Los 6 platos favoritos de los argentinos que no pueden faltar en la cena de Navidad
El menú de cada Nochebuena y Navidad es todo un tema de discusión. Pero, en Argentina, estos son los 6 platos que no pueden faltar.

La Navidad en Argentina se vive con su propio estilo y, en consecuencia, tiene un sabor distintivo. No importa si hace 35 °C, si el ventilador ruge pidiendo un descanso en un rincón o si alguien propone -una vez más, y van...- dejar el menú tradicional para probar algo más "liviano". Lo cierto es que en las mesas largas y las sobremesas eternas siempre sobresalen los mismos manjares.
Se trata de ese selecto grupo de clásicos que los argentinos defienden con pasión cada 24 a la noche y 25 al mediodía. Y aunque cada familia tenga sus propias recetas y trucos, hay platos que se sirven desde Ushuaia a La Quiaca, y que se han convertido en verdaderos "imprescindibles navideños".
Para no perder la costumbre navideña, repasamos los 7 platos favoritos de los argentinos que nunca faltan en la cena de Navidad y que ya son parte del ADN gastronómico.
Vitel toné, el rey de reyes en la mesa navideña
Si de platos que no pueden faltar en la mesa navideña hay que hablar, resulta imposible dejar afuera al vitel toné. Con raíces en la tradición piamontesa, el vitel toné ha lograd adaptarse y reinventarse al "Argentina Style".

Esta exquisitez que combina peceto frío, atún, anchoas y crema se ha convertido en todo un ritual. Porque su preparación suele arrancar -o debería- el 23, y tiene tantas versiones posibles como cocinero (con más limón, con menos anchoa, con salsa más espesa o más ligera).
Y, una vez que pasó la Navidad, el vitel toné vuelve a guardarse, así como Papá Noel. Todo para regresar descansado con más fuerzas que nunca dentro de un año, el próximo 25 de diciembre.
Matambre arrollado, un clásico sin fecha de vencimiento
Quizás un escalón más abajo del vitel toné (pero sin que ello lo convierta en más o menos exquisito), en los menús típicos del 24 y 25 de diciembre se destaca también el matambre arrollado.
Zanahoria, huevo, morrón, arvejas conforman el relleno criollo de este infaltable que se sirve como una de esas alternativas de comida para las que no hace falta prender el horno ese mismo día.
Pollo o lechón, el desafío de encender el horno
Muy pocas ocasionen ameritan encender el horno (o la parrilla) un 24 de diciembre por la noche. ¡Ni hablar ya del 25 de diciembre al mediodía! Pero la oportunidad de hacer un pollo o lechón puede entrar en estas excepciones.
De hecho, el pollo puede ser en su variedad de relleno (con jamón, queso y ciruelas -tal vez-), mientras que el lechón puede ir al horno o a la parrilla, para aquellos más valientes.

El consejo para quienes se inclinen por estos platos, en caso de que se elija el horno, es tener estos menús ya cocinados y dejarlos listo para una recalentada exprés.
Ensalada rusa, la amiga fiel
Con carne o con pollo, con platos fríos, recalentados o recién salidos e, incluso, con fetas de jamón crudo y trozos de melón; si hay algo que no puede faltar en la mesa navideña argentina es la ensalada rusa.
Este manjar que combina papa, zanahoria, arvejas y mayonesa -todo frío- es un clásico de cada mesa. Incluso, hay quienes le agregan trozos de carne o de pollo para convertirla en el viejo y querido "salpicón".

Ahora, siempre quedará la duda: si en Argentina se come ensalada rusa, ¿en Rusia se comerá ensalada argentina?
Pionono, el comodín dulce o salado
Otro "must" de la mesa navideña de los argentinos es el pionono. Hablamos de una comida camaleónica, que se adapta a todas las circunstancias. Incluso, dentro de las opciones de Navidad, el pionono puede ser dulce o salado.
En el caso del salado, se combina con ingredientes como atún, jamón y queso o mix de verduras y/o aceitunas. Pero en su versión dulce, no puede faltar el dulce de leche, la crema o las frutas.
La mesa dulce: de la garrapiñada al pan dulce
No hay fin de cena de Nochebuena si no hay confituras dulces. Casi religiosamente (en la biblia de la gastronomía navideña) se establece que el cierre de la noche está marcado por clásicos como garrapiñadas, turrones, confites, budines y, por supuesto, el pan dulce.

Y como la grieta se ha colado en cualquier tema de debate en Argentina -y ya hay algunas bebidas espirituosas y burbujeantes de más-, comienza el momento de la disputa entre quienes lo prefieren con frutas abrillantadas o con chips de chocolates.
Aunque en jornadas tan agobiantes y sofocantes con suelen ser el 24 y 25 de diciembre, alternativas como helados o ensaladas de fruta son un postre ideal para irse a dormir a la espera de Papá Noel.