Madagascar: el ciclón Batsirai dejó al menos un saldo de 92 muertos

El ciclón Batsirai llevó destrucción a una buena parte de Madagascar. Las imágenes que han quedado son desoladoras y el horizonte es desalentador para el país. Sin ayuda internacional la crisis humanitaria se ira profundizando.

Batsirai
El ciclón Batsirai llevó destrucción a una parte importante de Madagascar profundizando la crisis que vive el país.

El número de personas fallecidas a causa del ciclón Batsirai en Madagascar es de al menos 92, según informó el miércoles la agencia estatal de ayuda a las catástrofes en Madagascar. De todas formas la información es parcial y se esperan más novedades con el correr de los días. Batsirai se formó el pasado 24 de enero en cercanías de Mauricio y se desplazó al este hasta impactar con la isla de Madagascar.

En su trayectoria alcanzó a desarrollar ráfagas del orden de los 230 km/h y se lo catalogó dentro de la categoría 4 que caracteriza a los ciclones tropicales. La llegada a Madagascar ocurrió el sábado pasado y la destrucción que produjo fue muy grande, destruyendo casa, líneas eléctricas en el sudeste del país.

Según reportó Reuters, los efectos de la tormenta se disiparon a fines del domingo, y el saldo de personas afectadas con pérdidas parciales o totales de sus hogares fue de 91.000. Los datos preliminares identifican a la mayoría de las víctimas en el distrito de Ikongo, en el sureste de Madagascar.

Destrucción por todos lados

Un miembro del parlamento que representa a la región de Ikongo declaró que la mayoría de las víctimas se habían ahogado o habían sido aplastadas al derrumbarse sus casas. Es por ello que para el gobierno el número de víctimas puede crecer en los próximos días. Esta semana han llegado trabajadores de ayuda humanitaria desde Francia y Alemania para colaborar en la respuesta.

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El país ha tenido una temporada de ciclones muy destructiva. Batsirai fue la segunda tormenta que azotó a Madagascar en dos semanas, después de que el ciclón Ana matara a 55 personas y desplazara a 130.000 en otra zona del país, más al norte. El país viene de soportar una extensa sequía que afectó directamente a la producción de vainilla, uno de sus principales productos.

Madagascar tiene unos 30 millones de habitantes, y la falta de alimentos a causa de la sequía era uno de los graves problemas que atraviesa. Ahora, la destrucción producida por los ciclones tropicales pone al país a las puertas de una potencial crisis humanitaria más profunda. El Programa Mundial de Alimentos dijo que Batsirai había empeorado la situación al destruir cultivos de arroz, frutas y verduras que estaban a dos semanas de la cosecha.

La infraestructura destruida

Batsirai generó inundaciones, destruyó carreteras, unos 14 puentes, aislando zonas donde ahora es muy complejo poder llegar con ayuda humanitaria. Por ejemplo, en Mananjary, una de las ciudades más afectadas, hay barrios enteros arrasados, con tablones de madera, hojas de palmera, ropa y artículos domésticos esparcidos por todas partes. Una de sus playas de arena estaba cubierta totalmente de escombros.

Algunos residentes han dicho que sencillamente han perdido todo lo que tenían, y no sabían cómo iba a ser du día después. El gobierno se enfrenta ahora a una situación muy compleja y dependerá mucho de la ayuda internacional que pueda recibir. Algunos estaban alojados en escuelas, pero el gobierno quiere reiniciar las clases y esas personas quedarían en la calle.

Muchos otros residentes martillaban las paredes de madera derribadas, tratando de separar los tablones individuales para empezar a reconstruir algunas chozas en medio de la destrucción. Pero el escenario era desalentador porque cosas básicas como el acceso al agua potable era muy complejo y no quedaba casi nada en pie.

Reuters señaló que el médico Malek Danish Andrianarison, conocido localmente como Dr. Gino, se vio obligado a rechazar a un hombre con una pierna herida por falta de medicamentos o vendas limpias para tratarlo después de que el ciclón se llevara por delante el tejado de su casa, donde también se encontraba su lugar de atención médica. Estas historias en países alejados de los centros de mayor atención, lamentablemente aparecen en los medios pocos días, pero el drama de esas personas es casi permanente.

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