente, en áreas dedicadas a la agricultura, un sector que ha consolidado su dominio en las últimas décadas.

Los municipios pierden cobertura nativa y expanden la agricultura

La transformación del bioma también es evidente a nivel municipal. En 1985, aproximadamente el 37 % de los municipios del Cerrado conservaban más del 80 % de su vegetación original.

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La foto muestra un incendio en el Cerrado de Brasilia el 21 de septiembre. Crédito: Eraldo Peres/AP

Durante el mismo período, el número de municipios donde la agricultura ocupa la mayor parte del territorio aumentó del 42 % al 58 %. Actualmente, uno de cada cuatro municipios de la región tiene menos del 20 % de cobertura forestal nativa.

Según Bárbara Costa, analista de investigación del IPAM y miembro del equipo del Cerrado de MapBiomas, el cambio se debió a una combinación de factores. «La eliminación de la vegetación nativa fue intensa, especialmente entre 1985 y 1995. Desde entonces, la agricultura se ha expandido e intensificado, transformando el Cerrado en el corazón de la producción agrícola del país, en particular de cereales», afirma.

Matopiba lidera la destrucción en el bioma

La región de Matopiba, que abarca los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía, presenta las tasas más altas de devastación. Si bien representa el 30 % de la superficie total del Cerrado, el territorio ha sido responsable del 39 % de la pérdida neta de vegetación nativa desde 1985. Esto equivale a 15,7 millones de hectáreas.

Tan solo en los últimos diez años , el 73 % de la devastación del bioma se produjo en esta región. El crecimiento agrícola en Matopiba ha sido asombroso: en cuatro décadas, la superficie agrícola se ha multiplicado por 24, sumando 5,5 millones de hectáreas.

Además, Matopiba también atrae proyectos de energía solar. Un tercio de todas las plantas fotovoltaicas de Brasil se ubican en el Cerrado, ocupando actualmente 11.300 hectáreas, lo que representa un aumento del 1273 % con respecto a 2016. Desde entonces, se han reconvertido aproximadamente 4.400 hectáreas de vegetación nativa para este fin.

Los recursos hídricos también bajo presión

El estudio de MapBiomas también destaca cambios preocupantes en la dinámica hídrica del Cerrado. En 2024, el bioma registró su mayor superficie de agua desde 1985: 1,6 millones de hectáreas , equivalente al 0,8 % de su superficie total.

Sin embargo, el 60,4 % de este volumen provino de fuentes artificiales, como centrales hidroeléctricas, acuicultura y minería. En contraste, las aguas naturales disminuyeron en 249.000 hectáreas, lo que representa una disminución del 27,8 %. Casi todas las cuencas hidrográficas (90,8 %) perdieron superficie natural, mientras que el 68,5 % experimentó un aumento en las áreas artificiales.

"Los recursos hídricos también están bajo presión en el Cerrado. Más de la mitad del bioma se encuentra en propiedades rurales. Por lo tanto, es fundamental promover políticas públicas que equilibren la producción, la conservación y la restauración ambiental", argumenta Ane Alencar, directora científica del IPAM y coordinadora de los equipos del Cerrado y Fogo en MapBiomas.

El futuro del Cerrado depende de una acción inmediata

El panorama revelado por el estudio refuerza la urgente necesidad de medidas para frenar la deforestación y proteger los recursos naturales del Cerrado. Preservar el bioma es crucial no solo para la biodiversidad, sino también para la seguridad hídrica, alimentaria y climática de Brasil.

Ante la creciente presión de la agricultura, el sector energético y el cambio climático, los expertos abogan por políticas que integren la conservación ambiental y el desarrollo sostenible. Sin esto, el Cerrado podría enfrentarse a un colapso ecológico con consecuencias nacionales y globales.

Referencias de noticias

G1. Cerrado perdeu 40 milhões de hectares de vegetação em 40 anos, aponta estudo. 2025