La fábrica de mosquitos más grande del planeta promete transformar la lucha contra el dengue y el zika
Una biofábrica en Brasil produce millones de mosquitos modificados para frenar enfermedades como el dengue y el zika, ofreciendo esperanza contra las epidemias tropicales.

En la novela Jurassic Park de Michael Crichton, la ciencia juega con la naturaleza para traer de vuelta a los dinosaurios gracias a un mosquito jurásico atrapado en ámbar, con resultados impredecibles. Hoy, en un giro menos cinematográfico pero igual de fascinante, la ciencia está criando millones de mosquitos en una fábrica en Brasil para salvar vidas.
No se trata de un experimento caótico, sino de una estrategia innovadora para combatir enfermedades tropicales como el dengue y el zika, transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, el insecto más letal del planeta.
La respuesta está en una bacteria llamada Wolbachia, que actúa como un superhéroe microscópico. Esta fábrica, ubicada en Curitiba, Brasil, produce hasta 100 millones de huevos de mosquitos por semana, todos portadores de esta bacteria que bloquea la transmisión de virus. Es como si le diéramos a los mosquitos un "antivirus" natural que los hace inofensivos, una solución que podría cambiar el panorama de la salud pública en regiones tropicales.
Un ejército de mosquitos contra las epidemias
La fábrica de mosquitos, operada por el World Mosquito Program (WMP) y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), no crea insectos comunes.
Inauguramos a maior biofábrica de mosquitos do mundo.
— Fiocruz (@fiocruz) July 21, 2025
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Los "wolbitos", como los llaman los científicos, son Aedes aegypti infectados con Wolbachia, una bacteria presente en el 60% de los insectos del mundo, pero no en este mosquito de forma natural. Cuando estos mosquitos se liberan y se aparean con los silvestres, las hembras transmiten la bacteria a sus crías, creando una población que no propaga dengue, zika, chikungunya ni fiebre amarilla.
Este método ya ha mostrado resultados impresionantes. En Colombia, ciudades como Medellín y Bello redujeron los casos de dengue entre un 41% y un 54% tras liberar mosquitos con Wolbachia. En Niterói, Brasil, la caída fue de un 69%. La fábrica de Curitiba, inaugurada en julio de 2025, planea liberar 5,000 millones de mosquitos en los próximos 10 años, protegiendo a unos 70 millones de personas.
Sin embargo, el proceso no es sencillo: los mosquitos son sensibles a la temperatura y la humedad, y criarlos requiere condiciones precisas, como mantener un invernadero perfecto para su ciclo de vida.
Impacto global y desafíos futuros
El impacto de esta iniciativa trasciende Brasil. En un mundo donde el cambio climático expande los hábitats de los mosquitos, llevando el dengue incluso a regiones como Europa, esta tecnología ofrece una solución sostenible.
A diferencia de los insecticidas, que dañan el medioambiente, o las vacunas, que aún no son universales para el dengue, los "wolbitos" son una estrategia ecológica. No buscan eliminar al mosquito, sino transformarlo, asegurando que las generaciones futuras hereden la bacteria. Es como reescribir el código genético de una plaga para que deje de serlo.

Sin embargo, hay desafíos. La logística de liberar millones de mosquitos en áreas urbanas requiere planificación y aceptación social. En algunos lugares, la idea de soltar más mosquitos genera escepticismo, como si estuviéramos invitando al enemigo a casa.
Además, el método tarda años en mostrar resultados, ya que la población de mosquitos silvestres debe ser gradualmente reemplazada. La financiación, liderada por entidades como la Fundación Bill y Melinda Gates, también es crucial para escalar esta solución a otros países de América Latina y más allá.
Una nueva era para la salud pública
La fábrica de mosquitos en Brasil no solo es un logro científico, sino un símbolo de cómo la innovación puede enfrentar problemas globales. Países como Argentina y Colombia ya exploran replicar este modelo, y el éxito en Brasil podría inspirar a otras regiones tropicales.
La humanidad siempre ha buscado dominar la naturaleza, a veces con consecuencias impredecibles, como en Jurassic Park. Aquí, sin embargo, la ciencia parece haber encontrado un equilibrio: usar la naturaleza para sanar.

La fábrica de mosquitos es un paso audaz hacia un mundo donde las enfermedades tropicales dejen de ser una amenaza constante.
En un planeta que enfrenta el cambio climático y el crecimiento urbano, los "wolbitos" representan una esperanza tangible. Su impacto no solo se medirá en casos evitados, sino en vidas salvadas y comunidades protegidas, demostrando que incluso el enemigo más pequeño puede convertirse en un aliado.