¿Atrasamos el reloj? El debate por el huso horario en Argentina

El Congreso debate un proyecto de ley que propone volver al huso horario correcto en Argentina para ahorrar energía y mejorar la salud. ¿Qué implica este cambio?

Cambio de hora
El Congreso está debatiendo volver al huso horario que nos corresponde por nuestra posición geográfica... ¿A favor o en contra?

¿Alguna vez has sentido que te levantas cuando aún parece de noche o que el atardecer llega demasiado pronto? En nuestro país, esto podría deberse a que vivimos en un huso horario que no se alinea del todo con el sol, donde al mediodía el Sol debería estar en su cenit.

Nuestros relojes biológicos, o ciclos circadianos, funcionan como un director de orquesta interno que regula el sueño, la energía y hasta el estado de ánimo según la luz natural. Cuando el horario oficial está desfasado, como ocurre en Argentina con el huso -03 GMT, este ritmo se altera, afectando nuestra salud, productividad y hasta el consumo de energía.

Un proyecto de ley, impulsado por el diputado mendocino Julio Cobos, propone devolver a Argentina al huso horario -04 GMT, que corresponde a su posición geográfica. Este cambio busca sincronizar mejor nuestros días con la luz solar, pero también reaviva un viejo debate: ¿es mejor cambiar la hora según la estación, como en el horario de verano, o mantener un horario fijo?

Los cambios estacionales (hora de verano) como los aplicados hasta 2009, pueden desorientar nuestro reloj biológico, causando trastornos de sueño y fatiga, mientras que un huso horario más natural promete beneficios para la salud y el bolsillo.

El huso horario correcto para Argentina

Argentina, por su ubicación geográfica, debería estar en el huso horario -04 GMT, cuatro horas al oeste del meridiano de Greenwich, según el Sistema Internacional de Husos Horarios. Desde 1920 hasta 1969, el país usó este huso, pero desde entonces se ha mantenido en -03 GMT, un horario que no coincide con la hora solar, especialmente en provincias del oeste como Mendoza.

Es como si estuviéramos viviendo una hora adelantados, con amaneceres y atardeceres que no encajan con nuestras rutinas.

Cambio de hora
Para algunos sectores, el cambio de hora es resistido, mientras que en otros es bienvenido.

Este desfasaje tiene raíces históricas. En el siglo XX, Argentina alternó entre horarios de verano e invierno para ahorrar energía, pero en 1969 se fijó el -03 GMT, y desde 2009 se abandonaron los cambios estacionales. Y la mayor parte del territorio argentino -incluso zonas del oeste que podrían estar en -05 GMT-, está desalineada con el Sol. Esto significa que, por ejemplo, en Mendoza, cuando el reloj marca las 8:00 a.m., la hora solar es más cercana a las 6:30 a.m., afectando el ritmo natural del cuerpo.

Volver al -04 GMT permitiría amaneceres más tempranos, alrededor de las 6:00 en invierno, y atardeceres cerca de las 17:30, lo que se alinea mejor con nuestras actividades diarias. Este ajuste no solo respeta la convención internacional, sino que también podría facilitar la coordinación con países del Mercosur, como Brasil y Chile, que ya usan el -04 GMT, simplificando operaciones comerciales y logísticas.

Pros y contras del cambio horario

Alinear el horario con la luz solar trae beneficios claros. Según un informe del CONICET, usar el -04 GMT reduciría el consumo de luz artificial, especialmente en la tarde, bajando el gasto energético en hogares y comercios. Un estudio estima que el consumo en escuelas podría pasar de 104,3 kWh a 59,7 kWh al año.

Además, sincronizar el reloj biológico con el sol mejora el sueño, el rendimiento escolar y laboral, y reduce el estrés, ya que los escolares no tendrían que levantarse en plena oscuridad. Sin embargo, el cambio no está exento de desafíos. Atrasar una hora los relojes implicaría ajustar horarios laborales, escolares y de transporte, lo que podría generar incomodidad inicial.

Experiencias internacionales muestran que la adaptación toma semanas, y algunos sectores, como el comercio, podrían resistirse por temor a perder horas de actividad vespertina. Además, las empresas energéticas argumentan que el ahorro podría ser marginal, lo que pone en duda su impacto económico inmediato.

Huso horario
El proyecto que trata el Congreso propone que Argentina tenga el huso horario que le corresponde por su posición geográfica

La propuesta de Cobos también sugiere permitir al Poder Ejecutivo volver al -03 GMT en verano, reintroduciendo el horario de verano. Sin embargo, expertos advierten que estos cambios estacionales pueden alterar el ritmo circadiano, causando trastornos de sueño y un aumento en el consumo energético, como ocurrió entre 2007 y 2009, cuando el horario de verano elevó los costos entre 10,9 y 18 millones de dólares.

La clave está en encontrar un equilibrio que priorice la salud y la eficiencia. En resumen, volver al -04 GMT podría ser un paso hacia un país más sincronizado con el Sol y más eficiente. Mientras el Congreso debate, el reloj sigue corriendo, ¿o deberíamos atrasarlo?