Puede sorprenderte: ¿qué porcentaje de las emisiones mundiales de dióxido de carbono proviene de la aviación?
Se estima que en 2024 las emisiones de la aviación retomarán niveles previos a la pandemia. Desde 1960, estas se cuadruplicaron.
Volar es una de las actividades que más emisiones de carbono emiten a nivel global. Pero aún así solo contribuye con el 2,5 % de las emisiones de carbono del mundo. ¿Cómo se puede explicar esto?, se pregunta Our World in Data. La realidad es que casi todo el mundo no vuela. Los estudios estiman que solo el 10 % del de las personas que habitan nuestra Tierra vuela la mayoría de los años. El resto lo hace en forma esporádica, y una gran cantidad jamás volará en su vida.
Pero a medida que aumenten los ingresos de las personas, esto cambiará. El aumento de la demanda y las mejoras tecnológicas han impulsado el cambio en las emisiones de la aviación durante el último medio siglo. Las emisiones totales de CO2 a menudo se explican a través de la "identidad Kaya": cuántas personas hay, sus ingresos, la eficiencia energética de las economías y la intensidad de carbono de la energía. Podemos utilizar un marco similar para comprender los impulsores de las emisiones de la aviación.
La eficiencia de la aviación ha mejorado de la mano de la tecnología y mejores pronósticos meteorológicos, pero la creciente demanda global ha llevado a mayores emisiones. A más demanda, más vuelos para cubrir esa necesidad. Un estudio publicado en Nature Sustainability y comandado por Candelaria Bergero de la Universidad de California permite identificar 3 puntos que hacen de esta realidad:
- Eficiencia energética: cuánta energía se necesita por kilómetro.
- Demanda de la aviación: cuántos kilómetros recorren los pasajeros y las mercancías.
- Intensidad de carbono: qué combustible se está utilizando, lo que nos indica el carbono emitido por unidad de energía.
Emisiones que siguen creciendo
En el gráfico del estudio comandado por Candelaria Bergero que vemos debajo de este párrafo, se puede notar en 2020 y 2021 un pequeño bache: la repentina caída del transporte internacional y nacional durante la pandemia de COVID-19. La demanda se está recuperando rápidamente y se espera que alcance los niveles previos a la pandemia nuevamente este año.
Si analizamos hasta 2019, ese año los pasajeros totales viajaron más de 8 billones de kilómetros, aproximadamente lo mismo que un año luz. Por ahora, ignoremos el período único de la pandemia y centrémonos en las tendencias hasta 2019. Los niveles de emisiones han visto un crecimiento mayor y más sostenido desde 2010.
Pero al mismo tiempo, volar se ha vuelto más del doble de eficiente energéticamente. Viajar un pasajero-kilómetro en 1990 consumía 2,9 megajulios (MJ) de energía. Para 2019, esto se había reducido a más de la mitad, a 1,3 MJ. Esta eficiencia se debe a un mejor diseño y tecnología, aviones más grandes que pueden transportar más pasajeros y un mayor “factor de carga de pasajeros”. Los asientos vacíos son menos comunes que en el pasado.
Más demanda pero con aviones más eficientes
Si analizamos el combustible, en ese punto las cosas siguen igual. La intensidad de carbono de ese combustible (la cantidad de CO2 que se emite por unidad) no ha cambiado en absoluto. En 1990 se utilizaba combustible para aviones estándar y hoy seguimos utilizando el mismo material. No se ha vuelto más limpio. Los biocombustibles y otras alternativas son solo una pequeña fracción de la demanda mundial.
Si observamos el gráfico arriba, vemos que la tendencia de emisión del sector cambió la curva de crecimiento en la década del 60. Desde allí y hasta la actualidad las emisiones del sector se han cuadriplicado. Claramente esto se relaciona con la cantidad de aviones en vuelo, la expansión de la actividad, y una demanda cada vez más creciente.
Analizando toda la información disponible, el análisis de Our World in Data señala que en 2019, la aviación representó el 2,5 % de las emisiones de CO2 provenientes de fuentes fósiles y del uso de la tierra. Esta proporción ha fluctuado entre el 2 % y el 2,5 % desde mediados de la década de 1990, pero ha aumentado notablemente desde 2010. Después de la caída por la pandemia, este 2024 se volvería a los valores previos, y se espera que la curva retome el nivel de crecimiento en emisiones.
Referencia de la noticia:
Bergero, C., Gosnell, G., Gielen, D. et al. Pathways to net-zero emissions from aviation. Nat Sustain 6, 404–414 (2023). https://doi.org/10.1038/s41893-022-01046-9