¿Cómo comprar chocolate de forma más sostenible esta Pascua? La ciencia hace foco en el modelo de produccion del cacao
Un ranking privado destaca a las empresas del sector del chocolate que más trataban por la sustentabilidad y las buenas prácticas en la elaboración de productos con cacao.

La industria del chocolate se enfrenta a un año crítico en cuanto a sostenibilidad, transparencia y ética en sus cadenas de suministro. En la sexta edición del Chocolate Scorecard 2025, que clasifica a las empresas del sector en cuanto a sus prácticas sostenibles, emergen tanto triunfos como desafíos persistentes.
Este informe anual, elaborado por Be Slavery Free y en colaboración con diversas universidades y organizaciones globales, tiene como objetivo evaluar a las empresas en función de su desempeño en áreas clave como la trazabilidad del cacao, los ingresos dignos para los agricultores, la lucha contra el trabajo infantil, la deforestación y el uso de pesticidas dañinos. La información obtenida a partir de este análisis proporciona una imagen clara de cómo las principales empresas de chocolate abordan, o no, los problemas críticos que afectan al sector.
Quiénes son los reyes del chocolate
Este año, la clasificación del Chocolate Scorecard fue encabezada por Tony’s Chocolonely, una marca que hizo de la sostenibilidad su pilar fundamental. La compañía obtuvo la puntuación más alta en las seis áreas evaluadas, lo que le valió el codiciado premio Good Egg en la categoría de grandes empresas.
Uno de los aspectos más destacados de esta edición del Chocolate Scorecard fue el reconocimiento a las empresas pequeñas, como Beyond Good, que se llevó el premio Good Egg en su categoría. A diferencia de muchas marcas grandes que dependen de cadenas de suministro indirectas, Beyond Good trabaja directamente con los agricultores de cacao en países como Madagascar y Uganda.

Este modelo de comercio directo le permite tener un control más estricto sobre las condiciones laborales y ambientales en las plantaciones de cacao, garantizando prácticas comerciales justas y ofreciendo una mayor trazabilidad. Además, la empresa se asegura de que sus agricultores reciban un precio justo por su cacao, lo que contrasta con la práctica común de otras compañías que, a menudo, no logran garantizar un ingreso digno para los productores.
No al trabajo esclavo y la trata laboral
A pesar de los avances, el sector del cacao sigue enfrentando desafíos considerables. Un aspecto crítico que sigue sin resolverse adecuadamente es el trabajo infantil.
Este sigue siendo un problema generalizado, ya que más del 80% de los agricultores de cacao no reciben ingresos dignos, o sus ingresos son desconocidos, lo que perpetúa un ciclo de pobreza en las comunidades productoras. La información revelada por las empresas que participaron en el Chocolate Scorecard indica que, aunque la transparencia ha mejorado, con el 82 % de las empresas reportando datos sobre trabajo infantil, la realidad en el terreno sigue siendo alarmante.

El informe también resalta el problema de la deforestación. A pesar de los esfuerzos para mitigar este impacto, más de un tercio del cacao comprado por las empresas proviene de fuentes que aún contribuyen a la deforestación o cuyas fuentes son desconocidas. La deforestación asociada con la producción de cacao es un desafío persistente que afecta a los ecosistemas locales y contribuye al cambio climático.
Algunas de las empresas más grandes, como Mondelēz, productora de marcas como Cadbury, Toblerone y Oreo, fueron señaladas por su falta de participación en el Chocolate Scorecard 2025, lo que les valió el premio Bad Egg. La ausencia de Mondelēz, sin una explicación pública, ha generado preocupación sobre el nivel de compromiso de la empresa con la sostenibilidad y la ética en su cadena de suministro.
Este ranking también pone de relieve que, aunque muchas empresas están tomando medidas para mejorar sus prácticas, aún queda mucho por hacer para resolver los problemas que afectan a los agricultores de cacao, como los bajos salarios y las condiciones laborales precarias. Solo un enfoque más colaborativo y un compromiso real con la sostenibilidad por parte de todos los actores de la cadena de suministro podrán resolver estos problemas de manera efectiva.