Crece la resistencia a los antibióticos y el cambio climático la está empeorando

Algunas investigaciones apuntan a probar de qué manera el clima extremo y el aumento de las temperaturas pueden favorecer la propagación de infecciones resistentes a los medicamentos. En China se pudo probar la relación entre el aumento de la temperatura y la resistencia de los antibióticos a ciertos patógenos.

Fenomenos extremos
El aumento de la temperatura ayuda al desarrollo de fenómenos extremos que facilitan la propagación de enfermedades.

La revista Nature inicia uno de sus informes con una historia inquietante. Allí cuenta que en el año 2021, la microbióloga Adwoa Padiki Nartey contrajo una infección bacteriana y se le empezaron a hinchar las amígdalas. Algo similar le había pasado un año antes cuando en ambos casos su situación empeoró en una de las dos estaciones de lluvias anuales en Accra, la capital de Ghana, donde vive. Ella sabía que en esas estaciones la humedad y la humedad elevadas favorecen la proliferación microbiana.

Las temperaturas muy altas que se experimentan con más frecuencia a medida que el planeta se calienta podrían inducir cambios genéticos en las bacterias que les ayuden a resistir los antibióticos.

Para paliar la situación, los médicos le recetaron antibióticos pero, a diferencia de la primera vez, los medicamentos no funcionaron. Las bacterias se habían hecho resistentes y sus amígdalas no dejaron de inflamarse. Apenas podía hablar y casi no podía beber, ella que justamente investiga la resistencia a los antibióticos en la Universidad de Ghana en Accra. Finalmente, para su alivio, una combinación final de dos tipos de antibióticos funcionó. De lo contrario, la infección podría haberla matado.

Aquí aparece el cruce entre dos amenazas: el cambio climático y los riesgos para la salud humana por la resistencia a los antibióticos. Según la propia Padiki Nartey, el cambio climático ha aumentado la frecuencia de las lluvias torrenciales en Ghana. Esas condiciones, a su vez, favorecen el crecimiento bacteriano, incluido el de microbios resistentes a los antibióticos. Las inundaciones también propagan bacterias resistentes a los antibióticos desde los sistemas de alcantarillado hasta los hogares y el agua potable. Un escenario que amenaza con agravarse al ritmo de la crisis climática.

Aumento de temperatura y resistencia a los antibióticos

Hoy los investigadores saben que el cambio climático exacerbará el aumento de la resistencia a los antibióticos. Pero el paso siguiente es comprender los mecanismos y la magnitud del efecto. Esto se lo dice a Nature Pamela Yeh, bióloga evolutiva de la Universidad de California en Los Ángeles. Ella afirma claramente que "el cambio climático y la resistencia a los antibióticos son dos de los mayores problemas sanitarios de nuestro tiempo". Es por ello que los investigadores están empezando a estudiar cómo se relacionan, y que impactos podrán tener en la salud mundial en las próximas décadas.

Para algunos especialistas el panorama podría volverse aterrador de continuar la tendencia actual. Las bacterias que esquivan las drogas están aumentando. En 2020, las infecciones de la sangre humana causadas por las bacterias Neisseria gonorrhoea, Escherichia coli y Salmonella resistentes a los antibióticos se volvieron al menos un 15 % más comunes que en 2017. Hay que pensar que si este camino continúa muchos medicamentos perderían efectividad: rasparse la rodilla, dar a luz o someterse a un simple procedimiento quirúrgico podría matar, tal como lo respalda un completo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El problema clave es que los antibióticos a menudo se usan en exceso o mal para combatir infecciones en personas, otros animales y plantas. Las bacterias pueden desarrollar resistencia a los medicamentos a través de mutaciones en el ADN que alteran la pared celular bacteriana de manera que los antibióticos no pueden funcionar, o que les confieren la capacidad de descomponer los antibióticos o bombearlos fuera de las células. Las cepas que se vuelven resistentes también pueden compartir genes de resistencia a los antibióticos con otras bacterias.

A más calor mejor para las bacterias

Al igual que en el caso de Ghana, las condiciones climáticas cambiantes ayudan a las bacterias a prosperar. Y los desastres derivados de fenómenos climáticos extremos como inundaciones, sequías, huracanes e incendios forestales pueden exacerbar el problema porque a menudo reducen el acceso al agua potable, lo que genera condiciones insalubres. Cuando las lesiones y las infecciones comienzan a aumentar, más personas usan antibióticos, lo que a su vez aumenta la probabilidad de que se desarrolle resistencia.

Causas antibióticos
Los científicos advierten que la resistencia a los medicamentos está relacionada con condiciones del clima como inundaciones, sequías, huracanes e incendios forestales. Imagen: MINCYT Venezuela.

En un estudio publicado en octubre de 2023, la microbióloga Rita Colwell de la Universidad de Maryland en College Park y sus equipo demostraron que un huracán mortal había provocado un aumento de especies dañinas de bacterias Vibrio resistentes a los antibióticos, incluida una especie carnívora, en las aguas al frente a la costa de Florida. Los fuertes vientos arrastraron nutrientes de los sedimentos marinos en los que prosperan las bacterias.

Un caso testigo en China

En China, un grupo de investigadores analizaron a 3 bacterias y su historial. Buscaron vínculos entre la temperatura y la resistencia a los antibióticos comparando datos bacterianos e personas tratadas en hospitales de 28 provincias y regiones de China con información sobre la temperatura promedio del aire en ciudades de las mismas regiones. El equipo corrigió los factores que podrían afectar las tasas de resistencia a los medicamentos, incluido el nivel de consumo de antibióticos, la humedad promedio, las precipitaciones anuales y la densidad de población.

Descubrieron que, por cada aumento de 1 °C en la temperatura promedio del aire, había un aumento del 14 % en la proporción de muestras que contenían Klebsiella pneumoniae que eran resistentes a un tipo de antibiótico llamado carbapenémicos. Estos medicamentos generalmente se reservan para tratar bacterias resistentes a todos los demás antibióticos.

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