El corazón oculto de la Antártida: descubren 85 lagos activos bajo kilómetros de hielo

Un equipo internacional acaba de revelar la existencia de 85 lagos “activos” bajo la capa de hielo antártica, muchos más de lo pensado hasta ahora. Este hallazgo obliga a reconsiderar cómo fluye el agua bajo el hielo y cómo esto afecta el futuro del nivel del mar y la estabilidad de los glaciares.

Lagos antárticos
Este mapa de la Antártida muestra la ubicación de 85 lagos subglaciales "activos" recién descubiertos (triángulos rojos) comparado con los lagos ya reconocidos. Fuente: Nature

Los lagos subglaciales no son una novedad en la ciencia polar, pero lo que hace trascendente este descubrimiento es que estos 85 nuevos lagos muestran actividad: es decir, se llenan y vacían en ciclos que pueden influir en la base del hielo. En total, antes se conocían 146 lagos activos, y con esta adición se aumenta su cuantía en un 58 %, tal como indica una reciente investigación publicada en Nature.

Bajo kilómetros de hielo antártico, 85 lagos activos recién descubiertos se llenan y vacían silenciosamente, y podrían ser la llave perdida para entender cómo y cuán rápido se modificará el nivel del mar.

Este tipo de sistemas hidrológicos ocultos pueden actuar como lubricantes bajo el manto helado: cuando drenan, liberan agua que reduce la fricción entre el hielo y el lecho rocoso, acelerando el flujo glacial. Ese efecto, aunque silencioso, puede tener consecuencias medibles en cuánto hielo termina en el océano, algo que reporta Antarctic Glaciers.org

El método empleado fue crucial. Los científicos utilizaron datos del satélite CryoSat-2 para detectar cambios locales en la elevación del hielo: cuando el hielo se hunde o eleva en zonas específicas, puede indicar que debajo algo cambió, agua salió o entró. Gracias a esto, pudieron delinear 37 eventos completos de drenaje y 34 de llenado.

Una hidrología oculta que influye en el hielo

Las evidencias apuntan a que algunos de estos lagos se encuentran más cerca del margen de los glaciares de lo que se creía posible. Se ubicaron hasta seis lagos dentro de solo 8 kilómetros de la línea de contacto entre hielo y océano (grounding line). Eso los convierte en posibles “puntos de lubricación” que podrían acelerar la descarga de hielo hacia el mar.

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Además, estos lagos no son entidades aisladas, sino que forman redes hidráulicas: algunos drenajes se conectan aguas arriba con llenados en lagos vecinos, lo que sugiere transferencias de agua subglacial a escala regional. Los autores identificaron cinco nuevos sistemas de lagos interconectados y 25 agrupamientos de actividad en su estudio.

Este hallazgo también rellena un vacío en la modelización del cambio climático: muchos modelos de masa glaciar no incorporaban hasta ahora la hidrología subglacial dinámica.

Con esta nueva base de datos, será posible afinar las proyecciones del aumento del nivel del mar y los patrones futuros del flujo glaciar. Estas dinámicas pueden ejercer retroalimentaciones. Un drenaje súbito podría liberar agua justo bajo una zona crítica de la plancha de hielo, provocando un impulso momentáneo de rapidez. Si ese impulso debilita aún más el hielo o promueve grietas internas, se podría desencadenar un efecto dominó en la estabilidad.

Causas, riesgos y lo que estudian los científicos

Las razones de esos llenados y vaciados aún son objeto de estudio. Entre los mecanismos propuestos figuran: calor geotérmico que funde la base del hielo, fricción del hielo deslizándose, y variaciones en la presión del agua que reorganizan el flujo subglacial.

satelite Europa
El satélite Cryosat-2 de la Agencia Espacial Europea se encarga de monitorizar pequeños cambios en el espesor de las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia. Imagen: ESA

Otro dato importante es que el descubrimiento añade 12 nuevos ciclos completos de llenado y drenaje al registro mundial, antes solo se conocían 36. Esta extensión del catálogo permitirá contrastar teorías sobre la frecuencia, magnitud y disparadores de esos eventos.

Pero no todo es negativo: algunos lagos subglaciales podrían llevar miles o millones de años aislados del mundo exterior. En esos ambientes extremos podrían existir ecosistemas microbianos únicos, que sobreviven en la oscuridad completa y con recursos mínimos. El interés biológico es intenso, pues estos ambientes pueden ofrecer pistas para la vida en otros mundos helados.

Sin embargo, el mayor riesgo radica en lo que esto puede hacer al balance de masa del hielo antártico. Si los glaciares se deslizan más rápido o se tornan más inestables, el volumen de agua que termina en los océanos crecerá. Por eso estos estudios subglaciales son ahora una pieza clave para comprender la evolución futura del planeta.

Referencia de la noticia:

Livingstone, S.J., Li, Y., Rutishauser, A. et al. Subglacial lakes and their changing role in a warming climate. Nat Rev Earth Environ 3, 106–124 (2022). https://doi.org/10.1038/s43017-021-00246-9