Investigan sismos pequeños de deslizamiento lento observados en el sur de Costa Rica

Los sismos de deslizamiento lento son difíciles de detectar y medir. De allí la importancia de esta investigación realizada en Costa Rica. Un mayor conocimiento ayudará a saber más sobre su mecánica y como actúan en el desarrollo de tsunamis y sismos mayores.

Costa Rica
Una mejor comprensión de los sismos de lento desarrollo ayudarán a poder conocer su relación con grandes sismos y eventuales tsunamis. Imagen: Observatorio Vulcanológico de Costa Rica.

El rol que juegan pequeños y lentos sismos es un campo sobre el que se necesita una mayor comprensión. Los eventos de deslizamiento lento, SSE por su sigla en inglés, son rupturas sísmicas lentas que generan solo unos pocos centímetros de deslizamiento en períodos que van desde días hasta años, tal como indica EOS.

Los datos preliminares apuntan a que ocurren en muchas de las zonas de subducción a nivel mundial. Pero lo que ocurre es que estos deslizamientos sutiles resultan difíciles de observar.

Los sismos de lento desarrollo pueden modular terremotos más grandes que causan graves daños y eventualmente tsunamis.


Una de las complejidades adicionales para su observación es cuando ocurren debajo del océano, ya que la capacidad de monitorearlos es mucho más compleja
. Es por eso que cinco eventos observados en la Península de Osa, en Costa Rica, entregan nueva información sobre el papel de estos sismos tan especiales, especialmente en la acumulación de tensión y riesgos de tsunamis futuros.

Tener un mejor entendimiento de dónde y con qué frecuencia ocurren los SSEs es importante, en parte porque pueden modular terremotos más grandes que son más propensos a causar daños y producir tsunamis. La investigación fue dirigida por un grupo de especialistas al mando de Mason Perry, del Earth Observatory de Singapore en conjunto con el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica. Ellos lograron documentar estos cinco eventos en el sur de Costa Rica, donde la Placa de Cocos se subduce bajo la Placa del Caribe.

Una zona altamente sísmica

Los SSEs que se lograron documentar en esta sección de Centroamérica tuvieron lugar en 2013, 2018 y 2022 y se pudieron identifica utilizando datos de una red de estaciones del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), que funciona de manera continua.

Los investigadores consignan en el resumen de su trabajo que un evento temprano fue detectado por una estación en 2013, y dos eventos que ocurrieron en estrecha sucesión tanto en 2018 como en 2022 fueron detectados por múltiples estaciones, lo que indica un intervalo de recurrencia preliminar de 4 a 5 años.

Península de Osa
La imagen muestra la zona de estudio en la Península de Osa, al sur de Costa Rica. Se puede observar el movimiento de las placas en la zona de subducción. Imagen: Geophysical Research Letter

Las distribuciones de deslizamiento modeladas de los eventos de 2018 y 2022 indican que probablemente rompieron los mismos parches o parches superpuestos de la interfaz de la placa, en la parte superior del gran terremoto de Osa en 1983 que tuvo una intensidad de 7.4.

Estos eventos parecen liberar casi todo el deslizamiento acumulado por el movimiento de las placas durante un intervalo de recurrencia de 4 años en algunos lugares.

Tal como relata EOS, los SSEs registrados son especialmente significativos porque ocurrieron a profundidades relativamente superficiales en la zona de subducción.

A diferencia de los SSEs de mayor profundidad bajo tierra, los eventos superficiales a menudo se producen bajo el océano y pueden influir en los riesgos de tsunami. El equipo calculó que la cantidad de deslizamiento en los cuatro eventos más recientes apuntan a representar toda la convergencia tectónica que se acumuló en un parche localizado de la zona de subducción durante el período de 4 años, posiblemente limitando la magnitud de los futuros terremotos.

Un paso adelante en la comprensión de los sismos

Los geólogos saben que es muy probable que nuevamente ocurran terremotos de gran magnitud cerca de la Península de Osa, donde ocurrieron tres eventos de magnitud 7 a 7.5 en el siglo XX.

Este tipo de observaciones sobre sismos de deslizamiento lento en Costa Rica pueden ayudar a determinar dónde podrían producirse futuros terremotos en la región. Los datos también contribuyen a ampliar la comprensión de los investigadores sobre cómo el deslizamiento lento afecta la acumulación de tensión y dónde y cuándo es probable que ocurran los SSEs.

GPS
Una de las estaciones instaladas por el Sistema Global de Navegación por Satélite, utilizadas para obtener mediciones. Imagen: Observatorio Vulcanológico de Costa Rica.

Este tipo de sismos ocurren en los límites entre dos placas y generan deslizamientos del orden de centímetros durante un período de días a semanas o años. Esta escala de movimiento tan acotada hace que sea muy complejo poder medirlos. Es un campo de investigación al que le falta responder una gran cantidad de preguntas. Es probable que la distribución espacial global de las SSE esté influida por una serie de factores, como la topografía del fondo marino subducido, la presencia de sedimentos y agua dentro de la interfaz de subducción.

Comprender mejor las SSE superficiales es importante porque probablemente desempeñan un papel en la modulación de la magnitud y la distribución espacial de las rupturas sísmicas grandes y dañinas que tienen más probabilidades de generar tsunamis. El trabajo realizado en Costa Rica aporta información para comprender el proceso a nivel global, y dar un pequeño paso más hacia un esquema que en el futuro permita aproximarse a una anticipación de fenómenos destructivos.

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