Cuando el tiempo se paralizó y la Tierra se tomó un largo descanso: la historia de los “aburridos mil millones”

Por un tiempo inimaginablemente largo, la Tierra parecía haber quedado atrapada en un letargo inexplicable: la actividad geológica se desvaneció, los días se mantuvieron estancados en 19 horas y la vida apenas evolucionó. ¿Qué pasó?

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La Luna parece ser responsable de este largo periodo de letargo terrestre

La Tierra, ese inmenso escenario en constante cambio, ha sido testigo de períodos turbulentos y transformaciones asombrosas a lo largo de su historia. Sin embargo, existe un lapso extraordinariamente prolongado conocido como los “aburridos mil millones”, durante el cual nuestro planeta parecía haber quedado atrapado en un letargo eterno. Ahora, gracias a un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Tubinga en Alemania y la Academia China de Ciencias, salen a la luz los fascinantes detalles de este período de aparente inactividad.

El término "The Boring Billion" fue acuñado en 1995 por geólogos que notaron que los indicadores isotópicos de la temperatura y la vida eran notablemente estables durante este período.

Desde aproximadamente 2.000 millones de años hasta hace menos de 1.000 millones de años, la Tierra experimentó una pausa en su actividad geológica y tectónica de placas. El clima, por su parte, se estancó en una primavera perpetua y árida, mientras que la vida, en su forma más elemental de organismos unicelulares, apenas evolucionó en mares que mostraban un tono verde lechoso y negro en lugar del azul característico. Nutrientes escasos y un escenario aparentemente inmutable conformaron un mundo lánguido y monótono, muy distante del bullicio de la vida actual.

El misterio de este período ha desconcertado a los científicos durante mucho tiempo, pero ahora, nuevos datos podrían ayudar a desvelar su enigma. La clave se encuentra en la duración de los días terrestres, que se mantuvieron constantes en 19 horas durante los “aburridos mil millones”. Esto se debe a un comportamiento inusual de la Luna en ese entonces, según se ha revelado en un artículo publicado recientemente en Nature Geoscience.

Habitualmente, la Luna se aleja de la Tierra a un ritmo constante de 3,82 centímetros al año, lo que tiene como consecuencia que el planeta gire más lentamente y los días se alarguen. Sin embargo, durante el período Proterozoico, la Luna se mantuvo a una distancia constante de la Tierra, lo que dejó a nuestro mundo con una duración del día de 19 horas durante aquellos mil millones de años. Solo después, gradualmente, la Luna comenzó a alejarse nuevamente, permitiendo que los días se prolongaran.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores emplearon un novedoso método geológico llamado cicloestratigrafía, el cual permite medir la duración de los días en épocas pasadas. Sin embargo, surge la pregunta de qué motivó a la Luna a permanecer tan cerca de la Tierra durante tanto tiempo. Según los investigadores, la respuesta podría encontrarse en las mareas y su influencia en la rotación terrestre.

El Misterio del Tiempo Perdido

Como es sabido, la atracción gravitacional de la Luna provoca las mareas oceánicas en la Tierra, lo que ralentiza su rotación. Por otro lado, el Sol también ejerce una atracción gravitacional en forma de mareas atmosféricas solares, pero su efecto es contrario al de la Luna. Cuando la luz solar calienta la superficie terrestre, acelera la rotación. En la actualidad, las mareas lunares tienen aproximadamente el doble de fuerza que las mareas atmosféricas solares, lo que significa que tienen una mayor influencia en la velocidad de rotación de nuestro planeta. Es decir, la ralentización causada por la Luna supera la aceleración causada por el Sol.

No obstante, durante los 'aburridos mil millones', la Tierra giraba más rápido, lo que sugiere que las mareas solares eran mucho más intensas que en la actualidad. De hecho, eran lo suficientemente poderosas como para igualar las mareas lunares. En consecuencia, durante ese extenso período, las mareas solares y lunares se anularon mutuamente, manteniendo fija la duración del día terrestre en 19 horas.

"Debido a esto", afirma Uwe Kirscher, coautor del estudio, "la duración del día de la Tierra dejó de cambiar y se mantuvo constante". Además, el estudio reveló que esos mil millones de años con días de 19 horas coinciden con una desaceleración similar en el aumento de oxígeno en la atmósfera, lo que también podría haber contribuido al estancamiento en la evolución de la vida en la Tierra durante ese tiempo.

A pesar de las condiciones de estancamiento, The Boring Billion fue una época de importantes desarrollos evolutivos, incluida la aparición de los primeros eucariotas, organismos multicelulares y reproducción sexual.

Esta investigación arroja luz sobre ese período tan particular de la historia de la Tierra y desvela una cadena de acontecimientos que estuvieron cerca de apagar la chispa de la vida en nuestro planeta. El peculiar comportamiento de la Luna, que mantuvo la duración del día constante, y las mareas solares, que contrarrestaron las mareas lunares, contribuyeron a crear un período de estabilidad geológica y evolutiva sin precedentes. Este descubrimiento nos muestra cómo incluso los eventos celestiales más sutiles pueden tener un impacto significativo en la historia y el destino de nuestro mundo.

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