¿Tu potus tiene hojas pequeñas? Prueba este truco para que crezcan grandes y verdes
Con un gesto simple inspirado en su crecimiento natural, tu potus puede transformarse. Aprende el truco de los nudos enterrados y todas las claves para que tu planta luzca hojas grandes y saludables.

El potus, conocido también como pothos o poto, se ha convertido en una de las plantas de interior más elegidas por su resistencia, su capacidad de adaptación y su facilidad de cultivo. Sin embargo, no siempre luce frondoso: en muchos hogares desarrolla hojas pequeñas, tallos débiles y un aspecto deslucido.
En la selva, el potus crece como liana trepadora sobre troncos húmedos, donde sus raíces aéreas se aferran y se transforman en raíces verdaderas. Al imitar ese proceso dentro de casa, con buena luz, humedad, fertilización y un soporte adecuado, las hojas pueden duplicar su tamaño y recuperar el brillo característico.
¿Cuál es el truco principal?
Uno de los consejos más efectivos para lograr hojas grandes es enterrar los nudos del tallo. Estos puntos, donde aparecen raíces aéreas, al entrar en contacto con el sustrato desarrollan raíces auténticas y dan origen a brotes más vigorosos.
El procedimiento es sencillo: toma una rama con hojas en la punta, enróllala suavemente sobre la superficie de la tierra y fíjala con un pequeño gancho en forma de U para que no se mueva. Con el tiempo, cada nudo enterrado dará lugar a nuevas raíces y ramas que generarán hojas más grandes, densidad en la maceta y un aspecto mucho más frondoso.
7 cuidados esenciales para conseguir un potus exuberante
A continuación te brindamos algunos consejos para que planta crezca de manera saludable, fortalezca su sistema radicular y disponga de más energía para expandir su follaje. Esto es lo que deberías tener en cuenta:
- Luz brillante e indirecta: colocarlo cerca de ventanas orientadas al este o al norte asegura un desarrollo equilibrado. La falta de luz provoca hojas pequeñas y tallos alargados, mientras que el exceso de sol directo puede quemar el follaje.
- Sustrato suelto y con drenaje: una mezcla rica en materia orgánica, con perlita o fibra de coco, evita el encharcamiento y le da a las raíces el oxígeno necesario. El suelo compacto suele ser enemigo del crecimiento abundante.
- Riego moderado y constante: lo ideal es esperar a que la capa superficial de la tierra se seque antes de volver a regar. Tanto el exceso como la falta de agua afectan el vigor del potus y reducen el tamaño de las hojas.
- Fertilización regular: en primavera y verano conviene aplicar fertilizantes líquidos balanceados o bien enriquecer el sustrato con humus de lombriz. Con más nutrientes disponibles, la planta puede producir hojas más amplias y brillantes.
- Mayor humedad ambiental: pulverizar el follaje, agrupar plantas o utilizar un humidificador favorece el crecimiento de hojas nuevas. La humedad cercana al 60 % es ideal para replicar el ambiente selvático.
- Podas periódicas: cortar los tallos largos sobre los nudos permite que la planta ramifique y gane densidad. Esta práctica también ayuda a mantener un porte más compacto y decorativo.
- Tutor vertical de musgo o coco: cuando el potus trepa, desarrolla hojas de mayor tamaño, ya que activa su mecanismo natural de liana. Un soporte firme le ofrece el estímulo que necesita para desplegar su máximo potencial.
Hojas pequeñas: por qué ocurren y cómo solucionarlo
Las hojas pequeñas son un reflejo de desequilibrio. En muchos casos, el problema está en la luz: un potus que crece en rincones oscuros produce hojas diminutas y pierde su variegado: la solución es acercarlo a una ventana con claridad suficiente y notarás que los nuevos brotes llegan con más fuerza.

Otra causa frecuente es la falta de nutrientes ya que con un sustrato agotado, la planta concentra su energía en sobrevivir y no en generar hojas grandes. La fertilización regular, combinada con un trasplante cada uno o dos años, revitaliza el sistema radicular y devuelve la vitalidad perdida.
El aire seco también juega en contra con lo cual en interiores calefaccionados o con poca humedad, los brotes pueden quedar atrofiados y no alcanzar su tamaño real. Pulverizar agua sobre el follaje o colocar bandejas con agua cerca de la maceta ayuda a compensar este déficit.
Finalmente, la maceta es determinante: un potus con raíces comprimidas no puede crecer con plenitud, y sus hojas se mantienen chicas. Ampliar el espacio para que las raíces se expandan es una forma directa de estimular su desarrollo.
Un aliado decorativo y purificador
Estudios de la NASA lo incluyeron entre las plantas capaces de purificar el aire, al absorber compuestos como formaldehído, benceno y xileno. Esta característica lo convierte en un aliado de la salud en interiores, además de su valor ornamental.

Otra ventaja es que se adapta a distintos formatos: puede cultivarse en macetas colgantes, enredarse en tutores verticales o combinarse con esquejes en la misma maceta para ganar densidad. Por eso se ha convertido en una de las especies preferidas tanto por principiantes como por coleccionistas.
Un toque de selva en tu hogar
Con constancia y ajustes simples, tu potus puede transformarse en una planta de hojas grandes, brillantes y saludables, capaz de llenar de frescura cualquier rincón del hogar. Enterrar los nudos es el truco que marca la diferencia, pero su verdadero esplendor se logra al recrear, en la medida de lo posible, su hábitat natural.
Cada hoja que crece fuerte y verde recuerda que hasta en un departamento urbano se puede reproducir un pedacito de selva tropical. Y esa es la magia del potus: convertir lo cotidiano en exuberancia natural.