¿Se puede heredar el estrés de los abuelos? La epigenética lo explica

Puede que estes sintiendo los efectos de traumas que no has vivido. La epigenética muestra cómo el estrés sufrido por generaciones anteriores puede dejar marcas biológicas que influyen en tu salud emocional y mental actual.

epigenética
Las experiencias vividas por generaciones pasadas pueden dejar marcas invisibles que atraviesan el tiempo.

¿Alguna vez has escuchado a alguien decir que “carga con los traumas de su familia”? Aunque esto pueda parecer una metáfora emocional, la ciencia ha demostrado que hay más verdad en esto de lo que hubiéramos imaginado.

Un área de estudio llamada epigenética está revelando cómo las experiencias vividas por nuestros antepasados, como la hambruna, la guerra o los traumas, pueden dejar marcas biológicas reales que se manifiestan en sus descendientes.

Esta idea cobró fuerza a partir de observaciones en poblaciones que experimentaron eventos extremos, como grandes desastres o persecuciones históricas. Los estudios muestran que los hijos y nietos de estas personas pueden ser más propensos a sufrir ansiedad, depresión e incluso cambios metabólicos. Y lo más sorprendente es que esto ocurre incluso cuando estos descendientes crecieron en entornos estables.

¿Qué es la epigenética?

La epigenética es el campo de la biología que estudia cómo factores externos, como el estrés, la dieta o la exposición a sustancias químicas, pueden modificar la forma en que se manifiestan los genes, sin alterar su secuencia original.

Estas modificaciones actúan como “interruptores” biológicos que activan o desactivan ciertos genes dependiendo de las condiciones ambientales. El cuerpo humano está en constante diálogo con el entorno y esta comunicación puede dejar marcas duraderas.

Traumas, generaciones
Los viejos traumas pueden resonar en el cuerpo y la mente de los descendientes, incluso décadas después.

Contrariamente a la creencia popular, estos cambios no terminan en el individuo. Algunos de estos “interruptores” pueden transmitirse a las generaciones futuras. En otras palabras, un trauma experimentado por un abuelo puede influir en cómo el nieto responde al estrés, incluso sin que éste sepa el motivo.

Evidencia de la herencia del estrés


Las investigaciones en humanos han demostrado que los hijos de personas que han vivido traumas colectivos, como conflictos armados, migraciones forzadas o grandes tragedias, presentan alteraciones en ciertos genes vinculados a la respuesta al estrés.

En experimentos con animales, por ejemplo, los ratones que estuvieron expuestos a factores estresantes durante la gestación produjeron crías más ansiosas, aun cuando estas crías fueron criadas en entornos tranquilos.

Los científicos descubrieron que este cambio estaba asociado con marcas epigenéticas en el cerebro. El hilo conductor de estos estudios es el siguiente: incluso cuando el ADN permanece intacto, el modo en que se comportan los genes puede verse profundamente alterado, y esto tiene efectos reales en el comportamiento y la salud emocional de las generaciones posteriores.

¿Qué puede influir en estos cambios?

Varios factores pueden dejar marcas epigenéticas. Entre los principales destacan los siguientes:

  • Traumas intensos vividos durante guerras, pérdidas o catástrofes.
  • Desnutrición o nutrición inadecuada durante el embarazo o la infancia.
  • Exposición a entornos altamente estresantes, como violencia crónica o pobreza extrema.
  • Falta de apoyo emocional en momentos decisivos del desarrollo.
  • Estímulos tóxicos del entorno, como la contaminación o los productos químicos.
traumas, factores
Factores como los traumatismos, la mala alimentación y el estrés extremo pueden dejar marcas epigenéticas que atraviesan generaciones.

Estas influencias no sólo afectan al individuo, sino que pueden determinar la forma en que sus hijos y nietos reaccionan al mundo.

¿Por qué esto importa?

Entender que el estrés puede dejar marcas que perduran a lo largo de generaciones nos ayuda a repensar la salud pública, la educación e incluso cómo acogemos el sufrimiento emocional de las personas. A menudo, la ansiedad o la tristeza persistente sin una causa aparente pueden tener raíces más profundas de lo que imaginamos.

Además, la epigenética trae un mensaje de esperanza: si el ambiente tiene el poder de afectarnos negativamente, también puede ayudarnos a sanar. Los estímulos positivos, las buenas experiencias y los vínculos emocionales fuertes también dejan su huella y pueden ayudar a revertir los impactos negativos heredados. La ciencia aún está desentrañando los detalles de este proceso, pero una cosa ya está clara: cuidar a una generación es, en cierto sentido, cuidar a todas las que vienen después.

Referencia de la noticia:

Epigenetic signatures of intergenerational exposure to violence in three generations of Syrian refugees. 27 de fevereiro, 2025. Mulligan, C.J., Quinn, E.B., Hamadmad, D. et al.