La ciencia descubre tu “edad real”: cómo medir la edad biológica con precisión

Un estudio internacional liderado por la Edith Cowan University desarrolló un “reloj de envejecimiento” basado en inteligencia artificial que permite estimar la edad biológica con una exactitud inédita.

viejo
Los científicos comprobaron que cuando la edad biológica supera a la cronológica, aumentan los riesgos cardiometabólicos como colesterol o glucemia elevada.

¿Cuántos años tiene tu cuerpo en realidad? La respuesta puede ser muy distinta a la que indica el documento de identidad. Un equipo internacional de científicos liderado por la Edith Cowan University (ECU), en Australia, acaba de presentar un nuevo “reloj de envejecimiento” llamado gtAge, capaz de calcular con notable precisión la edad biológica de una persona.

El trabajo, publicado en la revista Engineering (Elsevier, octubre 2025), combina biomarcadores sanguíneos con técnicas avanzadas de aprendizaje profundo, logrando una exactitud superior al 85 % para estimar el envejecimiento biológico. Los investigadores sostienen que esta herramienta podría revolucionar la detección temprana de enfermedades crónicas y el monitoreo del envejecimiento saludable.

Edad cronológica vs. edad biológica

La edad cronológica es simplemente el número de años que han pasado desde el nacimiento. En cambio, la edad biológica refleja el estado funcional del organismo: cómo se comportan las células, los tejidos y los sistemas del cuerpo frente al paso del tiempo.

Una persona de 50 años puede tener una edad biológica de 40 —si su metabolismo, su sistema cardiovascular y su perfil genético responden mejor de lo esperado— o de 60, si acumula factores de riesgo como inflamación crónica, estrés oxidativo o alteraciones metabólicas.

Hasta ahora, los intentos por medir esa diferencia se basaban en un único tipo de marcador: la longitud de los telómeros, la metilación del ADN o la composición sanguínea. Pero gtAge integra múltiples capas biológicas, y lo hace con ayuda de la inteligencia artificial.

Cómo funciona el reloj molecular gtAge

El modelo combina dos fuentes de información del cuerpo humano:

  • la estructura de azúcares unidos a anticuerpos (IgG N-glicanos), que reflejan procesos inflamatorios y de inmunosenescencia,
  • y el perfil de expresión génica del transcriptoma sanguíneo, que revela cómo las células activan o desactivan genes con la edad.

A partir de esos datos, los científicos entrenaron un algoritmo de aprendizaje profundo (deep learning) capaz de identificar patrones moleculares que correlacionan con el envejecimiento. El resultado fue sorprendente: gtAge predijo la edad biológica con una correlación de 0,923 respecto a la cronológica y un error medio absoluto de solo 4,9 años, cifras consideradas excepcionales para este tipo de modelos.

viejo
El envejecimiento biológico puede ser más lento o más rápido que el cronológico: la ciencia busca ahora cómo medir y modificar ese ritmo interno.

Los investigadores destacaron que la fusión de ambas capas biológicas permitió descubrir señales de envejecimiento que pasan desapercibidas cuando se analiza cada marcador por separado. En otras palabras, el cuerpo deja rastros del tiempo en distintos niveles moleculares, y el secreto está en integrarlos con precisión.

La relación entre el envejecimiento biológico y la salud

El equipo australiano también evaluó la diferencia entre la edad cronológica y la estimada por gtAge. La comparó con marcadores cardiometabólicos como colesterol, glucemia y presión arterial.

Los resultados fueron claros: cuando el reloj biológico mostraba una edad superior a la cronológica, aparecían factores de riesgo más elevados. En cambio, las personas con un “reloj interno” más joven tendían a mostrar perfiles metabólicos más saludables.

Esto sugiere que el envejecimiento biológico podría funcionar como un indicador temprano de deterioro fisiológico. Mucho antes de que se manifiesten enfermedades como diabetes, hipertensión o patologías cardiovasculares.

Un estudio pionero, pero con limitaciones

El modelo se probó en 302 adultos de mediana edad del Busselton Healthy Ageing Study, en Australia Occidental. Si bien los resultados son alentadores, los autores reconocen que se trata de una muestra limitada en tamaño y diversidad étnica.

El siguiente paso será validar el reloj en cohortes más amplias y heterogéneas, que incluyan personas de distintas edades, orígenes genéticos y condiciones de salud. Solo entonces podrá evaluarse su fiabilidad clínica y su utilidad para la medicina personalizada.

viejo
La herramienta AlphaSnake aplica aprendizaje por refuerzo profundo para identificar los biomarcadores más relevantes del envejecimiento humano.

Aun así, la comunidad científica ya observa este trabajo con enormes expectativas. Muchos lo consideran como una de las aproximaciones más sólidas y prometedoras al estudio del envejecimiento humano desde la biología molecular.

Hacia una medicina del tiempo biológico

Más allá de la fascinación tecnológica, gtAge apunta a una transformación profunda en la manera en que entendemos la salud. Con relojes biológicos precisos, los médicos podrían monitorear la efectividad de cambios en el estilo de vida, tratamientos farmacológicos o terapias antienvejecimiento.

También permitirían diseñar estrategias de prevención basadas en el ritmo biológico individual: cuándo el cuerpo empieza realmente a envejecer y cómo revertir ese proceso.

En palabras del equipo de la Edith Cowan University, este avance demuestra que el envejecimiento no es solo una cuenta regresiva, sino un fenómeno medible y potencialmente modificable. En el futuro, conocer la edad biológica podría ser tan común como controlar el colesterol o la presión arterial.

Un reloj que redefine nuestra relación con el tiempo

La creación de gtAge no solo aporta una herramienta científica de precisión, sino también una nueva perspectiva sobre lo que significa envejecer. Si cada persona envejece a su propio ritmo biológico, el desafío no será solo vivir más años, sino mantener un cuerpo joven el mayor tiempo posible.

Quizás dentro de poco, cuando alguien pregunte nuestra edad, la respuesta no dependa de la fecha de nacimiento. Sino que dependerá de lo que diga el reloj molecular que llevamos en la sangre.