Un estudio confirma que los incendios de Canadá de 2023 contribuyeron a 87.000 muertes prematuras en todo el mundo

Los incendios forestales que arrasaron millones de hectáreas en Canadá durante 2023 no fueron solo devastación visible. Un estudio reciente estima más de 87.000 muertes prematuras en todo el mundo provocadas por el humo.

Incendios Canadá 2023
Los incendios de Canadá de 2023 han sido los más masivos e intensos de los últimos años. Ahora se sabe que el humo producido estuvo detrás de más de 80.000 muertes prematuras.

Los incendios en Canadá durante 2023 quemaron cerca de 18,4 millones de hectáreas, lo que equivale a aproximadamente el 5 % de la superficie forestal del país. En esa temporada récord se generaron cantidades gigantescas de partículas finas (PM2.5) que no se quedaron en Canadá, sino que viajaron por la atmósfera hasta Estados Unidos, Europa y más allá, tal como revela Live Science.

Los incendios de Canadá en 2023 no sólo quemaron bosques: liberaron humo que viajó miles de kilómetros y provocó más de 87.000 muertes prematuras en todo el mundo, evidenciando que el daño del fuego puede ser invisible, pero mortal.

El número de muertes estimadas directamente relacionadas con la exposición aguda (es decir, efectos inmediatos) fue de unas 5.400 en Norteamérica, mientras que los efectos crónicos (a lo largo del tiempo) elevaron la cifra global hasta alrededor de 82.100 muertes prematuras. Esto se traduce en millones de personas cuyas vidas se vieron afectadas por enfermedades respiratorias, cardiovasculares y otras consecuencias silenciosas del humo.

Pero no todos los impactos fueron negativos de la misma manera. El humo denso y los aerosoles redujeron algo la radiación solar en superficies extensas del hemisferio norte, produciendo un efecto de enfriamiento superficial temporal. No obstante, ese alivio parcial no compensa los daños a la salud ni los costes ecológicos ni económicos del evento.

Causas profundas: más allá de la chispa

El cambio climático aparece como principal catalizador de la intensidad de estos incendios. Un calentamiento global que se acelera, combinaciones de sequía extrema, olas de calor más frecuentes y vientos secos están haciendo que lo que antes eran eventos “raros” ahora se vuelva casi rutina.

Además, la temporada de incendios se alarga: el suelo empieza más seco, los inviernos y primaveras cada vez tienen menos humedades retenidas, lo que favorece la ignición y propagación de incendios. También intervienen factores como la acumulación de material orgánico combustible en bosques, los registros de rayos e incendios provocados que no se detectan inmediatamente, y la gestión forestal insuficiente frente a eventos extraordinarios.

El transporte de humo a gran distancia demuestra que incluso regiones lejanas sufren las consecuencias, aun cuando esas regiones no experimentan fuego directo. Estudios recientes también señalan que sin mitigación agresiva del cambio climático estos incendios extremos no solo continuarán sino que podrían empeorar significativamente, con mayores frecuencias, extensión geográfica y circulación del humo.


Consecuencias globales y advertencia clara

La mortalidad estimada (más de 80.000 muertes prematuras) es apenas la punta del iceberg pues hay muchos factores menos visibles: enfermedades crónicas que empeoran, pérdida de calidad del aire, incremento de hospitalizaciones, impacto psicológico, desplazamientos poblacionales en zonas contaminadas, y daños ecológicos duraderos.

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Regiones europeas también registraron incrementos detectables en la contaminación (PM2.5) vinculada al humo canadiense. Aunque en Europa el efecto fue menos intenso que en Norteamérica, el estudio subraya que ningún país está aislado ante estas crisis interconectadas.


Finalmente esta crisis sirve como advertencia: la preparación ante incendios ya no puede ser sólo local o nacional. Las políticas de salud pública, la ordenación forestal, los sistemas de alerta de calidad del aire y los compromisos climáticos tienen que tener visión internacional. Las muertes “invisibles” por humo nos recuerdan que el cambio climático mata también a través de rutas menos obvias pero igualmente devastadoras.

Referencia de la noticia:

Zhang, Q., Wang, Y., Xiao, Q. et al. Long-range PM2.5 pollution and health impacts from the 2023 Canadian wildfires. Nature (2025). https://doi.org/10.1038/s41586-025-09482-1