Prohíben el uso de sorbetes plásticos en CABA

Desde el pasado 22 de mayo sólo se entregarán sorbetes si el cliente los pide, y dentro de seis meses ya no podrán entregarlos en ningún caso. El desafío de ser sustentables y proteger a nuestro medio ambiente, el único que tenemos.

Prohíben sorbetes plásticos
En CABA ya está prohibido ofrecer sorbetes plásticos, y en seis meses la prohibición de uso será total.

En nuestro país existe la campaña #MejorsinSorbete que promueve a través de las redes sociales la prohibición de este artículo a nivel nacional. En lugares como Ushuaia, Mendoza, Mar del Plata, Pinamar, Villa Gesell y Mar Chiquita ya está restringido ofrecer y usar sorbetes plásticos, ahora se le sumará la Capital Federal a este desafío sustentable.

Esta semana se publicó el BoletínOficial que firmó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires a través de la Agencia de Protección Ambiental. Desde el pasado 22 de mayo sólo se entregarán sorbetes si el cliente los pide, y dentro de seis meses ya no podrán entregarlos en ningún caso. Esta medida tomada frente a los sorbetes de plástico se desprende de la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos N° 1854. A nivel mundial Vancouver, Malibú, Miami, Nueva York, Galápagos, Hawaii, Escocia, y ciudades de la Unión Europea, son algunos de los lugares que ya implementaron esta medida exitosamente.

Sorbetes plásticos en números

El 62% de la producción de plásticos son de un solo uso y entre ellos se encuentra el sorbete que demora entre 150 y 400 años en descomponerse y es el cuarto residuo más frecuente en playas y mares. Solamente en los patios de comidas de los shoppings de CABA se usan 2 millones de sorbetes por mes.

Greenpeace afirma que hasta 12 millones de toneladas de plásticos terminan a la deriva en los océanos por año como pequeñas partículas dañinas llamadas microplásticos. Este material es ingerido por un 60% de las tortugas y un 93% de las aves. A su vez en nuestro Río de la Plata y según fuentes del Gobierno de la Ciudad, los peces como el patí, surubí, carpa y pejerrey ya tienen en su aparato digestivo estas partículas sintéticas que dañan la fauna acuática y la cadena alimentaria.

Locales afectados por la medida

Presta atención, estos serán los comercios que definitivamente ya no entregarán sorbetes: quioscos, bares, boliches, restaurantes y comercios de productos alimenticios en general, hoteles de 4 y 5 estrella, shoppings, galerías y centros comerciales a cielo abierto. Esta medida debería ser felizmente tomada por todos, aunque sabemos lamentablemente que no será así. Al comienzo la desaparición del sorbete tal y como lo conocemos en la actualidad nos podrá generar alguna incomodidad o contra tiempo, será cuestión de acostumbrarse a las leyes que dictan el cuidado de la naturaleza.

Tenemos seis meses para ir buscando alternativas y reemplazos del clásico sorbete. Por ejemplo, en varias ciudades del mundo en donde ya cuentan con esta ley, se usan sorbetes de materiales más nobles como caña de bambú o papel, incluso algunos ya optaron por tener su sorbete personal y llevar siempre con ellos uno de acero inoxidable o vidrio.

Hay que tener en cuenta que no alcanza solamente con erradicar este objeto plástico de nuestra vida cotidiana, sino que además se necesita de un trabajo exhaustivo acompañando a la sociedad con programa de concientización. Cambiar hábitos y reemplazarlos por acciones más saludables que protejan a nuestro medio ambiente, mejorando nuestra calidad de vida y la de las generaciones futuras. Con una educación integral, sólo de esa manera se pueden alcanzar realmente los objetivos.

Recordemos que ya existe un precedente importante con las “medidas verdes”, en enero de 2017 el Ministerio de Ambiente resolvió prohibir la entrega gratuita, o la venta en línea de cajas, de bolsas plásticas para el transporte de mercaderías.

Desde la entrada en vigencia de esta resolución se evitó la entrega de más de 500 millones de bolsas que hubieran terminado, como de costumbre, generando diversos problemas ambientales, tapando sumideros, creando diques artificiales que capturaría otros desechos dañando la vida de la flora y fauna acuática, (según datos del Gobierno de la Ciudad).