El peligro que acecha a los pilotos aeronáuticos: cómo los punteros láser se convirtieron en una amenaza global

Cada año miles de vuelos son puestos en riesgo por personas que apuntan con punteros láser a las cabinas de los pilotos. Un acto que parece inofensivo, pero que puede terminar en tragedia.

Laser aviones
El rayo emitido por un puntero láser puede ampliarse al ingresar en la cabina de una avión produciendo efectos en los pilotos que ponen en riesgo al vuelo.

El incremento de incidentes donde se apunta con láser a aeronaves es un hecho confirmado por la Federal Aviation Administration (FAA) de Estados Unidos, que reportó 12.840 en 2024. Y Argentina no está exenta de esta práctica, que para algunos puede ser un juego, pero además de peligroso, es un delito. Esta cifra, lejos de ser anecdótica, representa un tipo de atentado silencioso contra la seguridad aérea, cuya visibilidad pública aún es baja y cuyos efectos pueden desencadenar desde ceguera momentánea hasta pérdida de referencia en momentos críticos del vuelo.

En Argentina el reconocido piloto y cineasta ha puesto el problema a la luz de hechos que ocurren desde hace varios años. También resalta el deficiente accionar de la justicia.

Antes de que ocurra una tragedia mayor, es urgente comprender las raíces físicas, sociales y legales de este fenómeno. Aunque a primera vista el uso de un puntero láser pueda parecer una travesura inofensiva, los estudios advierten que basta un destello dirigido a la cabina en fases de aproximación o despegue para generar deslumbramiento, «flash blindness» o una distracción letal.

Además de su capacidad de provocar daño ocular inmediato, los haces láser están dejando de ser juguetes y se convierten en una amenaza real para pilotos, pasajeros y también para quienes están en tierra. Las razones para este aumento dramático son varias: regulación laxa, dispositivos cada vez más potentes y baratos, una combinación de menores controles y mayor curiosidad o vandalismo. Aun así, los responsables de seguridad aeronáutica advierten que el problema no radica solo en el hardware, sino en la cultura colectiva que normaliza apuntar al cielo sin entender las consecuencias.

¿Por qué apunta la gente con láser al cielo?

El fenómeno de apuntar con láser a aeronaves está lejos de ser caprichoso o aislado. Por un lado, las estadísticas muestran incrementos alarmantes: en 2023 se registraron alrededor de 13.300 incidentes sólo en Estados Unidos. Esto representa un aumento del 57 % respecto a 2018.

Por otro lado, los estudios técnicos señalan que incluso haces de luz infrarroja o visible, emitidos desde tierra, pueden cruzar varias decenas de kilómetros y ampliar su rayo al alcanzar la cabina, transformándose de un punto diminuto en un riesgo macro.

haz de laser
El haz de un láser puede producir ceguera momentanea a un piloto en el momento donde se necesita más concentración, que es el aterrizaje.

Desde el punto de vista psicológico y sociológico, varios factores confluyen: el acceso masivo a dispositivos de alta potencia a bajo precio, el uso en fiestas o eventos como "diversión", y la falta de conciencia sobre el peligro real que representa, tal como relata Safety + Health.

Las autoridades han señalado que muchos de los infractores son varones jóvenes, posiblemente influenciados por alcohol o drogas, que buscan experimentar un efecto contundente sin comprender las implicaciones.

Desde la percepción de un piloto, el rayo puede llegar en el momento más crítico: durante la aproximación al aeropuerto, cuando la carga cognitiva ya es alta y las referencias visuales externas son esenciales. Un destello verde intenso puede provocar una pérdida momentánea de visión, alteración del enfoque y una cadena de errores fatales. Esta combinación de factores técnicos, humanos y socioculturales convierte a la acción de apuntar con láser a un avión en una bomba de relojería que aún no ha estallado de modo masivo, pero que podría hacerlo.

¿Qué implicaciones tiene para la seguridad aérea y qué estamos haciendo?

La seguridad aérea considera cada incidente de apuntar con láser a una aeronave como una emergencia en vuelo. Las consecuencias pueden ir más allá del piloto afectado: perforar la cadena de seguridad puede comprometer a centenares de pasajeros y al entorno del aeropuerto. Además, la legislación contempla sanciones severas: multas de miles de dólares (en Estados Unidos por ejemplo) y penas de prisión, aunque la aplicación varía según jurisdicción y eficacia en la detección y persecución.

En Argentina el tema aún está lejos de comprenderse como un punto a trabajar penalmente, pero en otros países se están impulsando tres líneas claves: primero, campañas de sensibilización pública para que los ciudadanos entiendan que no es una broma inofensiva; segundo, mejoras regulatorias para etiquetar los punteros láser y limitar su potencia de salida. Tercero, desarrollo de sistemas técnicos avanzados que detecten la presencia de aviones en la trayectoria de haces láser y bloqueen o limiten su activación.

Sin embargo, persiste un déficit: el intercambio de información entre agencias, la identificación de infractores y la respuesta judicial siguen siendo insuficientes. Un informe del Government Accountability Office (GAO) advierte que la Federal Aviation Administration no siempre recopila o comparte los datos de investigación de incidentes con láser con otras entidades, lo que dificulta la evaluación global del problema.