Tesoros bajo tierra: 3 viajes cautivadores por la Argentina minera que sigue viva
Desde túneles centenarios hasta cable carriles históricos, estos tres destinos permiten adentrarse en minas, recorrer pueblos históricos y vivir experiencias que mezclan historia, leyenda y paisaje.

Cada golpe de pico que alguna vez resonó en Uspallata, La Carolina o Famatina dejó algo más que piedra removida: dejó historia, leyendas y un legado que aún vibra bajo tierra. Hoy, esos escenarios sobreviven como circuitos turísticos que invitan a viajar por la Argentina minera, a sumergirse en un pasado de aventuras, sacrificios y sueños de fortuna.
En estas tres localidades, los túneles parecen infinitos, como venas que atraviesan la montaña y susurran relatos de oro, plata y cobre. Se trata ni más ni menos que de pueblos que conservan vestigios de un pasado que moldeó su identidad y que a día de hoy reflejan un compromiso vivo con la cultura local y el turismo rural.
Más allá de su belleza natural y su encanto rural, tanto Uspallata en Mendoza como La Carolina en San Luis y Famatina en La Rioja ofrecen también experiencias turísticas al interior de sus minas históricas abiertas al público. Una iniciativa que combina exploración, historia y la emoción de descubrir tesoros bajo tierra.
1. Uspallata, Mendoza
A poco más de 100 km de Mendoza capital, Uspallata es conocida por sus paisajes cordilleranos, pero también por guardar un tesoro menos evidente: sus antiguas minas de oro y plata.
En el siglo XVII, los jesuitas explotaron estas vetas en un lugar que hoy se conoce como Minas de Paramillos, a más de 2.700 metros de altura. Recorrerlas es un viaje al corazón de la montaña y al pasado colonial: túneles estrechos, restos de maquinarias y paredes donde aún brillan pequeños rastros minerales.

Tal como revelan desde la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, aquí se luce una propuesta turística bautizada "Minero por un día", que incluye la posibilidad de participar de una visita guiada de 200 metros por edificaciones y túneles (también conocido como senderismo minero), o por un recorrido de 1.200 metros con descenso en cuerdas entre distintos niveles, en compañía de guías especializados y con medidas de seguridad (trekking con rappel).
¿Qué más hacer en la zona? El paisaje que rodea el circuito es igual de imponente: montañas multicolores, cielo abierto y el viento frío que baja desde la cordillera. Después del recorrido subterráneo, muchos viajeros completan la experiencia con un paseo por el Puente de Inca o por el camino hacia el Aconcagua, combinando naturaleza y patrimonio histórico en una misma escapada.
2. La Carolina, San Luis
También conocida como Carolina a secas, esta es una localidad perteneciente al departamento Coronel Pringles: se encuentra enclavada en las sierras de San Luis, al pie del cerro Tomolasta y a unos 83 km al norte de la ciudad de San Luis (Ruta Provincial 9).
Supo ser un importante asentamiento minero durante el siglo XVIII, especialmente por la extracción de oro. Sus minas históricas hoy se abren al público en recorridos guiados que combinan aventura y aprendizaje, donde los visitantes pueden adentrarse en túneles centenarios y descubrir leyendas locales que dan vida a la historia minera.

La cita es en la mina de oro Buena Esperanza y la propuesta incluye también convertirse en minero por un día con recorridos guiados -con equipamiento completo y aptos para toda la familia- por túneles de hasta 300 metros de profundidad. A través de ellos los visitantes pueden observar minerales, formaciones geológicas y restos de una actividad que marcó la identidad local.
¿Qué más hacer en la zona? La Carolina es distinguido como uno de los pocos pueblos peatonales de Argentina, además de ser destacado entre los mejores del mundo por parte de ONU Turismo en 2023: podemos sostener, sin dudas, que su principal atractivo es explorar a pie cada uno de sus rincones.
Durante un recorrido se puede disfrutar de su arroyito, buscar cuarzos y piedras semipreciosas y conocer el museo local. También invita a hacer senderismo en el cerro Tomolasta y saborear productos regionales como tortas al rescoldo o cervezas artesanales elaboradas en el pueblo.
3. Famatina, La Rioja
La tercera localidad que propone una experiencia ligada a la historia minera en nuestro país es Famatina, ubicada en el noroeste de la provincia de La Rioja, precisamente a unos 233 km de la capital provincial (Ruta Nacional 38 y Ruta Nacional 74).
Actualmente, en esta localidad es posible ascender a la Mina de la Mejicana, ubicada a más de 4.500 metros sobre el nivel del mar, y conocer el cable carril Chilecito, una de las obras de ingeniería más asombrosas de la Argentina, creado en 1904 para transportar oro, cobre y molibdeno.

Según explican desde la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, la excursión se realiza en 4x4 junto a guías habilitados, a través de ríos, caminos de altura y miradores panorámicos que ofrecen vistas del cerro Famatina y el avistaje de fauna andina. Durante el recorrido, se visitan las estaciones del antiguo cable carril y se observan los restos de las construcciones mineras y su legado industrial.
¿Qué más hacer en esta zona? Su entorno privilegiado, enclavado entre la Sierra de Famatina y la Sierra Cintilla de La Reina, ofrece paisajes únicos y un clima ideal para la aventura y el turismo. Famatina es un buen acceso también para caminatas al Cañón del Ocre, exploración del Camino del Inca y/o encuentros con productores regionales.