Sorgo: identifican la clave genética que permitirá frenar pérdidas de hasta 30 % en la cosecha
Un avance científico histórico promete cambiar la producción de sorgo en Argentina y el mundo al descubrir el origen genético de un problema que puede arruinar casi un tercio de la cosecha.

Durante décadas, el brotado precosecha fue una amenaza silenciosa que ponía en jaque la producción de sorgo, un cereal vital para la agricultura argentina. Cada vez que lluvias o excesos de humedad sorprendían a los campos a pocos días de la recolección, miles de hectáreas perdían hasta el 30 % de su rinde.
El descubrimiento no solo representa un paso gigantesco en la genética vegetal, sino que también se convierte en un ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede transformar realidades productivas. En este caso, la alianza con una empresa vinculada al desarrollo del cultivo resultó clave para financiar análisis moleculares de alta complejidad que llevaron años de trabajo y precisión quirúrgica.
Una herencia genética inadvertida
Para entender el impacto de este hallazgo, es necesario retroceder en el tiempo. El brotado precosecha ocurre cuando las semillas de sorgo germinan mientras aún están unidas a la planta madre, un comportamiento que responde a dos causas principales: las condiciones ambientales y la información genética que regula la dormición del grano.
2️️El sorgo forrajero está creciendo en , pero tiene el problema del brotado precosecha, que ocurre cuando los granos germinan en la planta madre" (R. Benech, #FAUBA-#CONICET)
— Sobre La Tierra | Fac. Agronomía (UBA) (@SLT_Divulgacion) July 7, 2025
Causado por
lluvias+humedad️
dormición genética️ pic.twitter.com/ptoCRJDPrm
Según reporta el medio universitario Sobre la Tierra, Roberto Benech Arnold, profesor de Cultivos Industriales de la FAUBA e investigador principal del proyecto, explicó que "el sorgo tiene un gran obstáculo que es el brotado precosecha. Detalló además que "por un lado, el problema es ambiental, porque las lluvias y la alta humedad en la etapa final del ciclo predisponen el brotado. Pero por otro, es genético: la baja dormición de los granos permite que germinen si encuentran esas condiciones favorables”.
La dormición actúa como un “freno biológico” que impide que la semilla brote antes de tiempo, aunque haya humedad y temperatura óptimas. A lo largo de la historia agrícola, se seleccionaron variedades con dormición reducida porque germinaban rápidamente tras la siembra, pero lo que era una ventaja en el momento de implantar el cultivo se convirtió en un problema cuando llegó la cosecha.
La pieza faltante del rompecabezas genético
Después de más de tres décadas de investigación sobre este fenómeno, el equipo argentino alcanzó un logro decisivo: localizó en el cromosoma 9 del sorgo la región de ADN responsable de la baja dormición. Eso les permitió a los investigadores identificar la zona que explica el brotado precosecha y la altura de la planta.

Durante años, los científicos sospecharon que estos dos rasgos podían estar vinculados genéticamente. La hipótesis resultó correcta: la coexistencia de ambos genes en la misma región dificultaba la posibilidad de seleccionar líneas que fueran bajas en altura pero resistentes al brotado.
El próximo paso será avanzar en la identificación fina de los genes implicados y evaluar a campo el comportamiento de estas nuevas variedades frente a condiciones climáticas adversas. Mientras tanto, el hallazgo ya genera expectativas positivas entre técnicos y agricultores que, año tras año, afrontan pérdidas millonarias por el brotado precosecha.
Un impacto que trasciende fronteras
La importancia de este avance no se limita a la Argentina. El sorgo es uno de los cereales más cultivados en regiones semiáridas de América, África y Asia, y se estima que más de 500 millones de personas dependen de él como alimento humano y forraje animal.
En estos países, el brotado precosecha también representa una limitante severa. Por eso, la identificación de la región genética clave y la demostración de que es posible separar la dormición del enanismo podrían revolucionar los programas de mejoramiento genético en todo el mundo.