Más que un trabajo, una misión: jardineros de corales, una nueva profesión nacida de la crisis climática

Los océanos y arrecifes de coral, en peligro por el cambio climático, encuentran esperanza en una nueva profesión: los jardineros de corales.

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Los jardineros de corales trabajan en un arrecife incorporando nuevas especies. (Foto Ryan Borne)

La vida marina teje la tela invisible que sostiene nuestro planeta. El 90 % de la vida terrestre se encuentra en el inmenso océano, y los arrecifes de coral, a pesar de cubrir solo el 0.2 % del fondo marino, albergan a más de una cuarta parte de todas las especies.

No es de extrañar que los corales se consideren los guardianes de la biodiversidad y pilares de los ecosistemas acuáticos. Sin embargo, detrás de su impresionante belleza submarina yacen las sombras de una crisis silenciosa: la desaparición progresiva de estos organismos vitales.

En respuesta a la creciente crisis de los corales, ha surgido una nueva profesión que está ganando impulso: los jardineros de corales o "Coral Gardeners". Estos defensores del océano se dedican a cultivar corales con el objetivo de ayudar a los arrecifes a recuperarse del daño causado por el calentamiento global y otros factores estresantes.

Los científicos han estimado que entre el 70 % y el 90 % de los arrecifes de coral existentes en todo el planeta podrían desaparecer en los próximos 20 años. Las causas son la sobrepesca, la contaminación humana y, sobre todo, el cambio climático, que provoca un mayor calentamiento y acidificación de nuestros océanos.

Desde 2017, la asociación polinesia de jardineros “Los colores perdidos”, creada por Titouan Bernicot, un jóven de sólo 18 años, ha logrado plantar más de 100.000 corales, marcando un hito en los esfuerzos por restaurar la salud de los ecosistemas marinos. Su compromiso no se detiene aquí; perseveran en su ambiciosa misión de alcanzar la meta de un millón de corales plantados.

“Nadie pensó que algún día podríamos responder a la pregunta '¿Qué quieres hacer?' diciendo 'Quiero convertirme en jardinero de corales”, dice Bernicot. "No era un trabajo, pero ahora es real".

El nombre de la empresa evoca la dolorosa realidad del blanqueamiento que sufren los corales antes de morir. Este fenómeno, impulsado principalmente por el aumento de la temperatura del agua, desencadena un proceso devastador en el cual los corales expulsan las algas simbióticas que les proporcionan su característico color y nutrientes.

Corales cada vez más blancos

La causa subyacente del blanqueamiento de los corales es tan compleja como el coral mismo: los corales son criaturas algo fantásticas formadas por miles de pólipos que dan al coral su vida y su hermoso color. Un pólipo es un animal diminuto con esqueleto calcáreo que proviene de la familia de las medusas. Estos pólipos se alimentan de microplancton y de los excrementos de las microalgas, las llamadas zooxantelas, con las que viven en simbiosis.

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Granja de algas.

Sin embargo, cuando la temperatura del mar alcanza niveles críticos, alrededor de unos 28°C, las zooxantelas comienzan a producir sustancias tóxicas que resultan perjudiciales para los pólipos. En respuesta a esta amenaza, los pólipos expulsan a las zooxantelas, privándose así de su principal fuente de alimento, lo que provoca el blanqueamiento de los corales y la inanición de los pólipos.

En 2016 el arrecife más grande del mundo, la Gran Barrera de Coral en la costa oeste de Australia se vio gravemente afectada por el blanqueamiento de los corales, provocando la peor destrucción jamás registrada: el 90 % de esta gigantesca construcción oceánica se había vuelto blanca.

Si las temperaturas continúan elevadas, los pólipos no pueden regresar, lo que conduce al deterioro y eventual muerte del coral. Una vez que un coral fallece, la restauración de los arrecifes se vuelve una tarea monumental y, en muchos casos, casi imposible.

Cómo trabajan los jardineros acuáticos

Los Coral Gardeners tienen un método innovador para restaurar los arrecifes. En primer lugar recolectan fragmentos de coral dañado, los limpian y luego sujetan a palos de bambú antes de ser "plantadas" en aguas a una profundidad de 2 metros, donde quedan resguardadas de las corrientes.

Los corales permanecen en estas “granjas acuáticas” durante aproximadamente un mes, el tiempo necesario para que se aclimaten a su nuevo entorno.

Los jardineros reciclan cuerdas viejas y otros desechos abandonados en el mar -y que suelen dañar a los corales- para crear los viveros. Ahí, los pequeños fragmentos de coral pueden crecer en un ambiente protegido bajo el agua.

Una vez que alcanzan un tamaño y estado saludables, son reintroducidos en entornos naturales donde pueden continuar su crecimiento. Posteriormente, los corales regenerados y fortalecidos son replantados en arrecifes dañados o muertos.

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Los jardineros deben fijar los nuevos corales al arrecife con un cemento especial. (Foto Ryan Borne)

Para llevar a cabo esta labor, los jardineros de coral observan y documentan meticulosamente el crecimiento de las plántulas, adquiriendo valiosos conocimientos sobre la vida de los corales. Su objetivo es descubrir qué especies son menos sensibles al aumento de la temperatura y la acidez del agua.

Al crear conciencia sobre la crisis de los corales, Bernicot espera inspirar a las personas a participar activamente en la salvación de los arrecifes. A través del sitio web de Coral Gardeners, es posible adoptar un coral por 25 euros, darle un nombre y seguir su crecimiento, gracias al cuidado dedicado de los jardineros de corales.

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