Las enfermedades huelen: ¿qué dicen tus olores corporales sobre tu salud?
Tu olor corporal puede ser una pista de tu estado de salud. Descubre cómo la ciencia usa los aromas que emite tu cuerpo para detectar enfermedades, desde el Parkinson al COVID.

¿Sabías que tu cuerpo es como un libro abierto que, sin que lo sepas, cuenta historias sobre tu salud a través de algo tan cotidiano como tu olor corporal?
No hablamos del aroma a sudor después de un día largo, sino de señales químicas que tu cuerpo emite y que podrían alertar sobre problemas de salud. La ciencia ha descubierto que ciertas enfermedades, desde diabetes hasta cáncer, pueden cambiar el olor de tu piel, aliento o incluso tu orina, como si tu cuerpo enviara mensajes invisibles al mundo.
Estos “mensajes olfativos” son en realidad compuestos orgánicos volátiles (COV), pequeñas moléculas que tu cuerpo produce y libera al ambiente. Los científicos los estudian con tecnologías avanzadas, como si fueran detectives olfativos, para descifrar qué dice tu cuerpo.
Este campo, conocido como metabolómica olfativa, está revolucionando la forma en que entendemos la salud y el diagnóstico, y lo mejor es que no necesitas ser un experto para entender cómo funciona. ¡Exploremos este fascinante mundo donde tu nariz y la ciencia se dan la mano!
¿Por qué olemos diferente?
Cada persona tiene un olor único, como una huella dactilar invisible, creado por una mezcla de factores como la dieta, las hormonas y los genes. Pero cuando algo no va bien en tu cuerpo, esta “firma olfativa” puede cambiar. Por ejemplo, las personas con diabetes a veces tienen un aliento con un toque dulce, como a fruta madura, debido a un compuesto llamado acetona que se acumula cuando el cuerpo quema grasa en lugar de azúcar.

Los científicos han encontrado que enfermedades como el cáncer de pulmón, la tuberculosis o incluso el Parkinson pueden alterar los COV que producimos. Es como si tu cuerpo tocara una nota distinta en su sinfonía química, y los investigadores están aprendiendo a escuchar esas notas. Usan herramientas como la espectrometría de masas, que actúa como un “olfato electrónico”, para analizar estos compuestos y detectar patrones que indiquen una enfermedad específica.

Este enfoque es prometedor porque es no invasivo, es decir, no necesitas agujas ni pruebas incómodas. Imagina ir al médico y, en lugar de un análisis de sangre, solo soplar en un tubo o dejar que analicen el olor de tu piel. Aunque todavía está en desarrollo, esta tecnología podría hacer que los diagnósticos sean más rápidos y accesibles, especialmente en lugares donde los recursos médicos son limitados.
De perros a narices electrónicas: el futuro del diagnóstico olfativo
Si alguna vez has visto a un perro detectar drogas o explosivos con su nariz, no te sorprenderá saber que los canes también pueden oler enfermedades. Estudios han demostrado que perros entrenados pueden identificar el cáncer o la diabetes por el olor con una precisión asombrosa. Su nariz es como un superpoder, capaz de detectar cambios en los COV que nosotros ni siquiera notamos. Pero no todos podemos tener un perro médico en casa, así que los científicos están creando máquinas que imitan esa habilidad.

Estas máquinas, conocidas como narices electrónicas (E-nose), analizan los compuestos en el aliento o la piel y los comparan con patrones de enfermedades conocidas. Por ejemplo, un estudio publicado en ACS Central Science mostró cómo estas tecnologías pueden detectar marcadores de enfermedades pulmonares con solo analizar el aliento, algo así como leer el “código de barras” químico de tu cuerpo.
Sin embargo, no todo es tan simple. El cuerpo humano produce miles de COV, y distinguir los que indican enfermedad de los que son normales es como encontrar una aguja en un pajar. Además, factores como lo que comiste o el jabón que usas pueden complicar las cosas.
A pesar de estos retos, los avances son emocionantes, y los investigadores creen que en el futuro podríamos tener dispositivos portátiles, como un “olfatómetro” personal, para monitorear nuestra salud en tiempo real. En resumen, la próxima vez que notes un olor extraño, recuerda que tu cuerpo podría estar intentando decirte algo. La ciencia está aprendiendo a escuchar, y pronto, un simple soplido podría salvar vidas.