Plantas que atraen colibríes: cómo llenar tu jardín de color y movimiento en esta primavera

Descubrí qué plantas sembrar en primavera para atraer colibríes a tu jardín. Cuidados simples, flores coloridas y consejos para que vuelvan siempre.

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El aleteo veloz de los colibríes convierte el jardín en un espectáculo de movimiento.

La primavera ya empieza a asomarse por nuestras latitudes y con ella regresan los colores, los aromas y también algunos de los visitantes más fascinantes de la naturaleza: los colibríes.

Estas pequeñas aves, que baten las alas hasta 80 veces por segundo, buscan flores que les ofrezcan néctar abundante. Un jardín bien planificado puede convertirse en un verdadero imán para ellos.

Aunque muchas personas piensan en jazmines o lavandas, existen otras especies que resultan incluso más efectivas para atraer a los colibríes. Lo mejor es que, además de cumplir ese rol, aportan belleza y son fáciles de mantener.

Qué buscan los colibríes en una flor

El colibrí es un especialista en el consumo de néctar. Su pico largo y su lengua extensible le permiten acceder al fondo de las corolas. Prefiere flores tubulares, de colores intensos como rojos, naranjas, rosas o amarillos. Además, necesita plantas que florezcan de manera prolongada para garantizar alimento durante varias semanas.

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Estas aves diminutas polinizan mientras se alimentan, aportando vida al ecosistema.

Por eso, elegir bien qué especies colocar en el jardín no solo embellece el espacio, sino que también asegura la visita de estos increíbles polinizadores. Estas son algunas de las opciones:

Begonia

Resistente y adaptable, la begonia es una opción perfecta para quienes buscan flores todo el año. Sus tonos rojos intensos funcionan como un verdadero faro para los colibríes.

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Las begonias, con sus flores rojas intensas, son irresistibles para los colibríes.

Eso sí, necesita buena exposición al sol para florecer con fuerza. Prefiere riegos moderados y un suelo bien drenado, ya que el exceso de agua puede dañar sus raíces.

Geranio

El geranio aporta una amplia gama de colores y produce el néctar que buscan estas aves. Su cuidado es sencillo y tolera diferentes condiciones, aunque conviene vigilarlo para evitar ataques de plagas como los pulgones.

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Los geranios, clásicos de balcones y patios, también atraen colibríes con su néctar.

Crece mejor a pleno sol o en semisombra ligera y requiere riego regular, dejando secar un poco la tierra entre cada aplicación de agua.

Lantana o Banderita española

Este arbusto despliega racimos de flores que combinan amarillos, naranjas, rojos y rosas. Su perfume y su néctar atraen no solo a colibríes, sino también a abejas y mariposas, convirtiéndolo en una pieza clave para un jardín lleno de vida.

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Conocida como “siete colores”, es una planta resistente al sol y a la sequía.

La única precaución: evitar el exceso de riego, ya que no soporta el encharcamiento. Es una especie muy resistente a la sequía y se desarrolla mejor bajo pleno sol.

Ave del paraíso o strelitzia

Conocida científicamente como Strelitzia reginae, es una de las plantas ornamentales más llamativas. Sus flores naranjas y azules, que recuerdan la silueta de un ave, producen abundante néctar.

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El ave del paraíso, con sus flores exóticas, aporta estructura y atrae colibríes.

Además, sus tallos altos añaden estructura y exotismo al paisaje. Necesita bastante luz solar directa para florecer y agradece un riego regular, aunque siempre en suelos bien drenados.

Qué cosas pueden alejar a los colobríes

Así como hay plantas que los atraen, también existen cosas que los ahuyentan. El uso de pesticidas y repelentes químicos es uno de los principales factores: no solo eliminan insectos de los que también se alimentan, sino que pueden resultar tóxicos.

Los colibríes tampoco se sienten cómodos en jardines con exceso de ruido o con poca cobertura vegetal donde no puedan refugiarse. Mantener espacios tranquilos, con arbustos o ramas donde puedan posarse, es clave para que regresen.

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Pequeños y veloces, los colibríes parecen danzar entre las flores.

Finalmente, conviene evitar flores dobles o muy modificadas genéticamente. Aunque resulten atractivas para el ojo humano, suelen producir poco néctar o tener estructuras que dificultan el acceso del ave.

Un jardín en movimiento

Incorporar estas especies significa mucho más que decorar con flores bonitas. Implica abrirle las puertas a una de las aves más sorprendentes del continente americano. Su presencia transforma cualquier espacio verde en un escenario de vida, donde la naturaleza despliega toda su energía.

Esta primavera, con algunas elecciones simples y conscientes, tu jardín puede convertirse en un refugio para los colibríes y en un espectáculo de color y movimiento.