El origen de Halloween, la celebración que se "apropió" Estados Unidos y por qué se conmemora el 31 de octubre
El Halloween es una celebración asociada con Estados Unidos y cada vez más presente en otros países. Pero su origen proviene de un pueblo europeo.

Calabazas gigantes con cortes que dibujan rostros y velas que las iluminan por dentro. Cientos de niños disfrazados golpeando puertas y repitiendo "¡dulce o truco!" a quienes los reciben y decorados espeluznantes. El Halloween -o Noche de Brujas- es un clásico de fines de octubre.

Y aunque la tradición -empujada por la industria hollywoodense de series y cine- lleva a cualquiera a asociar el Halloween con Estados Unidos, no es precisamente del país del América del Norte de donde proviene esta celebración.
De dónde viene el nombre "Halloween"
Cada 31 de octubre, las calles de Estados Unidos -y, cada vez más, de otros países- se transforman en un desfile de brujas, vampiros, superhéroes, payasos terroríficos y zombies. ¡El Halloween está por todos lados!
La palabra Halloween proviene de una abreviatura de "All Hallows’ Eve", que se traduce al español como "la víspera del Día de Todos los Santos" y que es una festividad de cada 1 de noviembre.
En la Inglaterra y la Irlanda de la Edad Media, existía la creencia de que la noche del 31 de octubre el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos se volvía más delgado. Y, en cierto modo, se conectaban como en ningún otro momento volvía a ocurrir.
Con el paso de los siglos, esta celebración religiosa (al igual que el 2 de noviembre, Día de todos los Muertos) se fueron mezclando con costumbres mucho más antiguas.
De hecho, en estas tierras (que eran habitadas por pueblos celtas) conmemoraban con anterioridad a los muertos con el ritual Samhain. Se trataba de una ceremonia basada en creencias tradicionales y referidas al momento en que el mundo de los vivos y el de los muertos se mezclaba
Samhain, la festividad antecesora del Halloween
Antes de la llegada del cristianismo, el Samhain se celebraba hace más de 2.000 años en Irlanda, Escocia y el norte de Francia (donde habitaban los celtas). Para estos pueblos, esta festividad marcaba el fin de la cosecha. Y se creía que durante la noche del 31 de octubre los espíritus de los muertos regresaban a visitar a los vivos.
En esta ceremonia, el fuego jugaba un rol central. Porque se encendían grandes hogueras en las colinas con el objetivo de ahuyentar a los malos espíritus y proteger las aldeas.

Los pobladores, además, se disfrazaban con pieles y máscaras. Lo hacían para confundir a los fantasmas que -se creía- deambulaban por la tierra. De aquí se cree que surgió la costumbre de disfrazarse cada 31 de octubre.
Así como los disfraces, muchas de estas costumbres perduraron en el tiempo (por ejemplo, las luces de velas en la oscuridad). Y todo con el vínculo entre el acercamiento entre el mundo de los vivos con el de los muertos.
¿Por qué se repite “dulce o truco” en Halloween?
Sin movernos de la Irlanda y la Gran Bretaña medieval, por entonces existía una costumbre llamada “souling” (de soul, alma en inglés). Los pobladores iban por las casas pidiendo pequeños “pasteles de las almas” a cambio de oraciones por los difuntos. Era un acto espiritual y de recuerdo.
Con el paso de los años, esta costumbre mutó al actual y conocido “trick or treat” (dulce o truco), ritual que llegó a Estados Unidos de la mano de los inmigrantes irlandeses en el siglo XIX. Lo que comenzó como una celebración espiritual se convirtió en una fiesta alegre, familiar y comercial.
El origen de las calabazas talladas e iluminadas de la Noche de Brujas
Las calabazas con ojos y bocas talladas son otro de los elementos distintivos del Halloween. Al igual que toda la celebración, su origen se remonta a las creencias irlandesas.
Jack-o’-lanterns es el nombre de estas tradicionales calabazas y, según la leyenda, tienen su origen en la historia de Jack, un hombre que fue condenado a vagar eternamente con una linterna hecha de nabo y una brasa del infierno.

Pero cuando los inmigrantes irlandeses llegaron a América del Norte, reemplazaron los nabos por calabazas (más grandes y fáciles de tallar). Y así nació el símbolo más emblemático de Halloween.
La globalización del Halloween
Más allá de la "comercialización" del Halloween y sus adaptaciones en todo el mundo (con foco en Estados Unidos), en esta celebración se mantienen las raíces ancestrales celtas.
Junto con estas tradiciones, se destaca la misión fundamental de la celebración del Halloween: recordar que el mundo de los vivos y los muertos está, en ocasiones, separado solamente por una vela encendida.