Asombroso: la física y la técnica detrás del nuevo récord de salto con garrocha que alcanza a los 6,30 metros

Cuando la técnica, la física y la ambición humana convergen, lo que parecía inalcanzable se vuelve campo de conquista: con un salto sublime de 6,30 m en el Mundial de Tokio 2025, el sueco americano Armand Duplantis redefine los límites del salto con garrocha y abre un nuevo capítulo en la historia del deporte.

Duplantis
Armand "Mondo" Duplantis hizo lo impensado. Logró desfiar los límites de la física al marcar un récord de 6.30 metros en salto con garrocha en Campeonato Mundial de Atletismo de 2025. El salto lo realizó el pasado 15 de septiembre.

El salto fue el resultado de una preparación meticulosa y de una carrera de impulso medida al milímetro. En su tercer intento, el atleta de 25 años logró volar por encima del listón, consolidando una marca histórica de 6,30 metros que parecía reservada a la ciencia ficción. Con ello, demostró que los límites humanos son más flexibles de lo que se creía, tal como explica Nature.

Duplantis no solo rompió un récord: con su salto de 6,30 metros en Tokio 2025 llevó al límite la física, la biomecánica y la imaginación humana.

La expectación en Tokio fue absoluta: el estadio entero se mantuvo en silencio mientras el atleta Armand "Mondo" Duplantis (de padre estadounidense y madre sueca) transformaba velocidad horizontal en impulso vertical. Cuando su cuerpo superó el listón, la ovación fue inmediata, consagrando un momento que quedará en la memoria colectiva del deporte mundial.

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Este logro conecta con la tradición de grandes saltadores como Sergey Bubka, pero con un salto generacional evidente. Duplantis no solo continúa esa herencia, sino que la expande mediante una combinación única de talento, innovación y análisis científico. La pregunta es cuánto más pueden ser superados estos record que disputan los límites de la física.

La ciencia detrás del salto imposible

El secreto de su hazaña se encuentra en la conversión de energía cinética en altura, algo que también relata Olympics.com. A velocidades cercanas a los 10 metros por segundo (36 km/h), la carrera de impulso proporciona la base que, con ayuda de la pértiga o garrocha, se transforma en energía elástica acumulada. Esa energía retorna en el momento exacto del despegue, permitiendo que el cuerpo se eleve mucho más allá de lo que la física básica predice.

Salto con garrocha
Progresión de récords de salto con pértiga o garrocha desde la década del 90 hasta la actualidad. Fuente: World Ahtletics.

La biomecánica es clave: sincronizar cada movimiento muscular, doblar la pértiga en el ángulo correcto y liberar la tensión en el instante justo es lo que diferencia a un campeón de un aspirante. En este sentido, Duplantis representa la máxima expresión de eficiencia corporal aplicada al deporte. Es la unión perfecta de la técnica, la física y el cuerpo humano.

A esta precisión se suman los avances técnicos, como calzado especializado y pértigas de última generación que maximizan el rendimiento. Sin embargo, cada innovación despierta debates sobre hasta dónde la tecnología puede intervenir sin alterar la esencia del atletismo. Nature indica que Duplantis emplea zapatillas con garras especializadas que permiten un agarre más firme al tomar impulso, un detalle técnico que podría marcar la diferencia entre volar o caer.

El horizonte de lo posible

Los expertos ya discuten cuál podría ser el límite humano en el salto con garrocha. Algunas proyecciones, que combinan la velocidad teórica de Usain Bolt con la técnica de Duplantis, sugieren que la barrera de los 7 metros no es imposible, aunque todavía parece un horizonte lejano. El punto es que la velocidad horizontal en este caso debe ser alcanzada llevando la garrocha en la carrera.

El componente económico también influye: cada centímetro superado en récord mundial se traduce en incentivos monetarios significativos, lo que alimenta la progresión controlada de las marcas. Esta dinámica genera debates sobre si el deporte prioriza espectáculo y economía por encima de la búsqueda del límite real.

Lo cierto es que cada nuevo salto de Duplantis amplía los márgenes de lo que entendemos como posible en el cuerpo humano. Con apenas 25 años y un dominio absoluto de su disciplina, el sueco ya no es solo un atleta excepcional: es un pionero que fusiona ciencia y deporte para desafiar lo establecido. El sueco se embolsó 70.000 dólares por la medalla de oro en Japón. Y por conseguir batir un nuevo récord, sumó otros 100.000 dólares. En total, 170.000 dólares a los que habría que añadir beneficios por patrocinio de sus auspiciantes.