Nuevos coronavirus encontrados en murciélagos del Reino Unido resaltan la importancia del monitoreo

Según los investigadores, la vigilancia de los virus en la fauna salvaje es una cuestión clave de salud pública y debería realizarse regularmente con los murciélagos británicos.

Murciélago coronavirus
Ninguno de los coronavirus identificados era capaz de infectar al ser humano. Pero hay que vigilarlos, dicen los investigadores.

La vigilancia genética de los nuevos coronavirus debe realizarse con regularidad, aunque aún no puedan infectar a los humanos, según un nuevo estudio que ha identificado virus COVID desconocidos hasta ahora que circulan entre los murciélagos británicos.

Investigadores del Imperial College London y el University College London (UCL) trabajaron con conservacionistas de murciélagos para analizar muestras fecales de murciélagos británicos, revelando la circulación de cuatro especies de coronavirus, dos de las cuales eran nuevas.

Los hallazgos, publicados en Nature Communications, mostraron que algunos de estos coronavirus estaban relacionados con los que causan el COVID-19 y el MERS, aunque actualmente ninguno era capaz de infectar a los humanos. Sin embargo, los autores dicen que se debe aumentar la vigilancia de estos virus para mejorar la preparación de la salud pública.

Los peligros de las enfermedades zoonóticas


Las enfermedades zoonóticas son una de las mayores amenazas para la salud pública, responsables de alrededor del 60% de los patógenos humanos. No solo eso, sino que más del 70 % de estos patógenos se originan en las poblaciones de vida silvestre, por lo que esta es un área clave de interés para las autoridades sanitarias.

¿Qué es una enfermedad zoonótica ?
Las enfermedades zoonóticas, también conocidas como zoonosis, son infecciones o enfermedades que pueden transmitirse a los humanos de otros animales, o viceversa.

Para infectar a los humanos, un patógeno zoonótico debe ser capaz de infectar células humanas. Esto sucede a menudo en incidentes aislados, generalmente con personas que tienen algún contacto directo con un animal huésped. Cuando este es el caso, el escenario más común es que el patógeno se detenga debido a que no puede propagarse de persona a persona.

Sin embargo, en raras situaciones, el patógeno encuentra la forma de romper esa barrera, como fue el caso de la COVID-19. Según los investigadores, las investigaciones genéticas son cruciales para identificar qué virus tienen el potencial para hacer esto.

“En muchas partes del mundo, tenemos una vigilancia decente de los patógenos que circulan en humanos y animales domésticos, pero no tanto en la vida silvestre”, dijo el profesor Francois Balloux, coautor del estudio y director del Instituto de Genética de la UCL. “Debería aumentarse la vigilancia, mejorar la preparación de la salud pública y la seguridad alimentaria, y también ser beneficioso para la conservación de la biodiversidad”.

Ayudando a los murciélagos y la salud pública

Los murciélagos son un grupo increíblemente diverso de mamíferos que a menudo viven en grandes colonias, lo que significa que albergan una variedad de virus potencialmente patógenos. Aunque se han llevado a cabo encuestas de murciélagos en regiones como Asia y África, los investigadores dicen que los virus de murciélagos del Reino Unido se han pasado por alto.

Colonia de murciélagos
Proteger a los murciélagos y al ecosistema en general podría reducir la aparición de enfermedades zoonóticas.

Uno de los coronavirus que identificaron entre las 16 especies de murciélagos británicos que encuestaron fue un sarbecovirus, estrechamente relacionado con el virus que causó el COVID-19. Aunque los autores dicen que actualmente no puede infectar células humanas, su análisis encontró que podía unirse al mismo receptor que usa el virus COVID-19 para ingresar a las células humanas.

Esto destaca la importancia de una vigilancia eficaz de la enfermedad, dicen. También pone el foco en la conservación, ya que la pérdida de hábitat y los cambios en el uso de la tierra están relacionados con un mayor riesgo de cruce zoonótico de la vida silvestre a los humanos.

Por lo tanto, mantener los esfuerzos de conservación de los murciélagos y minimizar la destrucción del hábitat podría prevenir la aparición de nuevos patógenos zoonóticos en el futuro, en el Reino Unido y en otros lugares.

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