Este es el motivo por el cual algunos niños aprenden a hablar antes que otros, según un estudio de Harvard

Mediante Big Data, se analizaron 40.000 h de audio de más de mil niños menores de 4 años en seis continentes, para saber por qué algunos hablan antes que otros.

niÑo hablando
La mayoría de los niños dicen palabras sueltas a los 18 meses y frases u oraciones alrededor de los dos o tres, pero otros hablan mucho antes. Un estudio de la Universidad de Harvard encontró el motivo.

Los primeros años de vida definen el carácter de un niño. Y en particular, los primeros cuatro años son críticos para el desarrollo del lenguaje, con grandes variaciones en la velocidad a la que los niños aprenden a hablar.

El lenguaje es una habilidad humana universal que los niños pequeños adquieren fácilmente al luchar con muchos aspectos básicos de la supervivencia. Pero está visto que la capacidad lingüística varía según los individuos. La mayoría de los niños dicen palabras sueltas a los 18 meses y progresan a frases y oraciones alrededor de los dos o tres, pero otros hablan mucho antes.

Las observaciones naturalistas y experimentales sugieren que las habilidades lingüísticas de los niños varían según factores como el nivel socioeconómico y el género de los niños, pero un reciente estudio reciente estudio observacional sobre el tema ha arrojado resultados sorprendentes.

No es lo que pensábamos

Desde hace años, la psicóloga Elika Bergelson de la Universidad de Harvard se pregunta qué factores influyen realmente en el uso cotidiano del lenguaje por parte de los niños.

Adultos hablando con un niño
El estudio dio por tierra investigaciones anteriores que relacionaban el habla temprana a las condiciones socioeconómicas en la que los niños crecían

Bergelson realizó este estudio liderando un equipo internacional de psicólogos, utilizando un enfoque de big data para informar sobre un conjunto de datos diversos, interculturales y único: más de 2500 grabaciones de audio de más de 1001 niños de 2 a 48 meses de 12 países en seis continentes, en diferentes contextos: urbano, rural y de agricultura de subsistencia.

"El desarrollo más lento del lenguaje a menudo se ha atribuido a que los padres de entornos socioeconómicos más bajos brindan menos información a sus hijos (visto desde una perspectiva occidental de la clase media), lo que motiva solicitudes de intervenciones conductuales destinadas a aumentarlo"

Y la primera conclusión fue sorprendente: en contraste con conclusiones anteriores basadas en métodos de muestreo más limitados y un conjunto diferente de indicadores lingüísticos, el nivel socioeconómico de la familia de los niños (determinado por el nivel educativo de su madre) no se asoció significativamente con la producción del habla durante los primeros 4 años de vida, como tampoco lo estuvieron el género o el multilingüismo.

Es la interacción con adultos

El estudio recopiló audios mediante grabadoras portátiles, que se colocaron en niños de diversas etapas de desarrollo y habilidades, con edades comprendidas entre dos meses y cuatro años.

Utilizando técnicas de machine learning para examinar las más de 40.000 horas de grabaciones, Bergelson y sus colegas probaron una variedad de factores que podrían influir en la frecuencia y la antelación con la que un niño balbucea o dice sílabas, palabras u oraciones.

Hijo charlando con su padre
Mediante Big Data, se examinaron más de 40.000 horas de grabaciones de niños de 12 países de diferentes condiciones socioeconómicas y se halló que la interacción con los adultos favorece el habla temprana,

Los resultados revelaron que los niños menores de cuatro años producen alrededor de 66 vocalizaciones más por hora con cada año de desarrollo. Y eso es de esperarse, ya que la edad está estrechamente relacionada con el desarrollo cognitivo, pero hubo otro factor que también mostró un efecto sorprendentemente fuerte: los niños que más escuchaban hablar a los adultos, tendían a hablar más.

En promedio, por cada 100 vocalizaciones de un adulto escuchadas por un niño en una hora, ese niño producía 27 vocalizaciones más. Y con el efecto de "habla adulta", en lugar de producir alrededor de 66 vocalizaciones pasaron a 82 vocalizaciones con cada año de desarrollo infantil.

Mejorar nuestra comprensión de los problemas del habla

Para poner en perspectiva la importancia de ese efecto, los niños del estudio que mostraron un desarrollo del lenguaje no normativo, como la dislexia, produjeron 20 vocalizaciones menos por hora en comparación con sus compañeros. Cada año, esa brecha se amplió en aproximadamente 8 vocalizaciones por hora.

Este estudio sólo contó los sonidos que se hicieron durante el día, lo que significa que no examinó la sofisticación del lenguaje utilizado por los niños. Por ello Bergelson reconoce que su estudio adoptó un enfoque "grueso" que puede pasar por alto algunos detalles más finos, y estima que los factores socioeconómicos o de género aún pueden afectar algunos elementos del desarrollo del lenguaje que se pasan por alto en este estudio.

NiÑo con dislexia
Este tipo de estudios puede mejorar nuestra comprensión sobre el lenguaje y los trastornos del aprendizaje para, por ejemplo, crear estrategias de salud pública

Los niños que crecen en hogares de un nivel socioeconómico más alto, por ejemplo, podrían tener padres que les lean más, lo que posiblemente mejore su vocabulario o su desarrollo gramatical.

Estos hallazgos pueden ampliar nuestro conocimiento sobre el desarrollo temprano del lenguaje para el público en general, incluidos padres, médicos, educadores y formuladores de políticas. Los factores que explican la variación nos hacen comprender la capacidad única de los humanos para aprender y las aplicaciones potencialmente a gran escala de la tecnología de las máquinas al comportamiento humano cotidiano.

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