La Antártida en llamas, frecuentemente azotada por incendios en el Cretácico

Un nuevo estudio evidencia una frecuencia mayor a lo pensado de incendios forestales en el continente blanco durante el Cretácico. ¿Cuál era la causa principal por la que ocurrían y cómo se desarrollaban?

Antártida fuego incendios
Los ambientes australes durante el periodo Cretácico se vieron azotados por la ocurrencia de incendios forestales, mucho más frecuentes de lo que se pensaba.

La Antártida, el continente más frío, seco y ventoso en donde alrededor del 98% de su superficie está cubierta por hielo en la actualidad, fue alguna vez un escenario muy distinto, en donde eran frecuentes los grandes incendios forestales asociados con episodios volcánicos.

La primera evidencia de la ocurrencia de incendios forestales en la Antártida fue obtenida en 2015, y luego se sumó más información en 2021. Ahora, paleontólogos obtuvieron más indicios de estos eventos en el pasado, a partir de muestras paleontológicas recolectadas en la Isla Rey Jorge, en el archipiélago de las islas Shetland, en la Península Antártica.

Las recientes expediciones científicas fueron realizadas por el Instituto Antártico Chileno (INACH) y el Programa Antártico Brasileño (Proantar). El estudio, liderado por la Doctora Joseline Manfroi durante su posdoctorado en el INACH junto a otros colaboradores, demuestra que la Antártida estuvo efectivamente en llamas durante el periodo Cretácico, hace 75 millones de años durante el final de la era de los dinosaurios.

La importancia de la historia que atestigua la Antártida

El continente antártico es uno de los ambientes del planeta con mayor interés para los científicos. Además de ser el que presenta las condiciones más desfavorables para el desarrollo de la biodiversidad terrestre, también es el continente que mejor conserva sus características ambientales.

Esto lo convierte en un laboratorio natural que reúne condiciones excepcionales.

A pesar de ser actualmente un continente aislado en el hemisferio sur, a lo largo de las eras geológicas la Antártida se movió y cambió su entorno y climatología, debido a los constantes movimientos tectónicos. Millones de años atrás la zona estuvo dominada por una gran diversidad de especies que habitaban grandes bosques, los cuales dejaron sus huellas a través del registro paleobotánico conservado en diferentes etapas, con especial énfasis en depósitos del periodo Cretácico.

Los frecuentes incendios en la Antártida durante el Cretácico

Según sostienen varios estudios, el Cretácico se considera un período especial de "alto fuego" en la historia de la Tierra, durante el cual el nivel de oxígeno atmosférico era elevado y facilitaba la combustión.

Durante este periodo, tal como ocurre en la actualidad, los incendios forestales eran moldeadores de los ambientes terrestres. Además de ser considerado uno de los factores de perturbación ambiental importantes en diferentes biomas, los incendios de vegetación pasados se evidencian, entre otras formas, por la presencia de carbón fosilizado, originado por el proceso de carbonización, que consiste en la quema parcial de fragmentos de plantas que se conservan en el registro geológico.

Antártida
El continente blanco es hoy en día muy distinto a lo que supo ser alguna vez en el pasado.

A través de esta investigación se pudo comprobar que los ambientes australes durante el periodo Cretácico también se vieron azotados por la ocurrencia de incendios forestales, mucho más frecuentes de lo que se pensaba, que consumían parcial o totalmente la vegetación.

El análisis de los fragmentos de fósiles vegetales carbonizados recuperados permitió el diagnostico de los elementos involucrados en la ignición de la vegetación, posibilitando así la reconstrucción de un escenario paleoambiental de fácil comprensión.

En declaraciones publicadas por EuropaPress, la primera autora del estudio Manfroi indicó que el intenso vulcanismo atestiguado en el Cretácico, que comprende gran parte de los estratos rocosos de la Antártida, fue también el impulsor de los incendios forestales ocurridos durante ese periodo, a través principalmente de nubes de ceniza calentada que, en contacto con la vegetación de los bosques, provocaba el inicio de los incendios de vegetación natural.

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