Un manto de partículas cubre los anillos de Saturno hasta alturas sorprendentes

Un nuevo estudio basado en los últimos datos de la sonda Cassini muestra que los anillos de Saturno no son tan delgados como parecen: un extenso halo de polvo mineral los rodea y se extiende a enormes distancias.

Saturno anillos sonda Cassini
Impresión artística de la nave espacial Cassini-Huygens de la NASA/ESA/ASI orbitando Saturno y sus magníficos anillos. Crédito: NASA.

Durante décadas, los anillos de Saturno han sido uno de los espectáculos más icónicos del sistema solar. Finos, brillantes y aparentemente bien definidos, han fascinado tanto a astrónomos como al público general. Sin embargo, un nuevo estudio científico sugiere que esta imagen es incompleta: los anillos del gigante gaseoso se extienden mucho más allá de lo que se puede observar con telescopios.

La revelación surge del análisis de datos obtenidos por la sonda Cassini durante sus últimas maniobras en 2017, conocidas como las Órbitas del Gran Final. Antes de lanzarse deliberadamente a la atmósfera de Saturno, la nave realizó una serie de trayectorias únicas que permitieron estudiar regiones inexploradas del sistema de anillos.

Un legado científico del final de Cassini

En esas últimas 20 órbitas, Cassini atravesó zonas situadas por encima y por debajo del plano principal de los anillos, recolectando muestras de polvo con su Analizador de Polvo Cósmico (CDA). En total, se obtuvieron 1.690 espectros de partículas, de los cuales 155 fueron identificados claramente como granos minerales o silicatos.

Lo sorprendente es que estas partículas no se encontraban únicamente cerca de los anillos visibles, sino hasta a una distancia equivalente a tres radios de Saturno por encima y por debajo de su plano.

Esta distribución forma lo que los científicos describen como un verdadero “halo” de polvo alrededor del planeta.

Similitudes químicas que llaman la atención

Al analizar la composición de estos granos, el equipo de investigación descubrió que los silicatos detectados a grandes latitudes eran prácticamente idénticos a los que se encuentran cerca de los anillos. La mayoría de las partículas estaban compuestas principalmente por magnesio y calcio en proporciones similares a las del entorno cósmico general.

Además, se observó una notable escasez de hierro, una característica que coincide con la composición del polvo cercano a los anillos principales. Los autores del estudio describen estas coincidencias como “similitudes composicionales sorprendentes”, lo que refuerza la idea de un origen común.

Según los investigadores, esta uniformidad química indica que las partículas detectadas lejos del plano de los anillos provienen directamente de los anillos principales de Saturno.

Micrometeoritos y polvo a gran velocidad

Para explicar cómo este material puede alcanzar alturas tan extremas, el equipo realizó simulaciones dinámicas. Los resultados muestran que las partículas pueden llegar a esas distancias si son expulsadas a velocidades superiores a los 25 kilómetros por segundo y si su tamaño es inferior a los 20 nanómetros.

Saturno anillos sonda Cassini
Una de las imágenes que logró Cassini en sus 13 años de misión. Crédito: NASA.

El mecanismo más probable detrás de este fenómeno serían los impactos de micrometeoritos, objetos diminutos pero abundantes que chocan constantemente contra los anillos. Estos impactos generarían plumas de vapor a gran velocidad, a partir de las cuales se condensan nanopartículas de silicato.

La mayoría de las partículas expulsadas terminarían cayendo nuevamente en los anillos o precipitándose hacia Saturno, pero una pequeña fracción lograría escapar y formar el halo detectado por Cassini.

Más allá de Saturno

Los científicos también evaluaron una hipótesis alternativa: que el polvo proviniera del exterior del sistema saturniano y fuera atraído por la gravedad del planeta. Sin embargo, esta posibilidad fue descartada en gran medida, ya que la composición del polvo no coincide con la de partículas exógenas observadas en otras regiones.

Este descubrimiento abre nuevas preguntas sobre la naturaleza de los sistemas de anillos en otros planetas. Si procesos similares ocurren en Júpiter, Urano o Neptuno, es posible que también posean extensas estructuras de polvo invisibles para los métodos de observación tradicionales.

Así, incluso después de su dramático final, Cassini continúa transformando nuestra comprensión de Saturno y revelando que, en el espacio, lo que no se ve puede ser tan importante como lo que brilla.

Referencia de la noticia

Simon Linti et al, A Dust Halo from Saturn's Main Rings Extending Several Saturnian Radii above the Ring Plane, The Planetary Science Journal (2025). DOI: 10.3847/psj/ae18c1