El trigo avanza con firmeza, pero preocupan los rindes estancados en soja y maíz en la región núcleo
La campaña fina 2025 avanza con buenos indicadores para el trigo, pero técnicos de la región núcleo advierten sobre rindes estancados en soja y maíz por deterioro de suelos y manejo defensivo.

La siembra de trigo avanza con paso firme en gran parte del país. Según el informe del 24 de julio de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), ya se cubrió el 95,9 % del área proyectada, que se mantiene en 6,7 millones de hectáreas.
A pesar de los excesos hídricos que obligaron a ajustes regionales, especialmente en zonas anegadas del centro-este y sur de la región pampeana, la intención de siembra se sostuvo gracias al contexto climático y comercial favorable. En provincias como Santa Fe y Córdoba, las condiciones del perfil hídrico alentaron decisiones más agresivas, mientras que zonas del sudeste bonaerense resignaron hectáreas por no llegar a tiempo con la implantación.
En regiones como el centro-norte de Córdoba y el oeste bonaerense, los técnicos destacan una implantación pareja y sin problemas sanitarios de relevancia hasta el momento. El escenario es prometedor, sobre todo considerando que las lluvias otoñales permitieron recargar perfiles y que las temperaturas frías moderan el desarrollo de enfermedades foliares.
Trigo sobre papa primicia / soja de 2da.
— Guille Divito (@GuilleDivito) July 23, 2025
No solo cosechamos la soja (2900 kg/ha), sino que el rastrojo mejoró la infiltración y redujo el encharcamiento en trigo.
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Este panorama se refleja también en la cebada, que alcanza el 91,1 % de siembra completada, aunque con ciertas demoras en el sur bonaerense por persistencia de lluvias. En el sudeste, el 74 % del área ya emergió, con un 45 % en diferenciación foliar y un 5 % en inicio de macollaje, mientras que en el sudoeste el avance es más lento debido a las bajas temperaturas, pero con condición general óptima.
¿Qué pasa con el maíz de la campaña 2024/25?
En paralelo, la cosecha de maíz tardío (campaña 2024/25) continúa avanzando. Ya se recolectó el 84 % del total nacional, y la proyección de producción se mantiene en 49 millones de toneladas, con un rinde nacional promedio de 71,6 qq/ha. No obstante, se reportan demoras en sectores del sur de Buenos Aires por excesos hídricos que impiden el ingreso de cosechadoras: en zonas como Azul, Tandil y Bolívar, las máquinas esperan mejoras en los caminos rurales para poder ingresar.
Región núcleo: rindes estancados en soja y maíz
Aunque los números nacionales son estables, un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advierte sobre un fenómeno que genera inquietud entre técnicos y productores del corazón agrícola argentino: el estancamiento de los rindes de maíz y soja durante la campaña 2024/25, incluso bajo condiciones climáticas favorables.
️Cultivos Santiago del Estero
— Bolsa de Cereales de Córdoba (@BCCBA) June 25, 2025
Avanza la cosecha estival con resultados por debajo de lo esperado.
Las altas temperaturas y las lluvias irregulares generaron una notable disparidad en los rindes, especialmente en cultivos clave como la soja y el maíz.
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En su análisis, el GEA-BCR señala que los rendimientos en soja no superaron los niveles promedio esperados, y el maíz mostró una preocupante meseta productiva. Esta situación no se explica por falta de agua, ya que la campaña 2024/25 estuvo acompañada por buenas precipitaciones en la mayor parte de la región núcleo.
En zonas como Pergamino, Colón y Venado Tuerto, donde históricamente se obtenían rendimientos superiores a los 40 qq/ha en soja y a los 100 qq/ha en maíz, los productores ahora enfrentan techos que no superan los promedios históricos, incluso en campañas sin estrés hídrico. La reducción en el uso de fertilizantes como fósforo y azufre, sumada al menor recambio de híbridos y al uso reiterado de los mismos lotes, estaría afectando el potencial productivo de la región.
A pesar de las lluvias que beneficiaron a los cultivos durante buena parte del ciclo, los suelos ya no responden como antes, y los márgenes económicos siguen condicionando las decisiones tecnológicas. Esta tendencia, de no revertirse, podría limitar las proyecciones de rendimiento en futuras campañas.

Los técnicos advierten que se está frente a un punto de inflexión. Sin cambios estructurales en el manejo agronómico y sin una mejora en la rentabilidad, el sistema productivo de la región núcleo comenzará a enfrentar un desgaste irreversible, incluso en años climáticamente favorables.
Una campaña fina que arranca con buen pie
Mientras el trigo y la cebada muestran un arranque prometedor en la campaña 2025/26, con perfiles hídricos recargados y condiciones óptimas en la mayoría de las regiones, el cierre de la campaña gruesa 2024/25 deja un llamado de atención: el corazón productivo del país enfrenta una advertencia estructural que va más allá del clima.
La campaña se jugará, una vez más, no solo en el cielo, sino también en las decisiones agronómicas que definan la productividad de los suelos en el mediano plazo. Lo que ocurra en la región núcleo podría marcar la pauta para el resto del país.