Refugiados climáticos urbanos durante las olas de calor

Muchas personas pasan sus días dentro de centros comerciales en días de calor excesivo. Un informe del diario El País indica que en los barrios más humildes es mayor la cantidad de gente que acude durante las olas de calor.

Ola de calor
Durante las olas de calor muchas personas encuentran en los centros comerciales lugares para trasladar parte de su vida.

La ola de calor que se abatió sobre gran parte de España el pasado fin de semana llevó los termómetros a romper varios récord históricos. Por caso, se ha registrado la temperatura más alta en España desde que hay registros. Fue el caso de los 47,4 °C que se registraron en Montoro, provincia de Córdoba (en el sur del país) el sábado 14 de agosto. Muchos otros valores también fueron récords, como los 42,5 °C que se reportaron en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.

Durante varios días las temperaturas se mantuvieron muy altas tanto de día como de noche. En ese contexto, el diario El País desarrolló un interesante informe para intentar entender cuál es el comportamiento de la población en este tipo de eventos extremos. No todos tienen acceso a una refrigeración eficiente en sus casas, y la ola de calor se registró en momentos en que los valores de la energía eléctrica alcanzaban los máximos históricos.

El País comprobó que en una ciudad como Madrid, efectivamente la gente usa los centros comerciales como lugares para pasar el día ante una ola de calor, pero que ese comportamiento es muy diferente en relación con el ingreso de las personas. Mientras en el exterior la temperatura superaba los 39 °C, en los centros comerciales ni llegaba a los 25 °C, mientras algunos son lugares que tienen muy bajas temperaturas.

Diferencia según el ingreso económico

Así de simple. Durante las olas de calor mucha gente traslada parte de su vida a algún centro comercial para pasar el calvario de estar en sus casa sin posibilidad de refrigerarse. En el informe se compararon centros comerciales como Alcalá Norte y Arturo Soria Plaza, separados por 1,8 kilómetros, pero con realidades económicas diferentes a su alrededor. El primero está rodeado de bloques de departamentos donde viven muchos inmigrantes que alquilan habitaciones, bastantes sin aire acondicionado. Arturo Soria Plaza está en un barrio más acomodado, tal vez uno de los más caros de la ciudad.

En el centro comercial Alcalá Norte, se observa mucho más clientela, y en dichos de un vendedor, las ventas suben hasta un 20 % esos días de calor extenuante. Lo cierto es que muchas personas no tienen descanso nocturno durante las olas de calor, ya que la temperatura exterior no baja de 25 °C en entornos urbanos, y dentro de las casas son sensiblemente superiores.

Pero El País descubrió que las cosas tampoco son iguales entre los centros comerciales de diferentes zonas económicas. Los de zonas más humildes también tienen que economizar, por lo que sus temperaturas interiores no son tan bajas. Algunos vendedores se quejan porque de a ratos no fluye aire fresco por las tuberías, y el ambiente se vuelve muy caluroso dentro del edificio. Y parece no tratarse de desperfectos, sino de decisiones que toman quienes lo administran.

Más personas no significa más ventas

En el caso del centro comercial del barrio de mayor poder adquisitivo, las cosas son bastante diferentes, y las ventas parecen bajar. Los clientes aparecen temprano por la mañana, y luego se van a sus casas y pasan el día en piscinas o a resguardo de su aire acondicionado. Con suerte vuelven sobre las horas previas al cierre. También es cierto que en agosto mucha gente está de vacaciones, algo similar a lo que pasa en enero en Argentina.

Centro comercial
Dentro de los centros comerciales la temperatura llega a estar más de 15 grados más baja que en el exterior.

La mayoría de los centros comerciales consultados coincidieron que no hay una correlación entre el aumento de personas que los visitan estos días y un aumento de las ventas en promedio. Mucha gente entra, pasea, y solo toma una gaseosa. Algo evidente porque el objetivo es poder respirar aire algo más fresco. En el exterior el calor parece quemar la piel, y en el Sol es imposible estar más de un par de minutos.

En números, la afluencia ha subido casi el doble en los centros comerciales obreros de Madrid con respecto a los ricos durante el pico de calor de esta semana. Los efectos del calor sobre personas mayores o con problemas de salud son muy importantes, y son condicionantes que pueden desencadenar incluso la muerte.

Indica El País que la temperatura, la música o la luz son vitales para un centro comercial. Todo está medido con el fin de influir en la mente del consumidor para incitarle a comprar, un ambiente con frío excesivo no conviene. En el informe también señala que algunos estudios han descubierto que clientes en una sala con temperatura cálida compran más que en una habitación fría porque mejora su percepción de los productos. Tampoco es agradable desvestirse en un probador para morirse de frío.

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