¡Explosión solar épica: la gran protuberancia del polo norte solar en ciclo 25!

Ayer, el Sol escupió una protuberancia de plasma gigante desde su polo norte, un espectáculo cósmico que no deja de sorprender. Te contamos qué es y por qué este ciclo solar 25 nos afecta.

solar flare
Así se ve en luz ultravioleta extrema, una erupción solar como la de ayer jueves 20, con la Tierra superpuesta para dar una idea de la escala.

En el vasto teatro del cosmos, donde el Sol no es solo una estrella pasiva sino un titán caprichoso, ayer 20 de noviembre de 2025 ocurrió un evento que dejó boquiabiertos a los astrónomos.

Una lengua de fuego del tamaño de 80 Tierras —más de un millón de kilómetros— se elevó al infinito desde el polo norte solar, como si el astro rey estuviera exhalando un suspiro ardiente.

Esta "gran prominencia eruptiva", capturada en videos espectaculares por observatorios de satélites como el GOES-16, no amenaza directamente a nuestro planeta, pero es un recordatorio vibrante de la vida bullente de nuestra estrella.

Este fenómeno no es un capricho aislado: forma parte del respirar rítmico y agitado del Sol, que alterna entre un estado de calma (mínimo solar) y un estado de gran actividad (máximo solar) cada aproximadamente 11 años.

En un mundo donde dependemos de satélites para todo, desde GPS hasta Netflix, entender estos eventos nos conecta con lo que realmente mueve los hilos del universo.

Un dragón de plasma en acción

Las prominencias solares son como burbujas gigantes de gas caliente —plasma ionizado a millones de grados— que se arquean sobre la superficie del Sol, sostenidas por su campo magnético.

Ayer, desde el polo norte, una de estas se "erupcionó": se liberó con violencia, formando una cascada de materia que, afortunadamente, se aleja de la Tierra sin causar tormentas geomagnéticas.

Es como si el Sol, en su lado norte, hubiera lanzado un chorro de lava cósmica, visible en timelapses que duran horas pero parecen eternos en su belleza hipnótica.

Este evento, reportado por el Instituto de Investigaciones Espaciales de Rusia, mide 80 veces el diámetro terrestre y destaca por su escala inusual. No genera auroras ni interrupciones en comunicaciones esta vez, pero ilustra la volatilidad solar: un recordatorio de que, aunque no nos toque, estos "dragones" pueden alterar el espacio cuando apuntan hacia nosotros.

Ciclo solar 25: el ritmo oculto del astro rey

El ciclo solar es el latido de nuestra estrella, un patrón de actividad que dura unos 11 años, descubierto en 1755 por el astrónomo alemán Heinrich Schwabe al observar manchas solares —esas "pecas" oscuras que son regiones magnéticas frías—.

¿Por qué el número 25? Porque contamos secuencialmente desde entonces: el 1 empezó en 1755, y este, el 25, arrancó en diciembre de 2019 tras un mínimo de calma, con solo 1.8 manchas solares promedio.

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En este ciclo actual, que comenzó en diciembre de 2019 y catalogado inicialmente como moderado por la NASA y NOAA, es más fuerte de lo que se esperaba inicialmente, a pesar de predicciones previas que indicaban un ciclo más débil. El máximo —pico de actividad— se registró entre mediados de 2024 y julio de 2025, con más de 115 manchas solares, ha roto la racha de ciclos débiles como el 24.

Erupciones como la de ayer pueden disparar partículas que azotan la magnetosfera terrestre, un evento similar a un viento huracanado cósmico, causando auroras boreales espectaculares o, en casos extremos, fallos en redes eléctricas y satélites, como en tormentas pasadas que "apagaron" radios en regiones enteras.

Erupciones solares en la era tecnológica

Las erupciones solares tienen una importancia crítica en la era tecnológica debido a su potencial para causar daños graves en infraestructuras vitales como satélites, redes eléctricas y sistemas de navegación. Por ello, la investigación y las herramientas de predicción temprana como las basadas en inteligencia artificialy observatorios espaciales (como los satélites GOES) son cruciales para mitigar estos riesgos y proteger la infraestructura tecnológica moderna.

Estos son algunos de los riesgos para la tecnología moderna

  • Satélites y GPS: las partículas energéticas pueden dañar el hardware, los paneles solares y los circuitos, interrumpiendo señales y afectando sistemas críticos como el GPS, que es fundamental para la navegación aérea, marítima, terrestre y la agricultura de precisión.
Tecnologia y tiempo espacial
En un mundo tan dependiente de la tecnología, predecir y mitigar el impacto de una llamarada solar, puede evitar millones de dólares en pérdidas
  • Redes eléctricas: las fluctuaciones electromagnéticas pueden sobrecargar y dañar transformadores, provocando apagones masivos que paralizan servicios esenciales como hospitales, transporte y comunicaciones.
  • Comunicaciones: las transmisiones de radio de alta frecuencia y las señales satelitales pueden interrumpirse o degradarse, afectando la comunicación aérea, marítima e incluso la conectividad de internet.
  • Exploración espacial: las erupciones representan un peligro de radiación para los astronautas en órbita y el éxito de misiones futuras, como las de la NASA, depende de la capacidad de predecir y protegerse de estos fenómenos.
Efectos del tiempo espacial
El tiempo espacial se refiere a las condiciones cambiantes en el espacio, causadas principalmente por la actividad solar, que pueden afectar a la tecnología en la Tierra y en órbita.

En tiempos de cambio climático terrestre, estos eventos solares subrayan que somos parte de un sistema mayor, donde el clima espacial ha afectado desde cosechas antiguas —el ciclo influyó en heladas medievales— hasta nuestra red satelital moderna.

Entenderlo fomenta resiliencia; ¿y si esta "ira solar" inspira innovaciones en energías limpias? Como en las sagas mitológicas, el Sol no es enemigo, sino maestro: nos enseña humildad y la belleza del caos controlado, urgiéndonos a proteger nuestro frágil escudo magnético para generaciones futuras.