Sismo en Indonesia: crece el número de muertos y hay personas atrapadas

Se viven horas dramáticas en Java Occidental desde el lunes 21 de noviembre, cuando un sismo de magnitud 5.6 (moderado) sacudió a la isla provocando múltiples derrumbes de infraestructura y deslizamientos de tierra cobrándose centenares de vidas.

El epicentro del sismo fue registrado cerca de la ciudad de Cianjur, a 110 kilómetros al sudeste de Yakarta (la capital del país), ya una profundidad de 10 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Esta es una zona de gran actividad sísmica y volcánica ubicada en el Anillo de Fuego del Pacífico, de hecho se sucedieron hasta la mañana del martes 22 unas 118 réplicas, con magnitudes entre 1.5 y 4.2.

Consecuencias fatales

Este martes las autoridades locales han confirmado 268 muertos como consecuencia del temblor, este es un número totalmente preliminar porque aún hay decenas de desaparecidos, más de un millar de personas heridas (300 de gravedad). Al menos 25 personas aún permanecen con vida atrapada bajo los escombros, mientras los rescatistas trabajan duramente y a contrarreloj para salvarlos.

Al desastre del derrumbe de edificios se le sumó el bloqueo de rutas y caminos por los deslizamientos de tierra, árboles caídos y puentes destruidos. Los sobrevivientes sepultados bajo sus casas quedaron aislados, sin suministro eléctrico ni comunicaciones. En el pueblo de Cijedil, al noroeste de Cianjur, un alud bloqueó completamente las calles y caminos dejando sepultadas a varias casas.

Por todo esto el inicio de las tareas de rescate fue extremadamente difícil, además de la falta de equipamiento pesado para remover los escombros. Unas 22 mil casas colapsaron o quedaron gravemente dañadas dejando a centenares de personas atrapadas y muertas entre los escombros; por fortuna otras lograron ser rescatadas y trasladadas a centros de emergencia improvisados al aire libre para recibir primeros auxilios.

Los hospitales están saturados de ingresos. Todo es caos por estas horas allí, un desfile de pacientes en camillas y camas en carpas ante los centros médicos, con vías inyectadas y esperando a recibir más atención médica.

Si bien el sismo no fue de una magnitud muy elevada, el daño provocado fue importante por un lado porque el hipocentro fue poco profundo, y además porque el relieve del lugar es montañoso y vulnerable a los derrumbes.

Testimonios escalofriantes

Los habitantes afectados por el movimiento telúrico pasaron del terror, desencuentro y caos inicial, a la tristeza absoluta. Algunos socorristas pasan en fila cargando bolsas de cadáveres saliendo de los edificios destruidos, mientras otros buscan incansablemente sobrevivientes.

Algunas víctimas con heridas menores pudieron dar sus testimonios a medios de comunicación, todos coinciden en lo veloz del suceso, describen que “en cuestión de segundos las paredes comenzaron a temblar y el techo se desplomó por completo”, dejando a sus familiares aplastados. El polvo en suspensión por los derrumbes volvía la situación aún más aterradora, esta reducción de visibilidad aumentaba el caos sumado a los gritos desesperados de auxilio.

El gobernador de Java Occidental, Ridwan Kamil, aseguró que “muchos de los muertos eran alumnos de escuelas públicas que habían terminado sus clases del día y tomaron lecciones adicionales en escuelas islámicas cuando se derrumbaron esos edificios”, lamentablemente.

El presidente de Indonesia, Widodo, visitó a las víctimas alojadas en tiendas de campaña y prometió ayudas para construir viviendas resistentes a los terremotos. Mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur anunció hoy que el país ofrecerá a Indonesia 500 mil dólares en ayuda humanitaria para las víctimas del terremoto.