Agosto terminó sin huracanes, pero pronto podría formarse “Danielle”

La temporada de huracanes en el Atlántico está más tranquila de lo que se esperaba. Agosto finalizó sin tormentas con nombre, pero parece que en septiembre comenzará la acción.

Temporada de Huracanes
La temporada de huracanes podría activarse a partir de septiembre.

Contra lo esperado, en todo agosto no se formó en el Atlántico ninguna tormenta con las características para llevar nombre propio. Esta situación no se daba desde hacía 25 años (1997), por lo que resultó un agosto “notablemente tranquilo”, según los meteorólogos.

Desde que comenzó la temporada 2022, sólo se han registrado tres tormentas con nombre en el Atlántico: Alex, Bonnie y Colin, y ninguna de ellas llegó a la categoría de huracán. Esto es muy inusual.

Sin embargo, la temporada de huracanes termina el 30 de noviembre y, estadísticamente, desde el 10 de septiembre hasta la mitad de octubre se da el momento de mayor actividad.

En efecto, en estos momentos el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos está monitoreando tres áreas de interés, con probabilidades de entre el 40% y el 80% de convertirse en ciclones tropicales. Según informó el NHC, uno de estos sistemas, la depresión tropical Cinco, podría transformarse en estas horas en la tormenta tropical Danielle, y sería la cuarta tormenta de la temporada.

Según el NHC, Cinco está localizada a unos 1.575 km al oeste de las islas Azores (Portugal) y avanza hacia el este-noreste a 4 km/h. Los meteorólogos esperan que el sistema se fortalezca hasta alcanzar vientos con velocidades suficientes para la categoría de “tormenta tropical”. No obstante, de acuerdo a su trayectoria estimada, en el corto plazo no representa amenaza para la tierra.

Los otros dos sistemas también están bajo vigilancia. Uno está en el centro del Atlántico, con un 60% de probabilidades de convertirse en una tormenta tropical en menos de dos días y 80% en menos de cinco días; el otro se mueve hacia el norte y oeste de Cabo Verde, con un 40% de probabilidades de convertirse en un evento con nombre propio entre dos y cuatro días.

La última actualización del pronóstico de la NOAA, del 4 de agosto, sostenía que 2022 sería una temporada por encima del promedio. Anticipaba entre 14 y 20 tormentas con nombre (vientos de 63 km/h o más), de las cuales de 6 a 10 podrían convertirse en huracanes (vientos de 120 km/h o más). De esos, entre 3 y 5 podrían convertirse en grandes huracanes (vientos de 178 km/h más).

¿Cómo se explica la ausencia de huracanes en agosto de 2022?

En los últimos 70 años, sólo hubo 2 agostos sin tormentas con nombre sobre el Atlántico: 1961 y 1997. Esto es muy poco común. ¿A qué se debe?

En la formación de un huracán intervienen varios ingredientes en proporciones muy precisas. La falta de alguno de ellos puede anular el desarrollo de estos fenómenos. En este caso, según los especialistas, pueden haber intervenido al menos dos factores.

Por un lado, la cortante del viento, que por la configuración ha impedido que las tormentas incipientes se organicen en grandes sistemas. La llamada también “cizalladura”, es el cambio de intensidad y dirección del viento con la altura en la atmósfera. Los altos niveles de cizalladura del viento impiden que los sistemas de bajas presiones se conviertan en sistemas bien organizados y también pueden eliminar los sistemas que comienzan a formarse.

Por otro lado, el aire no se encuentra lo suficientemente húmedo como para inyectar combustible a las tormentas. De hecho, hay un 15% menos de humedad que lo normal, y esto puede deberse al gran aporte de polvo del Sahara que hubo en las últimas semanas.