Júpiter no solo creció primero: también dio forma a nuestro planeta

Una investigación de la Universidad Rice revela que el rápido crecimiento de Júpiter moldeó el disco primordial de gas y polvo del sistema solar, generando anillos, vacíos y las condiciones que explican el misterioso origen tardío de muchos meteoritos.

Júpiter sistema solar
Júpiter definió la arquitectura de todo el sistema solar interior.

Durante décadas, los científicos se han preguntado por qué muchos meteoritos primitivos, conocidos como condritas, se formaron millones de años después de los primeros sólidos del sistema solar. Una nueva investigación liderada por André Izidoro y Baibhav Srivastava, de la Universidad Rice (Estados Unidos), aporta una respuesta sorprendente: Júpiter fue el responsable.

El estudio, publicado en la revista Science Advances, combina modelos hidrodinámicos del crecimiento de Júpiter con simulaciones sobre la evolución del polvo y la formación de planetas.

Los resultados muestran que el rápido desarrollo del planeta gigante desestabilizó el disco de gas y polvo que rodeaba al joven Sol, alterando la dinámica de los materiales primordiales.

“Júpiter creció con tal rapidez que generó ondas gravitacionales en el disco, creando verdaderos ‘embotellamientos cósmicos’ que impidieron que las partículas más pequeñas cayeran hacia el Sol”, explicó Izidoro, profesor asistente de Ciencias Planetarias en Rice. “En lugar de desaparecer, estas partículas se acumularon en densas franjas, donde pudieron agruparse para formar planetesimales, las semillas de los planetas”.

Una segunda generación de materiales

Sin embargo, los investigadores descubrieron que estos planetesimales no fueron los primeros bloques de construcción del sistema solar, sino una segunda generación. Su aparición coincidió con el nacimiento de las condritas, meteoritos rocosos que conservan huellas químicas y cronológicas del origen del sistema planetario.

“Las condritas son como cápsulas del tiempo del amanecer del sistema solar”, señaló Izidoro. “Han caído a la Tierra durante miles de millones de años y nos ayudan a entender de dónde venimos. La gran incógnita era por qué algunas se formaron tan tarde, dos o tres millones de años después de los primeros sólidos. Ahora sabemos que fue Júpiter quien creó las condiciones para ese retraso”.

A diferencia de otros meteoritos que se derritieron o alteraron químicamente, las condritas preservan polvo solar primitivo y pequeñas gotas fundidas llamadas cóndrulos, lo que las convierte en una fuente invaluable para reconstruir los primeros capítulos de nuestra historia cósmica.

Cómo Júpiter moldeó la arquitectura del sistema solar

El modelo de Rice también resuelve otro enigma: por qué los planetas terrestres —Mercurio, Venus, la Tierra y Marte— se agrupan en una franja relativamente estrecha, en lugar de haberse precipitado hacia el Sol, como ocurre en muchos sistemas planetarios fuera del nuestro.

Júpiter sistema solar
El crecimiento temprano de Júpiter dejó una huella que aún podemos leer hoy.

Según Srivastava, estudiante de posgrado y coautor del estudio, “Júpiter creció pronto, abrió un hueco en el disco de gas y bloqueó el flujo de material hacia el interior del sistema solar. Esa separación protegió las diferencias isotópicas entre los materiales internos y externos, y además generó nuevas regiones donde los planetesimales pudieron formarse más tarde”.

Al cortar el suministro de gas hacia las zonas interiores, Júpiter detuvo la migración hacia el Sol de los jóvenes planetas. Gracias a eso, los mundos rocosos permanecieron atrapados en la región donde más tarde surgiría la Tierra.

“Júpiter no solo se convirtió en el planeta más grande —afirma Izidoro—, sino que definió la arquitectura de todo el sistema solar interior. Sin él, probablemente no existiría la Tierra tal como la conocemos”.

Ecos del pasado en otros sistemas estelares

Las conclusiones del estudio encuentran paralelismos en las observaciones astronómicas actuales. El telescopio ALMA, en el desierto de Atacama (Chile), ha detectado en discos de formación planetaria alrededor de estrellas jóvenes estructuras de anillos y huecos similares a las que Júpiter habría esculpido hace más de 4.500 millones de años.

“Cuando observamos esos discos, vemos el comienzo de planetas gigantes que moldean su entorno”, indicó Izidoro. “Nuestro sistema solar no fue la excepción. El crecimiento temprano de Júpiter dejó una huella que aún podemos leer hoy, grabada en las rocas que caen del cielo”.

Referencia de la noticia

Baibhav Srivastava et al, The late formation of chondrites as a consequence of Jupiter-induced gaps and rings, Science Advances (2025). DOI: 10.1126/sciadv.ady4823